En tareas financieras y parlamentarias
Yazmín Alessandrini
Lo ideal en la vida de un individuo, tanto en lo personal como en lo profesional, es que cada paso dado siempre sea en rumbo a la dirección correcta. Esto es, hacia delante, y que, sin importar las críticas o los obstáculos, cada uno vaya en pos de la evolución y la realización. Por eso, el nombramiento de Mauricio Farah (el martes pasado) como secretario general de la Cámara de Diputados me parece que es un movimiento a todas luces que en mucho beneficia al hombre y a la institución. Será un binomio que indudablemente aportará en mucho a la vida democrática del país.
Hombre institucional y con una “hoja de vuelo” impecable, Farah accede a esta posición una vez que el doctor Fernando Serrano Migallón solicitó separarse de la misma para aceptar la invitación que le hicieron el presidente de la república, Enrique Peña Nieto, y Emilio Chuayffet Chemor, secretario de Educación Pública, para integrarse a la SEP como subsecretario de Educación Superior. La abrumadora votación de los legisladores que respaldaron el nombramiento de Farah Gebara (409 votos a favor, 0 en contra y 3 abstenciones) dicen mucho sobre el respeto que ha sabido cultivar este funcionario durante todo su quehacer profesional.
Producto académico de las universidades Nacional Autónoma de México (UNAM) y de Essex en Inglaterra, al igual que del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE), el doctor Farah es un experto en temas migratorios, de los que se empapó cuando fue coordinador del Informe Especial sobre Secuestro de Migrantes en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Sin embargo, también posee un nivel inconmensurable en lo que a política se refiere (se curtió en esos menesteres cuando fue secretario particular del expresidente Vicente Fox), por lo que su llegada a San Lázaro embona perfectamente con el momento histórico que se vive en el interior de la Secretaría General de la Cámara de Diputados. Hace falta darle una vuelta de tuerca a esa área, sobria y eficiente, pero también inteligente, por lo que él es el hombre indicado.
Entre las principales atribuciones que tendrá Mauricio Farah Gebara como secretario general en San Lázaro están dirigir los trabajos financieros y parlamentarios de la Cámara baja, quehaceres en donde se requiere de un hombre honesto y de manos limpias.
¡Enhorabuena!
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Vaya oso el del diputado local por el Partido Verde Ecologista de México, Alberto Cinta, después de que se le “lenguó la traba” cuando Denise Maerker lo entrevisó en su noticiero Atando cabos en relación con su propuesta de que se protocolicen las marchas y manifestaciones. ¡Hello! ¿Acaso el legislador Cinta ignora que cuando un ciudadano se manifiesta (marchando, plantándose o incluso haciendo destrozos como los del 1 de diciembre) lo hace precisamente para fastidiarle la vida a un tercero? Si no pudo aterrizar su propuesta (¿será suya?) frente a una periodista, dudo mucho que pueda hacerlo en una iniciativa legislativa.
¡Feliz Navidad!
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