Gerardo Yong/Juan Barrera Barrera

La zona Asia-Pacífico ha visto intensificada la disputa centenaria por ocho islas despobladas en el Mar de China oriental. Con un área total de siete kilómetros cuadrados, éstas son nuevamente centro del conflicto entre China continental y Japón, así como de un tercer actor que es Taiwán. La importancia de este archipiélago (Senkaku para los japoneses, Diaoyu para los chinos y Tiaoyutai para los taiwaneses) es que geográficamente se encuentra en una zona marítima estratégica para el comercio, con un rico potencial de pesca. La controversia se ha agudizado luego que se revelara que también existen yacimientos importantes de petróleo. A diferencia de algunos internacionalistas, la disputa en la zona asiática, sin embargo, no corre el riesgo, por muy fuerte que este sea, de desencadenar un enfrentamiento militar de pronósticos reservados entre las naciones involucradas y con riesgo de extenderse a toda la zona.

Una disputa histórica

De acuerdo con el embajador de Taiwán en México, Andrea Sing Ying-Lee, el gobierno de Taipei apuesta por la iniciativa de paz para resolver el diferendo por las islas Tiaoyutai, que históricamente le pertenecen, pero siguen bajo control de Japón. El diplomático explicó que las islas Tiaoyutai, junto con Taiwán, se convirtieron en territorio de la Dinastía Qing en China (1647-1912), pero fueron anexadas secretamente por Japón el 14 de enero de 1895, durante la guerra sino-japonesa. Por su parte, el gobierno japonés afirma que a partir de 1885 confirmaron que las islas estaban deshabitadas y que no había control por parte del imperio Qing, por lo que tomó la decisión de incorporarlas a su soberanía.

La jugarreta de Japón

El gobierno taiwanés cuestiona la posición diplomática de Tokio sobre la soberanía de las islas, ya que el primer ministro japonés, Yoshihiko Noda, en un discurso en el Foro de las Naciones Unidas el 26 de septiembre “proclamó al mundo que no existe disputa”. Al respecto, el embajador de Taiwán, Andrea Sing Ying-Lee, manifestó que su gobierno ha hecho la propuesta de llevar el caso a la Corte Internacional de Justicia, pero Japón la ha rechazado porque no reconoce que haya una controversia y por tal motivo no hay necesidad de buscar una resolución internacional.

Taiwán ha hecho causa común con China continental. “Hemos construido un frente contra porque Japón que no reconoce que hay una disputa territorial. Considera solamente que hay un “caso pendiente” sobre las islas Senseku- Diaoyiu-Tiaoyutai,” expuso Sing Ying-Lee

Mientras Japón atraviesa por fuertes problemas internos que lo han llevado a cambiar seis veces de primer ministro, las relaciones bilaterales China-Taiwán se fortalecen bajo la la perspectiva de que ambos pertenecen a una misma familia étnica y cultural. Según el diplomático taiwanés, este acercamiento ha permitido que China continental haya cambiado su concepto de reunificación pacífica, por el de “desarrollo pacífico” con Taiwán.

En esta disputa territorial en el Mar de China Oriental, Taiwán ha tomado la delantera en cuanto a iniciativas de paz para solucionar el asunto de soberanía, a través de uno de cuatro medios: negociación, mediación, arbitraje y litigación, aunque ha establecido que estos no son excluyentes.

En agosto pasado, el presidente de Taiwán, Ma Ying-jeou propuso la Iniciativa de Paz en el Mar de China Oriental, basado en el concepto de que mientras la soberanía es indivisible, los recursos pueden ser compartidos y, por ende, la Iniciativa de Paz exhorta a las partes concernientes a sustituir la confrontación con el diálogo.

La propuesta taiwanesa 

Los puntos clave que propone Taiwán son: Código de Conducta en el Mar de China Oriental; Conservación y administración conjunta de los recursos vivos en el Mar de China Oriental; Exploración y Explotación conjunta de los recursos inertes en el Mar de China Oriental; Investigación científica y protección conjunta del medio ambiente marino; y ejercicios conjuntos para mantener la seguridad convencional y no convencional en el Mar de China Oriental. El representante taiwanés destacó la propuesta podría ayudar a establecer tres vertientes paralelos de diálogos bilaterales (entre Taiwán y Japón, Taiwán y China continental, y Japón y China continental) y conllevarían finalmente a un sendero de negociaciones trilaterales para resolver la disputa insular.