Jaime Septién
Concluyó el 2012, y el fin del mundo no llegó, al menos hasta donde nos hemos podido dar cuenta. Sin embargo, la industria editorial, turística, de medios de comunicación, hicieron su “agosto” con la interpretación de la “profecía” maya (¿eran los mayas profetas?). Venturosamente, la querida península de Yucatán ha sido la beneficiaria de tan grande despliegue de fantasía. ¡Lo que provoca una película! El pasado y el futuro Para México, éste fue un agitadísimo año de video y política, de televisión y redes sociales, de elección y de la resurrección del PRI. El presidente Peña Nieto ha dado el campanillazo en diciembre, tras su toma de posesión, al anunciar como medida inmediata en el sector la licitación inminente de dos cadenas de televisión abierta. Sabe lo que se juega al desbaratar el duopolio. También al anunciar la renegociación de la banda ancha y la posibilidad de dar acceso universal a Internet. Vale la pena, con el próximo año de legitimación para Peña Nieto, revisar a través de los resultados del estudio “La geografía electoral” (un análisis de académicos de la Universidad de Stanford y la Universidad de California en San Diego que en conjunto con el centro de análisis de políticas públicas México Evalúa), las cosas que sucedieron en las elecciones del 1 de julio de 2012 para determinar por dónde van a ir los próximos procesos electorales en el país, y cuál será el rol que desempeñe la comunicación en ellos. Un nuevo invitado a escena Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que la “variable Internet” jugó ya un papel principal en los comicios. La violencia y la pobreza no restaron votos a Enrique Peña Nieto, pero sí la concentración de electores y de mensaje en su contra a través de páginas web y redes sociales. Por lo que toca a la televisión, de forma indudable, favoreció la votación del abanderado del PRI, posicionándolo como un nuevo modelo de mandatario mexicano, postmoderno, ganador, bien parecido y con un envidiable manejo de imagen pública. La investigación y el cruce de datos demuestran que en aquellos sitios del país en el que ni siquiera la televisión abierta llega (concretamente, en muchas zonas rurales de México), Peña Nieto fue apenas por encima de Andrés Manuel López Obrador y de Josefina Vázquez Mota. La diferencia fue raquítica ahí donde la televisión no tuvo capacidad de moldear la percepción de los votantes hacia un candidato que reunía las cualidades de un lanzamiento de marca. Por lo demás, 2012 será recordado en los procesos electorales por venir, como el primer gran desafío lanzado por los votantes mexicanos a los medios tradicionales (prensa, radio, televisión) por las redes sociales. Cerca de 42 millones de usuarios de Internet (el sexenio de Calderón Hinojosa vio crecer el número de usuarios al doble) participaron con su voz y sus discrepancias, con sus opiniones y sus burlas, en las elecciones. El movimiento estudiantil “#Yosoy132” es testigo de este auge, en ocasiones descontrolado, en ocasiones atinadísimo, de una inconformidad expresada en las calles. Nunca es temprano para los políticos Los hogares que tienen Internet en el país se aglutinan en torno al centro y al norte. La llamada “brecha digital” se abre con estructura de abismo hacia el sur y sureste. Quizá derivado de ello (y no nada más de un análisis socioeconómico) sea por lo que Peña Nieto propone cerrar la distancia e ir generando condiciones de estabilidad y entrega de estafeta en el 2018 al propio PRI. ¿Qué es muy tarde para andar pensando en eso? Los políticos piensan en eso, en el 2014 y en el 2030… Y es que Internet comparado por sección no es para ricos u hogares de nivel medio. Es que donde hay Internet se eliminan las viejas barreras de votantes por nivel de ingreso. Internet será, por sí misma, la herramienta electoral más poderosa del siglo XXI. Ya despunta. Si se colocan los datos frente a frente las redes sociales “afectaron negativamente a Peña Nieto frente a Josefina Vázquez Mota especialmente. Un aumento de diez por ciento de viviendas conectadas representa casi cincuenta votos para el priista frente a la panista. Con respecto a López Obrador, el beneficio fue más moderado frente a Peña Nieto, pues le sumó doce votos más que al priista por cada aumento de diez por ciento de viviendas conectadas. Frente a Vázquez Mota, el tabasqueño resulta afectado de manera negativa, pues le quita treinta y ocho votos por cada aumento de diez por ciento de hogares con Internet”, según lo que indica el estudio de México Evalúa. La más beneficiada de las redes fue la abanderada panista Vázquez Mota, cosa que no le valió de mucho, electoralmente hablando, pues su partido cayó al tercer lugar electoral del país. La explicación es así: “Con los datos presentados, no se puede determinar qué en particular sobre Internet es lo que está teniendo un efecto tan fuerte en el votante. Internet como medio de información tiene características únicas: principalmente, el contenido de la gran mayoría de las páginas no está regulado, hay miles de puntos de vista y perspectivas, tanto falsas como verdaderas. Contrario a la televisión y medios impresos, en Internet no hay solamente un canal que ver, ni un par de periódicos que leer”. Con la televisión le alcanzó a Peña Nieto Con Internet pasa diferente que con la televisión: en la red, el usuario manda; en la televisión, el medio manda. “Independiente de esto, Internet se ha convertido en una influencia tan poderosa que no puede seguir siendo ignorada, ya que las siguientes batallas electorales se llevarán a cabo principalmente en el ciberespacio”. La estrella televisiva se va a apagar en el futuro. Por lo pronto, en estas elecciones le fue brillante a Enrique Peña Nieto. Los resultados de la investigación sobre la geografía electoral en México tornan evidente el impacto de la tele en la elección del actual presidente. El noventa y cinco por ciento de las viviendas urbanas en México tienen una o más televisiones. Pero, como decíamos anteriormente, donde no hay señal de TV, la ventaja de Peña Nieto sobre sus contrincantes fue mínima. La más afectada por la pequeña pantalla fue Josefina. ¿Es por la presencia de Peña Nieto en los anuncios, los noticiarios, los programas de debate? El estudio no lo establece. Pero mi hipótesis es que no es por eso. De hecho, los tiempos concedidos a los tres principales candidatos fueron muy similares. La diferencia no está en el tiempo, está en la presentación de los candidatos y las historias que se manejaron de ellos: el del PRD, rijoso, peleonero y obcecado; la del PAN, desorganizada, frágil y nerviosa. El del PRI con aplomo, bien vestido y con íntimas conexiones con el mundo de las telenovelas, que tanto gusta al público. “Aunque este resultado indica una relación positiva entre la televisión y Peña Nieto, no se puede determinar si fue específicamente debido al contenido de los anuncios de campañas, los noticieros, los debates transmitidos o algo más. Es muy probable que el resultado sea una combinación de todos estos factores. Por ejemplo, es posible que la campaña televisiva de Peña Nieto haya sido muy satisfactoria, en conjunto con una imagen generalmente positiva del candidato en la programación en general. Por otro lado, es posible que Vázquez Mota perdiera votos por la TV debido a una campaña mal diseñada, o por una presencia débil en ésta”, dicen los generadores del informe que venimos comentando. Las alianzas antiguas sirvieron Todo eso puede ser. Lo que es importante señalar como balance de 2012 en materia política, es que en México ya se instaló la fuerza de las redes sociales, la misma que hiciera ganar a Obama en dos ocasiones en Estados Unidos, y que ha hecho caer regímenes políticos en muchos lados, en especial en la llamada “primavera árabe” de hace un par de años. Estamos ante una nueva fuerza que el viejo PRI tendrá que remontar. Le fue adversa en 2012. Todavía ganó por el manejo escrupuloso de las relaciones con el poderío televisivo. Pero hay un estamento emergente, los que navegan y pasan su tiempo en la red, que ya sonó. Y que va a sonar mucho más.

