El devenir del tiempo serenará pasiones

Mireille Roccatti

El fin del año 2012 se acerca, implacable y veloz como el tiempo que transcurre sin cesar, el cual conforme pasan los años pareciera que se agota más y más rápido, y algunos quisieran, parafraseando la melodía, “reloj detén tu camino”, pero éste sigue avanzando de manera inexorable.

Este año en su fenecer coincide cronológicamente con el fin del gobierno fallido del segundo presidente del PAN y con el término de los regímenes panistas, que dieron al traste con las ilusiones de una generación de mexicanos que empujaron la transición democrática y fueron traicionados por los gobiernos de la derecha, que se mostraron incapaces de hacer avanzar la democracia y de transformar y consolidar las instituciones republicanas.

La chabacanería, ocurrencias y granujadas del primer gobierno panista, que terminó utilizando todos los resortes del poder para imponer al candidato de su partido, traicionado así gravemente la lucha democrática de décadas, las cuales tuvieron un alto costo de vidas y sufrimientos para acabar con el gobierno del partido casi único, fueron seguidas por el empecinamiento, la tozudez y el militarismo calderonista que bañó de sangre el país. Ambos gobiernos demostraron que no estaban a la altura de los fundadores del PAN, hombres que a su solidez intelectual aunaban su honradez acrisolada. Los presidentes panistas, a su ineptitud e improvisación como gobernantes, sumaron la corrupción propia o la permitida a sus cercanos.

En este momento, lo importante no es mirar hacia el pasado o refocilarnos en las desgracias. El devenir del tiempo serenará pasiones y la Historia hará su trabajo. El juicio de nuestros contemporáneos se expresó ya en las urnas. Es cierto que para entender el presente y planear el futuro debemos conocer y entender el pasado. Los diagnósticos de lo acontecido en el pasado reciente constituyen la base de las acciones y políticas que el nuevo gobierno priista está planteando como rumbo y destino de México.

Esta nueva era que empezó el día primero de diciembre comienza con la recuperación de la liturgia republicana, con el respeto y cuidado de las formas, con el respeto a la investidura presidencial. La utilización misma del despacho y los recintos de Palacio Nacional es muestra de ello. Recordemos la frase acuñada por don Jesús Reyes Heroles, “la forma es fondo”.

El gobierno de Peña Nieto ha buscado y logrado en los primeros días construir consensos, lograr acuerdos, respetar a los adversarios políticos y debatir con argumentos las visiones contrarias e incluso contrastantes en diversos temas, como la organización de la administración pública, la reforma educativa, el paquete económico 2013. La promesa de un gobierno democrático, plural e incluyente parece respetarse. La suscripción del Pacto por México así lo indica. Esa agenda mínima acordada con las principales fuerzas políticas requiere reforzarse con la inclusión de organizaciones sociales, patronales y laborales. Es toral ponernos de acuerdo en lo que nos une y en la visión de hacia dónde queremos caminar como país.

En el inmediato plazo por mandato constitucional tenemos que construir el Plan Nacional de Desarrollo 2012-2018, la consulta nacional democrática para acordar sus ejes programáticos, sus lineamientos y directrices, deben hacerse realidad y abandonar la ficción jurídica, por la cual una elite tecnoburocrática, lo elabora e impone, resultando que la planeación democrática sea una ficción más del sistema político. Para construir el futuro de México es necesario que todos nos planteemos qué podemos hacer por México y no esperar a lo que puede hacer ahora el presidente y el PRI en su retorno al poder por México.

Finalmente hago propicia la ocasión para desear a todos los lectores y editores de Siempre! un venturoso año 2013.