Luis Terán
Antes del cine fue la televisión y a fines de los cuarentas, el teatro. Mientras que Elia Kazan y Lee Strasberg levantaban el polémico “Actor’s studio”, Sidney Lumet les contrariaba el método con otra escuela de actuación, la llamaron “Off Broadway”. Esto no impidió que al correr de los años y después de sus inicios en la pantalla chica, Lumet dirigiera a los más prominentes alumnos del otrora rival, “Actor’s Studio”.
Formado en la izquierda por sus padres, él actor y ella, bailarina, fue expulsado de la liga comunista cuando tenía catorce años, por sus comentarios irreflexivos e irrespetuosos durante el desarrollo de una asamblea. De cualquier modo, su obra está impregnada de un contexto social que abunda en las denuncias y en un enfoque político que desemboca en una fuerza enérgica y una intensidad dramática que dan la impresión de realismo; extrañamente esta postura funciona tanto como la verosimilitud.
Debutó como actor a los cuatro años e edad y estudio en una academia para niños que estaban formándose en el desempeño teatral en Nueva York. Salvo excepciones muy particulares, Lumet ha sido un persistente retratista de la ciudad que adoptó como suya, Nueva York, a pesar de haber nacido en Filadelfia.
Después de varios años en la televisión, dirigió cientos de teleteatros, pasó al cine y algunos criterios de la época, los comerciales y los artísticos, lo encasillaron: los mercaderes dijeron que era rápido, efectivo y que ahorraba dinero; los que su bandera era el arte por el arte, lo consideraron simple, pedestre y básico.
En su primera película Doce hombres en pugna (Twelve Angry Men), obtuvo el Globo de Oro en el Festival de Berlín en 1957. En este film, Lumet consiguió impresionar al público con una historia que sucede en un escenario cerrado en donde doce miembros de un jurado discuten la culpabilidad o la inocencia de un convicto, acusado de asesinato. Sólo uno de los participantes en el juicio coral, cree que él no fue el criminal. Su arduo trabajo será convencer al resto de sus compañeros de dejarlo libre de cargos. La difícil labor de Lumet fue mantener el interés de los espectadores en este drama de acentuados contrastes sociales y de marcadas posiciones de clase, de raza y de justicia.
Entre sus películas más importantes, pueden mencionarse, aparte de la ya comentada, Doce hombres en pugna, Esa clase de mujer (That kind of Woman), El hombre en la piel de víbora (The Fugitive Kind) , Viaje de un largo día hacia la noche (Long Day’s Journey into Night), El prestamista (The Pawnbroker), Punto límite (Fail-safe), La colina de la deshonra (The Hill), El grupo (The Group), Llamada para el muerto (The Deadly Affair), La gaviota (The Sea Gull), Martin Luther King, de Montgomery a Memphis (King: a filmed record), documental; Supergolpe en Manhattan (The Anderson Tapes), Escuela de maldad”(Child’s play), La ofensa (The offence), Serpico, Asesinato en el expreso de Oriente (Murder on the Orient Express), Tarde de perros (Dog day afternoon), Poder que mata (Network), El Príncipe de la ciudad (Prince of the city), Trampa de muerte (Deathtrap), Veredicto final (The Verdict), Daniel, A la mañana siguiente (The Morning After), Un lugar en ninguna parte (Runing on empty), Negocios de familia (Family Business), Distrito 34: Corrupción total (Q & A), Una extraña entre nosotros (A Stranger among us), Gloria y Antes que el diablo sepa que has muerto (Before the devil knows you’re dead).
La corrupción, la malignidad, la vileza, el hombre o la mujer contra el mundo; la sátira de las costumbres, la educación, las buenas conciencias, los medios. Las luchas de poder, los proscritos de la sociedad, temas y tópicos de su filmografía, pueden rastrearse a lo largo de toda su obra.
Un hecho curioso sucedió cuando Sidney Lumet fue llamado a dirigir, El Grupo (The Group), basado en la novela homónima de Mary McCarthy. Aunque para la crítica cinematográfica del New Yorker, Pauline Kael, era la oportunidad de que Sidney Lumet realizara una película de un presupuesto mayor a todo lo que había hecho hasta entonces, 2 millones 600 mil dólares, un numeroso reparto y un sueldo de 125 mil dólares, Lumet aceptó porque leyó el guión escrito por Sidney Buchman, un veterano escritor que tenía quince años de haber salido de Hollywood, perseguido por la cacería de brujas del macarthismo; según Kael a Lumet no le interesó nunca leer la novela en que se basaba el libreto. Para Lumet, Mary McCarthy era la intelectual anticomunista contra la que tenía que luchar y qué mejor que llevar al cine su novela, bajo otro ángulo y otra perspectiva social. Sidney Buchman odiaba a Mary McCarthy también porque la escritora había hecho un ataque maligno contra Simone de Beauvoir. Dijo que jamás le perdonaría, ni olvidaría lo que dijo.
Para Pauline Kael, la novela El Grupo es la historia de “un puñado de chicas que salen del colegio plenas de conciencia e idealismo (mezcladas con pedantería y orgullo) y de cómo sus debilidades y autoengaños respecto a los problemas humanos comunes y corrientes, destruyen sus planes”. Para la misma crítica Kael, Mary McCarthy es la demostración triunfante de que las mujeres pueden pensar, y piensan, sin imitar como loros a los hombres.
Sidney Lumet en El Grupo, hizo una parodia de la novela de Mary McCarthy que ya es una visión paródica de “Las motivaciones, las aspiraciones, los estilos ideológicos de un grupo de muchachas egresadas del colegio Vassar en 1933, en plena era de la depresión económica de Estados Unidos y del “New Deal”. Estas jóvenes de Vassar son muy parecidas a las víctimas tan tiernamente queridas por la literatura novelesca de la clase media”, según describe Pauline Kael.
Antes de la filmación, durante las dos semanas de ensayos con los actores y con los técnicos, con el fotógrafo y el guionista, Sidney Lumet, dio un pequeño curso acerca de la época de la depresión en Estados Unidos, la miseria, el hambre, la gente desesperada que se cambiaba de ciudades, el presidente Roosevelt, los choques sociales entre stalinistas y trotskistas, las experiencias de los grupos radicales y también sobre las élites y su forma de vivir y de ver el mundo. Luego comenzó el rodaje.
Para la crítica, la película “El Grupo” sólo contribuyó a lo que hacía tan bien Mary McCarthy, a satirizar a las mujeres, algo que hace felices a los hombres. Y aunque McCarthy iba más allá, es decir trascendía el material con una visión socialmente crítica, Lumet sólo subrayaba lo grotesco y lo banal. Para muchísimos otros críticos, Lumet tuvo una visión alternativa de Estados Unidos en la época de la recesión económica.