Raúl Rodríguez Cortés

Los ideólogos y apologistas del gobierno en turno se desgañitan para minimizar el significado de la marcha por la Paz con Justicia y Dignidad que vino del Cuernavaca al Distrito Federal, entre el 5 y el 8 de mayo, con expresiones ciudadanas en un bueno número de puntos de la geografía nacional.

Felipe Calderón, junto con sus opinadores o acatando sus recomendaciones, saludó a la marcha como expresión de un movimiento ciudadano contra la inseguridad y la violencia, pero antes y después —en cadena nacional de radio y televisión, en entrevistas televisivas o en eventos oficiales— reiteró que Ejército y Marina no se replegarán en esta “guerra”, que su estrategia se mantendrá como eje central y casi único en la confrontación violenta, que nadie le ha planteado alternativas viables para sustituirlas y, prácticamente, que quienes no están con él (como debería estarlo cualquier hombre de bien, según dijo) están en contra de él (los hombres del mal en esa lógica).

En ese contexto, los ideólogos y apologistas del gobierno en turno aplauden, pero desprecian. Aplauden que la gente se movilice contra los criminales, únicos responsables de la violencia que nos desangra, según el discurso gubernamental, y pretenden que ahí queden significado y alcance.

Desprecian, por lo tanto, el clarísimo pliego petitorio que sustancialmente exige el fin de la estraegia de guerra, vamos, cambiar el enfoque militarista y sustituirlo —porque nadie pide que el gobierno deje de cumplir con su obligación de garantizar la paz y la legalidad— por otro de seguridad ciudadana con énfasis en el respeto de los derechos humanos. Para ellos tales demandas, vociferan, son cosas de los rijosos y resentidos de siempre.

Pero la marcha, les guste o no, ha parido un plan de acción política (sí, no llamamos a la palabra cuando se refiere al ejercicio del poder en beneficio del bien común y no sólo a los cálculos electorales) que no se pierde en las muchas medidas operativas necesarias para confrontar con éxito la delincuencia, pero que son imposibles de implementar sin ese plan de acción política. Sus alances tocan, por supuesto, el modelo de nación, pues el actual no resuelve el problema, lo agudiza.

Los seis puntos del pleigo petitorio de la marcha son: 1. Esclarecer asesinatos y desapariciones, esto es, nombrar a las víctimas; 2. Poner fin a la estrategia de guerra y asumir un enfoque de seguridad ciudadana con enfoque en los derechos humanos; 3. Combatir la corrupción e impunidad; 4. Combatir la raíz económica y las ganacias del crimen; 5. La atención de emergencia a la juventud y la implementación de acciones efectivas para la recuperación del tejido social; y 6. Democracia participativa (plebiscito, referéndum, revocación de mandato y todas las herramientas necesarias para la participación ciudadana en los asuntos públicos).

La cabeza del secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna, no fue parte del pliego petitorio. El poeta Javier Sicilia lo planteó, a título personal, como una señal de que el gobierno acusó recibo de las exigencias de la marcha.
Por supuesto que Calderón mandó decir que ni hablar, que García Luna se queda. Da lo mismo, en realidad, pues si no es García Luna será otro el que acate las órdenes de Calderón quien siguió montado en el doble discurso.

Un migrante remolón, Javier Magallán, le reclamó a Calderón desde Nueva York que había prometido ser el presidente del empleo, pero que como esa bandera no le funcionó, tomó el camino de la guerra contra el narcotráfico, una guerra interminable que no va a ganar ni él ni nadie. Calderón respondió que ésta no era (¿?) “una guerra  contra el narcotráfico por sí mismo; mi problema no es lo que la gente por su propia voluntad quiera usar o no las drogas; mi asunto es que esos criminales afectan la seguridad de la gente en muchas regiones del país”.

Sí, la afectan y la siguen afectando cuatro años y 40 mil muertos después. Y de ribete, ni es guerra ni es —como dice la propaganda— para que la droga no llegue a ti ni a tus hijos. Entonces, ¿qué es? Es la debacle.

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