Perder el miedo y buscar la trascendencia

Teodoro Barajas Rodríguez

Sin duda nuestro país tiene varios y muy serios pendientes porque a veces da la impresión que se incendia, fuga de reos, más muertos, delincuencia empoderada, amenazante. La próxima administración federal ya tiene mucho por hacer y programarse para que los males no se expandan más, de lo contrario tendremos un Estado ya no deficiente sino fallido con un saldo más aterrador.

Hace años no podríamos imaginar el caos desatado que ya tenemos cuyo origen es multifactorial, corrupción, negligencia y las tácticas fallidas. Desempleo, pobreza extrema, educación deficiente son algunos elementos concurrentes para generar un caldo de cultivo propicio para motivar el crecimiento exponencial de una, digamos, cultura de la impunidad.

La impunidad es el problema estructural que merma confianza y proyecta escenarios de conflictos porque no se vislumbra luz al final del túnel que es el trayecto presente.

No creo que se deba asumir el problema de la delincuencia como un producto neto de origen partidista, sería un despropósito, todos los gobiernos contienen las dos caras entre las que destacan aciertos y desatinos.

Como Estado estamos aún distantes de las herramientas normales en las democracias porque la transparencia aún no arraiga, la rendición de cuentas no está en la genética de la política mexicana, por consiguiente son muchos los paradigmas que deben ser disueltos para dar paso a otros modelos, otras estructuras y, sobre todo, otros resultados.

Esta guerra contra el narcotráfico ha puesto de relieve la alta vulnerabilidad de las instituciones encargadas de procurar justicia, en todo caso esas fiscalías deben modernizarse para no ser, como lo han sido, apéndices del Ejecutivo federal o estatal.

El tema educativo reviste una especial importancia, los conflictos en ese terreno se multiplican ante las acciones u omisiones de índole gremial. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación mantiene prácticas vetustas confrontadas con la democracia, la transparencia y en suma de la legalidad.

En educación superior, el próximo gobierno debiera incrementar los presupuestos porque se trata de una inversión que siempre generará resultados favorables a corto, mediano y largo plazo.

Las universidades públicas suelen dar la cara por nuestro país, la Universidad Nacional Autónoma de México es un orgullo de todos. La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo registra galardones con inusitada frecuencia, ello independientemente del paro de labores encabezado por el movimiento de rechazados.

Parece que la tendencia va a la baja en la universidad pública en materia presupuestaria, lo cual resulta ilógico e incongruente, si queremos prosperar debemos aportar a la educación, a la cultura de la ley, a perder el miedo y buscar a auténtica trascendencia.