Cuestión de seguridad nacional

Mireille Roccatti

Las elecciones en Estados Unidos llegan a su recta final. La reelección del presidente Barack Obama parece consumarse, la October surprise se desvanece. El primer debate entre Obama y el candidato republicano Mitt Romney, que se saldó con resultado favorable al republicano y propició un repunte de éste, a grado tal que el momentum  presagiaba que ante el empate técnico que reflejaban todas las encuestas podría revertir los resultados electorales.

El posterior debate entre el vicepresidente Joe  Biden y el candidato republicano a vicepresidente Paul Ryan detuvo la caída de la formula demócrata, al aplastar Biden al joven republicano.

Luego vinieron los dos debates posteriores entre Obama y Romney, el último apenas el pasado martes y  ante el resultado que la mayoría de las encuestas percibió  como un triunfo del presidente Obama, su reelección se ve más cercana, apretada sin duda, pero altamente factible.

Tocante a la relación bilateral México-Estados Unidos, los recientes viajes del presidente electo, Enrique peña Nieto, por Centro y Sudamérica y posteriormente a Europa,  colocaron en el vértice del análisis el tema de las relaciones exteriores y sus prioridades y permitieron realizar prospecciones respecto de las acciones del próximo gobierno en el tema y el énfasis que algunos aspectos tendrán en ese contexto.

En principio, pareciera que se optó por no realizar en primer término  una visita a Washington, para evitar críticas de corte nacionalista, y evitar verse inmiscuido en la política interna estadounidense.

Al margen de consideraciones con tintes ideológicos, la realidad es que la relación bilateral con Estados Unidos es una prioridad política para el gobierno mexicano. La agenda por tanto del nuevo gobierno debe tener presente que Estados Unidos es nuestro mayor socio comercial y también nuestro mayor acreedor. Nuestras economías son interdependientes. Y considerar que en su territorio viven y sobreviven un poco más de 18 millones de mexicanos, una buena parte indocumentados. Es por ello que para ambas naciones la relación bilateral es una cuestión de seguridad nacional.

Actualmente, el tema de la seguridad ha ocupado el lugar central de la agenda, desplazando los aspectos económico-comerciales y el de migración. Estos temas deberán ser prioritarios para el nuevo gobierno de Peña Nieto, quien a  su vez deberá desplazar en importancia el de seguridad, más allá de compromisos de último momento.

Una vez decidida la elección norteamericana la primera semana de noviembre, veremos al presidente electo Peña Nieto recorriendo el Potomac o sorpresivamente, quizás, a Obama de regreso en México, en alguna de nuestras paradisiacas playas celebrando su reelección.

 

mroccatti@yahoo.com.mx