Entrevista a Alejandro Hernández/Vicerrector del ITAM

Nora Rodríguez Aceves

Uno de los aspectos graves de cobrarle una tasa de impuesto muy alto a los ricos es que ellos son quienes invierten, son los dueños de las empresas, y, por lo tanto, tasas impositivas muy altas inhibe la inversión, y al inhibir la inversión no se crean nuevos empleos y los salarios en las economías se mantienen bajos, porque hay desempleo, mucha gente está dispuesta a trabajar aun por salarios bajos, por lo tanto a la larga los trabajadores son los que salen perdiendo de los impuestos altos a los que más tienen, es difícil convencer de esto a la gente, afirma Alejandro Hernández Delgado, vicerrector del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

“Lo que hemos visto en muchos países europeos y ahora en Estados Unidos respecto al incremento de impuestos surge de la crisis financiera mundial que llevó a muchísimos gobiernos a tener que pagar cantidades monumentales para rescatar a sus bancos, para rescatar a sus deudores, para hacer programas de apoyo a ciertas industrias, etc., lo que llevó a estos países altamente endeudados y, por lo tanto, a necesitar fuertes cantidades de recursos fiscales adicionales, y para ello hay que recurrir a más impuestos, ésa es la necesidad que surge en todos estos países como consecuencia de la crisis y de las políticas adoptadas por los gobiernos.”

“Una vez que se llega al consenso de que hay que elevar los impuestos empieza una discusión que tiene un tinte político indiscutible de quiénes deben de pagar los impuestos adicionales, y aquí hay una diferencia grande entre la política y la técnica, simplemente llamarlo así en términos económicos, en la mayoría de los gobiernos que llegaron al poder después de la crisis o incluso los que lograron sostenerse, y esto fue en Europa, pero también en Estados Unidos que son, digamos, los partidos más de izquierda; es el caso sin duda en Francia, pero también lo es en Estados Unidos puesto que Barack Obama siendo demócrata tiene esta postura totalmente distinta a la que tienen los republicanos, se da esta idea de subir los impuestos a los ricos”, o a los ingresos de capital, como se dice en términos económicos para no decir pobres y ricos sino los ingresos de capital.

Aunque “siempre ha existido esta idea de progresividad en los impuestos sobre todo en el Impuesto Sobre la Renta (ISR), que los más ricos paguen más, no sólo pagando porque ganan más sino porque se les aplica una tasa más alta. Las tasas impositivas más altas hoy en día llegan hasta el 75 por ciento, aunque no quiere decir que sea el 75 por ciento de todo el ingreso sino de los últimos pesos ganados de los extractos más altos; si la tasa fuera igual, uno diría: los más ricos van a pagar porque ganan más, pero no sólo eso, se les cobra una tasa más alta, esto por supuesto tiene un atractivo para la gente de menores ingresos que dice: que los ricos paguen. En parte este argumento político se fundamenta también en decir: ellos han sido los principales beneficiarios de estas políticas, lo cual no necesariamente es cierto”.

“Esto es lo que ha sucedido: ¿esto es bueno o malo para las economías? —se pregunta el economista—. Debemos de partir del punto que los impuestos son malos para las economías, son un mal necesario para que el gobierno tenga recursos. Toda la actividad económica que realizan los individuos y las empresas se ve afectada por los impuestos y entre más altos sean los impuestos, peor, ahí no hay nada que hacer.

Más inversión igual a más empleos

El también doctor en economía por la University of Rochester explica a Siempre! que “el otro extremo por el que otras economías han optado en su diseño es evitar la progresividad de los impuestos, privilegiar impuestos que le cobran a todo el mundo lo mismo, por ejemplo, los impuestos al consumo como el IVA —Impuesto sobre el Valor Agregado— u otro tipo de impuestos como son impuestos al flujo de efectivo; el IETU —Impuesto Empresarial a Tasa Única—, que tiene una tasa que no cambia, una tasa única, de ahí el nombre de IETU: tasa única. Estos impuestos le cobran a todo mundo igual, la misma tasa; y la idea es decir: al no golpear mucho a la inversión se permite que haya más inversión, que haya más empleos, que los salarios suban y que el bienestar general suba”.

Ante la actual tendencia mundial que parece haber en algunos países europeos como Francia o Estados Unidos hacia la subida de impuesto a los que más tienen, hay que mencionar que los especialistas en finanzas y economía señalan que “la deuda de un país viene cuando un país recibe menos impuestos de lo que tiene en gasto público. Reducir los gastos empujan una recesión que causa desempleo, y esto ya lo vimos en el 2008. Lo sabio no es bajar gasto público sino bajar deuda, que es lo que importa, y en ese sentido subir impuestos es lo debido”.

Esta propuesta internacional para algunos analistas financieros es simplemente “demagogia”, sin embargo, Hernández Delgado prefiere no usar esta palabra, es “un poco fuerte porque hay muchísimos estudios que tienen que ver con la equidad social, etc., del porqué en la progresividad de los impuestos, incluso, nuestra Constitución Política exige que los impuestos sean progresivos, sí hay una larguísima tradición en cuanto a que los impuestos deben ser progresivos. La realidad es que puede tener sus fundamentos en aspectos sociales o históricos, pero desde el punto de vista estrictamente económico, no son buenos; es mejor recurrir a otro tipo de gravámenes y cobrar a todo mundo lo mismo”.

En este contexto, el vicerrector del ITAM comenta la situación de México y si esta tendencia se podría aplicar en nuestro país hoy. “La situación de los ingresos fiscales en México es frágil, es delicada, aunque no es grave; efectivamente, el gasto público se ha expandido en muchos programas, de diversos tipos, incluyendo el gasto en la nómina de gobierno que Vicente Fox incrementó considerablemente; eso hace que el gobierno necesite más recursos. El monto adicional de recursos que necesita no es muy grande en ese sentido, sí se requieren, pero no es una situación grave como en el caso europeo o norteamericano, aunque sí se ha hablado de incrementar los impuestos o al menos eliminar algunos rubros del gasto”.

Saber gastar

“Lo que el gobierno tiene que hacer primero que nada es gastar bien, y ese es el punto más importante, hace décadas los economistas pensaban que el gasto público activaba la economía, esta forma de pensar ha cambiado, la ciencia económica ha evolucionado mucho y ahora reconocemos que para ciertas rubros de gastos son indispensables los impuestos, porque no lo haría nadie más si no lo hace el gobierno, y son enormemente benéficos, una campaña de vacunación, la educación pública, entre otros, pero hay que gastar bien y hay mucho gasto que no es productivo, que a la economía no le genera nada, como podría ser una burocracia excesiva y, sin embargo, los impuestos que tiene que recaudar sí dañan la economía, por eso es importante racionalizar el gasto: que se gaste lo menos que se pueda y que se cobren los impuestos que se necesiten”.

Hernández Delgado continúa con su exposición y agrega que “una vez que se determina cuánto se tiene que recaudar, ya viene un proceso de técnica fiscal de buscar cuáles son los impuestos que menos dañan el ahorro, que menos dañan la inversión y que, a la vez, también es importante que no den lugar a favorecer a clases más ricas, aunque puede haber programas de gasto que logren hacer esto”.

En el documento del Pacto por México avalado por las tres principales fuerzas políticas del país: PRI, PAN y PRD, existe el compromiso de realizar una reforma hacendaria eficiente y equitativa que sea palanca de desarrollo para “la realización de los objetivos establecidos como compromisos de ampliación de derechos sociales, así como las inversiones para detonar el crecimiento y mejorar la seguridad y justicia requieren de fortalecer la capacidad recaudatoria del Estado, por lo tanto para lograrlo se requiere eficiencia recaudatoria, y en este punto se indica que se buscará mejorar y simplificar el cobro de impuestos, así como se incrementará la base de contribuyentes y se combatirá la elusión y la evasión fiscal”.

En este punto, el doctor en economía, asegura que “no hay un impuesto ideal y, por eso, los gobiernos recurren a un menú amplio de impuestos, si consideramos los dos principales, que son los impuestos al ingreso como el Impuesto Sobre la Renta o los impuestos al consumo como el IVA; es una mezcla, lo que resulta ideal para simplemente hacer la recaudación más estable para que no esté sujeto a va y vienes por una u otra variable se vea muy afectada en algún momento particular de un ciclo económico. Cómo lograrlo, bueno, se ha dicho ampliamente que los impuestos al consumo son preferidos, y observemos que los impuestos al consumo tienen una sola tasa, una tasa general básicamente, son preferidos porque no gravan el ahorro y tampoco desincentivan la inversión, desde ese punto de vista son mejores”.

 En ese mismo tenor, asegura que el “problema de los impuestos al consumo es un problema de carácter político, uno se piensa de alguna manera es un impuesto que proporcionalmente afecta más a los que menos tienen y es cierto, las clases más pudientes no consumen todo su ingreso, ahorran una parte considerable y sobre eso no pagan impuesto, entonces sí es cierto, hay un elemento de que todo el mundo pague igual en la medida que consume, pero no todo el mundo consume el mismo porcentaje de su ingreso, por eso es que también hay que recurrir a una mezcla de impuestos al ingreso y al consumo”.

Baja recaudación

“El impuesto al ingreso inhibe la inversión, inhibe el trabajo, el impuesto al consumo también tiene efectos sobre el trabajo, pero lo hacen digamos el impuesto al ingreso un poco más malo desde el punto de vista que sí grava todo el ingreso, grava el ahorro, grava la inversión, entonces hay que buscar una mezcla que sea la adecuada. ¿Cuál es la situación de los impuestos en concreto en México hoy y por qué es que la recaudación es tan baja?, nuestras tasas no son tan bajas comparadas con otros países, ni la tasa del IVA es baja ni la tasa del Impuesto Sobre la Renta es baja, es muy baja comparada con estas locuras que estamos viendo ahorita en estos países desarrollados, pero no es una tasa alta, una tasa del 30 por ciento al ingreso en tasa al consumo es 16 no son tasas bajas, lo que pasa es que hay demasiadas excepciones en las leyes. Haga el siguiente cálculo: si todos pagáramos 30 por ciento, que no es el caso de impuesto al ingreso, bueno pues el ingreso es el PIB —Producto Interno Bruto—, querría decir que la recaudación debería ser más o menos del 30 por ciento, y la recaudación, sin embargo, es del 4 por ciento, claro no todo mundo paga la misma tasa, la tasa es progresiva, no sólo eso, la gente de menores ingresos recibe una tasa negativa, recibe el subsidio, no impuesto, y después hay muchas formas de darle la vuelta, de encontrar mecanismos legales, que están ahí, donde hay una serie de tratamientos especiales o de deducciones tanto al capital como al trabajo, en prestaciones y todo eso son formas de pagar menos impuestos y a la larga se pasan”.

“El otro punto importantísimo es la enorme evasión fiscal en México, en donde hay muchísima gente que no paga los impuestos que debería con base en ocultar ingresos, por lo cual se requiere un trabajo de fiscalización fuerte, y sí un trabajo, en mi opinión, no tanto de elevar tasas sino ir tapando estos hoyos, si me permite decirlo así. En el caso del IVA también es un problema que hay tratamiento preferencial a alimentos y medicinas, a una serie de productos, y nuevamente el problema importantísimo, una enorme evasión de IVA, yo creo que una de las acciones que el gobierno haría bien para elevar sus ingresos es incrementar considerablemente los recursos que destina a la vigilancia, en general, la inspección, que el Servicio de Administración Tributaria tenga mucha más capacidad de combatir la evasión fiscal.”

Frente a este panorama económico y financiero, el vicerrector del ITAM sostiene que México no entrará en esta tendencia mundial de subir impuestos a los que más tienen porque “la situación que vive México como país en desarrollo en donde lo que se necesita mucho es la inversión, porque lo que tenemos es mucha mano de obra, y si de lo que se trata finalmente es que a lo largo de los años el nivel de vida de todos los mexicanos vaya subiendo, la única manera de lograr eso es más inversión, más empleos, y esa inversión y esos empleos no lo hará el gobierno, lo hará la inversión privada mexicana, extranjera, de donde sea que cree oportunidades para los mexicanos, y desde ese punto de vista lo que se necesita es un trato favorable a la inversión, y estoy seguro que la gente de la Secretaría de Hacienda lo entiende a la perfección. Entonces lo que tendremos serán, como decía, reformas ligeras, graduales, necesarias para ir adecuando, mejorando, las leyes fiscales que tenemos, pero quizá con un mayor esfuerzo recaudatorio para sí hacer que la gente que deba pagar pague lo que debe y no necesariamente cargándole la mano más a los que sí pagan”.