Susana Hernández Espíndola
México celebra el Día de Muertos, una festividad de origen prehispánico que, cada 2 de noviembre, honra a los que se han ido de este mundo, y que se ha sincretizado con los festejos católicos del Día de los Fieles Difuntos y de Todos los Santos, y, en las últimas décadas, con el Halloween o Noche de Brujas, adoptado de los celtas en los Estados Unidos, Canadá, Irlanda y el Reino Unido.
Entre la alegría de los chiquillos, que salen a la calle con disfraces de fantasma, muerto, o de terroríficos villanos de películas de horror para pedir dulces y su “calaverita”, en los hogares se consumen platillos y bebidas especiales para la ocasión, que también se ofrendan para saciar el hambre y la sed de los difuntos. El ambiente de ultratumba, ya que muchos adultos también se disfrazan, significa un buen pretexto para recordar, en sobremesa, hechos sobrenaturales e inexplicables ocurridos a los distintos miembros de las familias, casi siempre relacionados con el más allá.
Y en la realidad existen asombrosas historias que, aunque parezcan sacadas de un cuento de terror e indudablemente superan la ficción, vale la pena recordar para compartirlas en familia, a tono con esta celebración.
Vivir en el cementerio
En Southampton, Inglaterra, un peculiar clan vive, de verdad, en un cementerio. Considerados como la moderna familia Monster, los Blatchford (integrada por Jayne Stead y Mike Blatchford y sus tres hijos) compraron una capilla funeraria construida en 1845 en un camposanto y decidieron remodelarla para hacerla su hogar. La casa está rodeada de tumbas verdaderas. La capilla judía es el comedor, mientras que el cobertizo de almacenaje es la cocina. La portería del cementerio alberga las recámaras, los baños estilo victorianos y una sala de juegos para los niños.
Bebé poseído por el diablo
Convencida de que su hijo podría estar poseído por el diablo, Ana Feria Santos, una mujer de origen colombiano, afirma que su bebé, de cuatro meses de edad, “camina como un adulto”, se ríe malévolamente, puede producir fuego y tiene unos ojos “intimidantes”. Sus vecinos afirman que un espíritu maligno se instaló en el niño, como el famoso Damien, protagonista de la película “La Profecía”, y quieren expulsar a la familia de la localidad.
Cadáver en el refrigerador
Una pareja china quedó tan devastada por la muerte de su hijo, Qinyuan, de tan solo 18 años, que, para no separarse de él, decidió conservar el cadáver en el refrigerador de su casa. El joven murió en 2006, a causa de leucemia, y sus restos ya tienen seis años congelados. Su aspecto “es como si estuviera vivo”, dice el padre del muertito, quien tuvo que comprar generadores para mantener el congelador siempre en funcionamiento, ya que en su ciudad hay constantes cortes de luz.
Acudió a su propio velorio
Gilberto Araujo, empleado de un lavado de autos en Brasil, murió a causa de una bala perdida durante un tiroteo… Al menos eso creía su familia. Pero cuando Gilberto llegó a su velorio, provocó asombro, miedo y desmayos a los dolientes. Y todo fue porque la familia confundió el cadáver de otra persona con el de Gilberto, al acudir por su “cuerpo” a la morgue. Gilberto supo por un amigo que lo creían en el más allá, así que optó por ir personalmente al velatorio para demostrar que estaba vivito y coleando.
Casi remata a un zombi
En Montana, Estados Unidos, un joven fue herido de bala por su novia, luego de que se presentó en la casa de la chica disfrazado de zombi. La impresión de la mujer fue tal, que, sin dudarlo, le disparó al zombi en una pierna. Y es que a tono con el Halloween, Martín Semirg, de 20 años, quiso sorprender a la muchacha con un disfraz que lo hiciera irreconocible, pero ella pensó que se trataba de un asalto y le disparó en dos ocasiones. La mujer fue detenida y después puesta en libertad, pues el zombi, herido en su cuerpo y su amor propio, no presentó cargos.
