Alexander Serikov

Cosas raras suceden en la ciudad rusa de Cheliábinsk —situada en los montes Urales— causadas por el meteorito que cayó allá el 15 de febrero último. Los veterinarios de esa zona informaron sobre la conducta inusual de los animales.

En el zoológico de la ciudad de repente se despertaron los osos que estaban sumergidos en un profundo sueño invernal. Se levantaron y comenzaron a rugir exigiendo su alimento. Los cuidadores del zoológico quedaron ante un problema: dónde conseguir la comida para estos animales que habitualmente duermen largos meses. Los animales domésticos como cabras, borregos y otros se portaban muy inquietos tratando de escapar de sus corrales dando balidos sin cesar.  Los lobos que habitan en los bosques que rodean la ciudad aullaban noche tras noche asustando a los habitantes rurales.

Los lugareños quedaron asustados por la nunca antes vista actividad solar que fue registrada luego de la aparición del bólido. Debido a esta actividad varias personas quedaron con la piel quemada como si fuera en la epóca estival cuando la gente descuidada pasa sus vacaciones en la playa. La nieve y el hielo que cubrían los techos de las casas se derritieron en cuestión de minutos. Los habitantes locales comenzaron a relacionar la rara aparición del meteorito con estos sucesos. Decían que los arqueólogos perturbaron el pasado cuando comenzaron a explorar excavando los lugares habitados por los antecesores. Y su miedo no lo pudieron dejar atrás ni con el nuevo templo de la Configuración de Jesucristo construido recientemente en una colina cercana.

Mientras tanto los policías que vigilan el lago donde cayó el meteorito dicen que si no estuviera custodiado por ellos, decenas de personas ya hubieran comenzado a bucear las aguas en busca de fragmentos de este cuerpo celestial. Y aunque los buzos profesionales aseguran que es imposible encontrar algo en el fondo del lago muchas personas quieren acercarse al claro para probar suerte y encontrar aunque sea un pequeño pedazo del meteorito. O para lavar sus manos en las aguas del lago en el lugar de su caída puesto que, según rumores, esta agua tiene propiedades curativas por tener energía cósmica. Los lugareños emprendedores ofrecen el servicio de trineos motorizados para llevar a los que deseen al claro situado bastante lejos de las orillas y hasta venden el agua presuntamente extraída en el lugar donde cayó el bólido. Pero hay gente que tiene miedo de acercarse a este claro del lago Chebarkul ya que creen que el bólido pudo haber traído desde el espacio cósmico algunos microbios ajenos al organismo humano. De modo que el visitante espacial trajo a Cheliábinsk no solamente destrucciones materiales, sino también alteraciones de salud y perturbaciones en las mentes de los habitantes locales.