Entrevista a Miguel Barbosa/Coordinador del PRD en el Senado

Nora Rodríguez Aceves

Mucho se ha hablado de la posición que asume el PRD por su apoyo al Pacto por México —signado también por PRI y PAN—. Sus críticos señalan que con su participación ya le dio un cheque en blanco al PRI; otros, en cambio, aseguran que se empieza a ver una izquierda que deja de decir no a todo y que busca construir acuerdos en beneficio del país.

¿Ingenuos?, de ninguna manera, asegura el coordinador parlamentario del PRD en el Senado de la República Miguel Barbosa, en una amplia entrevista concedida a este semanario, donde aborda no sólo su visión sobre el Pacto, sino los entretelones de la reciente visita del jefe del Ejecutivo al Senado y la posición de su partido ante el Movimiento de Regeneración Nacional.

¿Su posición ante el Pacto por México?, hay muchos comentarios de que hay una división dentro del PRD, una parte  que lo acepta y otra que no. ¿Qué destaca de su posición?

Mi opinión es apoyar el acuerdo nacional de las fuerzas políticas y gobierno en 95 temas, temas que si construyen en el futuro, estaríamos, de verdad,  llegando a un escenario de la transformación de las instituciones, de los diferentes ámbitos de la sociedad, la cultura, la educación, la justicia; haber logrado el crecimiento económico y beneficios, por ello la participación. Mi voluntad es apoyar este acuerdo que hoy es un documento de 95 temas, la enorme complejidad es construirlo y, cuando ello suceda, conseguir que su aprobación sea estratégicamente política para que sirva para mejorar la relación entre gobierno y sociedad, entre servidores públicos y pueblo, que hoy está dañada.

La posición del partido la describo: la izquierda no es de unanimidad. La izquierda tiene la crítica y la discusión, tiene como regla esencial en su existencia y en su funcionamiento, la tradición en todo el mundo, de una izquierda que polemiza, que no admite unanimidad, menos uniformidad. Sin embargo, en todos los países del mundo y en México, construir un acuerdo con tres fuerzas políticas que contiene 95 temas,  hay que verlo como un fenómeno donde no hay extremos ideológicos. La extrema derecha no existe, la extrema izquierda no existe y por eso los 95 puntos son acordados por tres fuerzas políticas diversas. No debe verse como un asunto de unanimidad en la sociedad, sino como de una concepción de este principio, en una época donde los extremos, ni los radicalismos estériles, existen, y viene un corrimiento al centro.

En lo personal apoyo la negociación que hizo el presidente nacional del partido, la mayoría de senadoras y senadores de este grupo parlamentario apoyan la propuesta, pero hay posiciones que no apoyan; no en una perspectiva de ruptura, sino de análisis de contenidos, de ver cuáles son esas reformas y qué contenidos van a tener.

Celebro que en el PRD se tenga un comportamiento para instalarnos como una izquierda que dialoga, que acuerda, que no se margina, que quiere influir. Una izquierda que quiere instalarse en la percepción de la sociedad, de ser una alternativa útil para el pueblo e instrumento de la sociedad, confiable para gobernar y sólo así vamos a gobernar…

No somos ingenuos

Se ven muy bonitos los 95 acuerdos, pero ¿cómo aterrizarlos dada la diferencia de posiciones entre partidos? Ustedes tienen trayectoria por la lucha social, tienen su visión sobre telecomunicaciones, energía, ¿cómo discutirlo y llegar a un acuerdo que beneficie a las fuerzas políticas y a la población?

Para que haya acuerdo debe haber una mesa de diálogo y lo que hay es una mesa con un documento, con 95 temas. Se empiezan a desarrollar los contenidos, y la discordancia en la posición de los contenidos, se va a presentar. Fue una de las cosas que dijimos con la presencia del presidente Enrique Peña, y es que llegaremos a temas donde no estaremos de acuerdo y no vamos a identificar propósitos comunes.

No vamos a transigir en una reforma fiscal que aumente IVA en alimentos y medicinas y una energética, que permita la inversión privada en el asunto del petróleo y de gas y muchos otros temas, de visión política. Lo importante es la mesa de diálogo, nadie ha dicho que el aforo consiste en que hay unanimidad de posiciones políticas.

Participamos en la visita del presidente Peña al Senado para estar presentes en la reunión del Consejo Rector del Pacto, con la presencia de los coordinadores parlamentarios de los partidos. Ni el presidente Peña, ni los coordinadores formamos parte del Consejo Rector, pero no pueden construirse propuestas legislativas sin legisladores. Por ello se estableció esta condición, tienen que estar las bancadas en la construcción de propuestas, sin que implique anular la función legislativa de revisar discutir, modificar y, en su momento, votar el dictamen correspondiente  por parte de las Cámaras.

Nosotros participamos de manera responsable en una coyuntura política de la máxima importancia, por bien del país, no somos ingenuos, somos profesionales y podemos entender y ver que quien se beneficia en la percepción social respecto del Pacto es el presidente de la república y su partido. Asumimos el riesgo porque esperamos que la sociedad vea una izquierda responsable, que sea una alternativa social capaz de conocer parte de la construcción de acuerdos que le sirvan a la sociedad y acreditar que la política sirve. Hacer a un lado esa percepción que se tiene de las Cámaras y del ejercicio del poder. No estaremos nunca para que el pacto sirva  para la reinstalación del priismo tradicional que significó la donación al poder, por ello, la reciente reunión fue sin protocolo, una reunión de pares, hablo del respeto entre los poderes, el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo.

Los poderes se concretan en quienes lo ejercen, son los hombres, en este caso el titular del Ejecutivo y los legisladores, por eso establecimos que debía ser una reunión sin protocolo, de trato cordial, como tiene que ser la relación entre políticos, somos adversarios, no enemigos. Nos tratamos con el nivel que queremos que se nos vea, fue una reunión que ha sorprendido a todos por el ámbito de cordialidad. Tocó a nuestra puerta el titular del Ejecutivo, lo tratamos con la cortesía parlamentaria que debe existir en todos los parlamentos del mundo.

No dudaremos en decir no al Ejecutivo

¿Qué lectura le podemos dar a la visita de Enrique Peña Nieto al Senado de la República?

Eso, la visita del titular de uno de los poderes a una de las sedes en que estamos derrotados en un asunto de establecer debate, de discusión, de acordar, de decir sí o decir no. Es lo que ocurrió, hay quien dijo rápidamente: ¡fue a dar línea!, es la visión más antigua de la oposición. Hoy deben construirse opositores que construyan, pero que siguen siendo opositores. Un asunto indeseable sería que la oposición, en sus posiciones políticas,  desapareciera.

En el Senado instalamos un bloque legislativo con el PAN, con el PT, con Movimiento Ciudadano, que ha dicho no a las propuestas del Ejecutivo. Desde aquí dijimos que tendrían que incluirse a las bancadas en la construcción de las propuestas  del pacto. La visita del Ejecutivo fue una reacción a planteamientos políticos, sin arrogancias, sin soberbia, sin el deseo de rivalizar. Los poderes deben dialogar, coordinarse  y desempeñar su función constitucional. ¿Qué hace el Poder Judicial federal?, revisa la constitucionalidad de los actos de los otros dos poderes; ¿qué hace el Ejecutivo?, gobierna, tiene a su cargo el desarrollo, ejecución y cumplimiento de las políticas públicas aprobadas en el Legislativo, pero ¿qué hace el Legislativo, aparte de construir leyes?; controla al Ejecutivo. Hemos pasado estos cuatro meses del primer periodo, con una intensa labor legislativa y con momentos complicados, por un lado, el Ejecutivo siendo parte de un pacto y, por otro lado, éste, inconforme por que se establezcan controles legislativos a la concentración de funciones en la SEGOB, sobre asuntos de seguridad pública y seguridad nacional. Tenemos la advertencia de la presentación de una controversia constitucional, digo, contradice, para que vea que eso a veces ocurre día a día, momento a momento.

Sin embargo, no tenemos duda en decirle al Ejecutivo, no. No tenemos dudas para crear las leyes que acoten al Ejecutivo,  en bien de la sociedad.

¿Seguiremos viendo lo que se presentó al inicio del periodo de sesiones cuando se discutía la Ley Orgánica de la Administración, de toma de tribunas, suspensión de sesiones? ¿No le dan un cheque en blanco al PRI?

Las Cámaras son muy dinámicas y, ahora sí, ya hay Poder Legislativo en México, no tiene mucho, lo identifico a partir del 97 en la LVII legislatura. Un poder legislativo existe cuando es capaz de modificar las políticas públicas, las propuestas del Ejecutivo; de lo contrario, el Ejecutivo controla al Legislativo y éste sólo sirve para aprobar propuestas. Ya hay poder legislativo en México y seguiremos viendo la dinámica propia de las Cámaras, espero que así sea también en diputados, en donde está expresada la pluralidad política del país.

En el Senado hemos intentado ser cuidadosos; cuando no lo fuimos, se nos desbordaron las cosas, en el tema que identificas como la toma de tribunas por PRI, no las tomamos, había concluido la sesión, y leales a su estilo y tradición de comportamiento político, los priistas se subieron a la tribuna  y cantaron el Himno Nacional, no completo, por cierto. En el caso particular de la revisión de quórum para suspender una sesión, es una práctica parlamentaria utilizada en todos los Congresos del mundo y es parte de una estrategia.

Lo que ocurre en el Senado es muy diverso, muy plural, es la confrontación de estrategias, y si éstas son claras, hay que aguantar, si ya me ganaron, sí, pero cuando quieren ganar sin reglas muy claras hay que asumir decisiones como puedas. No pasa nada: que día tan gracioso, lo disfruté mucho.

Va a haber momentos muy complicados

¿Hasta donde el PRD cederá en este Pacto por México?

Va a haber momentos complicados muy pronto, lo identificaste, los temas de reforma hacendaria y fiscal; de reforma energética, éstas nos va a poner en una condición muy complicada como partido, no vamos a ceder, ni bajar nuestras banderas, pero ¡cómo no íbamos a apoyar la reforma educativa!, si había sido un planteamiento de nosotros, que el Estado asumiera ese control de rectoría de la educación. Cómo no vamos a ser partícipes en una reforma en telecomunicaciones, cómo no participar en una reforma fiscal que elimine la figura de la consolidación fiscal, o al aumento del ISR progresivo. La visión de la construcción de esa propuesta sea como lo dijo el secretario Videgaray, que toma nuestras palabras: ¡que pague más quien más gana!, por eso estamos en el Pacto, son parte de nuestras propuestas históricas.

¿Que yo vengo de parte del gobierno?, es una sorpresa, ¡sí, señor!, bueno, no ha pasado mucho, pero hasta ahora pensé que Peña iba a ser un presidente conservador atado a los intereses de los factores que lo llevaron al poder, pero está tomando decisiones.

El día de su visita ¿quién gana?, no nos hacemos tarugos. Peña entra como un gobernante con enormes cuestionamientos de legitimación y el Pacto lo legitima, sí. Hoy derrocha simpatía por el país, por la visión que tiene de sentarse a dialogar con las fuerzas políticas. Si logramos que esos acuerdos se desarrollen, vamos a ver transformaciones.

Vemos a un presidente Peña que asume actos de audacia, viene al Senado instalado por esa simpatía generada de estar en el Pacto, sí, ¿quién gana en percepción social?, gana Peña, pero también gana la oposición, porque queremos que sea vista con la capacidad de construir. ¿Riesgos?, muchos, los asumimos, pero por los temas y los asuntos tan importantes, le entramos; pero también gana la política; ganan los políticos. La política en México de hoy, es otra. Ahí está el riesgo y la apuesta política y, como dirían los enormes apostadores, quien no apuesta no gana.

El PAN no tuvo nivel político para gobernar

Viendo hacia atrás, ¿qué sucedió para que se diera este pacto? Hace 12 años, el PAN llega a la administración, con todo para hacer reformas, había consenso, pero no hay ninguna reforma, ¿por qué hoy el consenso entre los opositores?

Los pactos siempre son con la oposición y donde ésta tiene los planteamientos más importantes. No puede haber un pacto con el poder si sólo se satisfacen sus planteamientos, deben estar, porque son los que ganaron una elección, pero los pactos son con la oposición. ¿Por qué en el 2000 no?, porque los panistas no tuvieron visión de Estado, llegó una clase política sin nivel para ser gobernantes, porque venían con la idea de beneficiarse, de ¡quítate tú, para que me quede yo!

Vicente Fox tuvo un bono democrático enorme que pudo haber utilizado para transformar las instituciones y, ¿sabes qué?, nunca hubiera regresado el PRI al poder. Aceptó la colaboración del PRI para ejercer el poder con todas las facultades constitucionales y metaconstitucionales que habían ejercido los gobierno priistas. Su cambio fue sólo de maquillaje, y a los seis años contradice la tradición opositora del PAN. Acción Nacional surge como una fuerza política opositora al PRI con la bandera de la legalidad, Fox interviene directamente en las definiciones de su partido y en la campaña constitucional, hace que Felipe Calderón, bueno… no gana, hace que Calderón tenga la condición que le permitió estar en la ruta del resultado final, para no decir que ganó, porque lo hemos dicho, no ganó.

Sin embargo, no fueron capaces de la transformación, ni del acuerdo que hubiera impedido que el PRI regresara y ponlo así, por favor. Si hubiera habido un pacto entre las fuerzas políticas en el 2000, en el que se hubieran sentado el PRI y el PRD, no tengo duda, para transformar las instituciones, no hubiera regresado el Revolucionario Institucional, porque éste se replegó a preservar lo que tenía, dejó en el gobierno federal un esquema de control enorme, no movieron nada del sistema de responsabilidades de servidores públicos, del esquema de auditoría, de fiscalización de recursos, y se generaron los enclaves de corrupción y de abuso de recursos públicos con los fines electorales más desastrosos en la historia de México, que es en los gobiernos estatales.

Ahí regresó el PRI, tan es así que un exgobernador es el nuevo presidente del PRI. El PAN no tuvo nivel, ni tampoco su clase política, se fueron del poder y tienen esa culpa frente a la historia de México. Nosotros sabemos de los riesgos del Pacto, sabemos que genera una condición política de percepción social que hay que saber manejar, hemos dicho: ¿cómo le hacemos para que el Pacto no nos chupe? Es desarrollar una estrategia de mercadotecnia política, ésa es la ruta.

Hoy con una adversario muy fuerte, que acaba de registrar su institución para convertirse en partido: López Obrador ¿qué opina de su registro y cómo van a manejarlo?

Hay que transformar el PRD hasta abrirlo a la sociedad para que los ciudadanos participen en las decisiones políticas y en las candidaturas. Hacerlo una alternativa social, que sea un partido que construye cosas, por eso el discurso de quienes tenemos voz en estos asuntos del servicio público y de la política en general es lo que tenemos que hacer.

La transformación corre a cargo de la dirección, legisladores y gobernantes, hay que acreditar que nuestro comportamiento político es el de una fuerza confiable para gobernar, lo que haga López Obrador en su partido político es un asunto de su diseño y responsabilidad. Plantean su línea política, su visión del poder, no necesito describírtela, basta tomar lo que han declarado, para que no signifique otra vez esa frase de los radicales.

Que le vaya bien a Morena, pero mejor al PRD

Ahí están los radicales, así lo dice usted…

No, fíjate que yo lo describí de una manera más general. Para mí, el radicalismo es una estrategia. Creo en el radicalismo pero no en el estéril; la militancia tiene que ser propositiva, estar informada, ser reclamante, tiene que promover.

La militancia milita, parece sacado de las mangas del chaleco, ¿qué significa?, tocar puertas, yo lo hice, todos lo hicimos, cuando entré al PRD milité de una manera muy intensa en el trabajo de base, para vincularme a esta idea política de la izquierda, vincularme con la gente y los propósitos del partido.

Tocar puertas los domingos, en las noches; hacer reuniones, pegar propaganda, organizar mítines, hay que militar, pero tiene que ser una clase política informada, que reclame decisiones democráticas y sepa ser radical, pero no con un radicalismo estéril. Un radicalismo que sirva a la estrategia para un momento político donde se destaquen hechos, no la oposición a todo.

El señor López Obrador y Martí Batres se encargarán de diseñar el modelo partidario, el programa, la línea política, y yo deseo que les vaya bien. Que le vaya bien a Morena, al señor López Obrador y a Martí Batres, pero yo deseo que le vaya mejor al PRD, y eso es lo que tenemos que hacer.

Que le vaya bien al PRD, reconociendo que somos vertientes de la izquierda, hay que diferenciarnos, porque si nos quedamos en la adoración a Andrés Manuel pues ya estuvo que Morena se volvió el primer partido de izquierda. Aclaro, no adorarlo no significa atacarlo, sino diferenciarnos perfectamente.

Ellos dicen que son la verdadera oposición o que no son peleles. Cuando lo dicen, ¿a qué se refieren?, ¡por favor!, que no tengan un sobresalto por ese tipo de comentarios que son propios de un debate político muy cuidadoso, puede ser que en el PRD haya ese tipo de sobresaltos, ¡bueno!, sabes quiénes lo dicen, los que tienen remordimientos de haberse quedado en el PRD. Todo esos que tienen “duditas”, que quieren tener una velita prendida en Morena, por si deciden hacer su cambio después. Hay algunos que tienen remordimientos, despiertan de noche y a veces llorando…