Moisés Castillo
El presidente Felipe Calderón se siente solo y arrinconado rumbo a las elecciones del 2012. No confía en ninguno de sus colaboradores para que sea el candidato del PAN y así su partido se mantenga en el poder presidencial. ¿La gente conoce a Ernesto Cordero? ¿Qué dirán de Alonso Lujambio, Josefina Vázquez Mota, Javier Lozano…? Tal vez el que resalta más es Santiago Creel, pero por perder la candidatura en 2006 ante el mismísimo Calderón.
El pasado 5 de marzo, el mandatario exhortó en la sesión del Consejo Nacional del PAN a dejar a un lado las exclusiones y los reproches.
“Ganar elecciones —dijo— significa también proponer a los mejores candidatos, no los que merezcan más por méritos partidistas o los que pertenezcan a éste o aquel grupo; simple y sencillamente los mejores”.
Ante el temor de un descalabro electoral, Calderón tiene un “plan B” y por ello impulsa desde el 2009 en el Congreso las llamadas candidaturas ciudadanas o independientes. En su discurso ha insistido en la necesidad de que el PAN postule un candidato ya sea miembro de su gabinete, gobernadores, legisladores o un distinguido integrante de la sociedad civil.
Para el analista político Eduardo Huchim, el Presidente ya se dio cuenta de que la “caballada panista está flaca” y por eso se ha pronunciado por un candidato externo a Acción Nacional.
“Porque está claro —dice Huchim— que en este momento no hay entre el panismo alguna figura que pudiéramos llamar de arrastre, que pudiera ofrecer posibilidades firmes de que volverá a triunfar el PAN en 2012. Esto es lo que ve. Claro, cualquiera de los candidatos puede desarrollar y crecer de aquí al día de la elección, pero se ve complicado”.
Luces y sombras
¿Qué beneficios observa en las candidaturas ciudadanas o de las candidaturas no partidarias como usted las llama?
Esta reforma política ofrece una panorama de luces y sombras. La principal virtud es que rompe con el monopolio de los partidos políticos. Los partidos siguen siendo un monopolio para la postulación a puestos de elección popular, con las candidaturas no partidarias se rompe este monopolio. También es cierto que se entrega a los ciudadanos un poder que hace efectivo de una manera más diáfana su derecho a ser votados. Estas son las luces más brillantes.
¿Y cuáles son las sombras que vería?
El que se postule a un puesto de elección popular fuera de los partidos es alguien que tendrá que tener muchos recursos financieros, tener dinero y mucho o bien estar apoyado por un grupo que tenga esos recursos, con lo cual se abre la puerta a que grupos con poder económico vayan a intervenir en este tipo de candidaturas sin tener las obligaciones que tienen los partidos, ahí tenemos una zona de oscuridad. Ahí puede darse la clara intervención de los poderes fácticos, las dos principales televisoras tienen ya representantes en lo que comúnmente se llama la telebancada, de modo que es claro su interés de no solamente tener el poder fáctico sino llegar también al poder constitucional, y esto con las candidaturas no partidarias se facilita.
También se amplía la posibilidad de la participación del dinero del narcotráfico en el financiamiento de las campañas de estos candidatos no partidarios, al no existir el control que rige a la actividad partidaria, esta posibilidad se amplía.
¿Existen casos de candidaturas independientes en otras democracias latinoamericanas?
Un ejemplo de crecimiento político-electoral al margen de los partidos en una etapa primera fue la de Alberto Fujimori en Perú. La agrupación Cambio 90 lo postuló y fue apoyado por sectores marginales de la sociedad, los informales y algunas iglesias, que hacían su ingreso en la vida política peruana.
A destiempo para el 2012
¿Qué tanto se pueden trivializar estas candidaturas? Es decir, podrían existir muchos juanitos con dinero…
Claro que puede suceder. Podrían aparecer personajes megalómanos. Dar cauce a postulaciones de este tipo de personas a la Presidencia, a diputados y senadores, serían riesgos que se deben evitar con candados a la ley. Su único mérito sería tener el dinero suficiente para pagar una campaña y esto no es lo mejor para la democracia.
El ex consejero electoral del Instituto Electoral del Distrito Federal advierte que hay núcleos sociales importantes que ven con gran simpatía las candidaturas ciudadanas por el desprestigio de los partidos y la clase política.
Huchim adelanta que a pesar de su aprobación será prácticamente imposible que entre en vigor para la elección presidencial de 2012, ya que los plazos legales impedirán que los aspirantes ciudadanos se registren.
Detalla que de acuerdo con la Constitución, el Congreso tendría hasta el próximo 30 de junio para aprobar las reformas de carácter electoral que pretendan aplicarse en los comicios del 2012. Para ello, el Senado deberá aprobar la reforma, enviarla a la Cámara de Diputados y que ésta la apruebe a la brevedad, para turnarla a los congresos de los estados, ya que se requiere del aval de por lo menos 17 legislaturas locales.