Ahora, el revolucionario es Peña Nieto y no Lucio Cabañas
Era usual recomendar a los presidentes evitar tomar decisiones que pudieran despertar al México bronco.
Era usual recomendar a los presidentes evitar tomar decisiones que pudieran despertar al México bronco.
La aprobación de la contrarreforma educativa presentada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en el Congreso de Guerrero hubiera dado pie a iniciar la disolución de la república, la anarquía constitucional y dejado sin control político y jurídico al gobierno federal.
La Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal publicó en la Gaceta Oficial la nueva reglamentación para contener lo que el protocolo divide ahora en manifestaciones, concentraciones y mítines.
La democratización de las telecomunicaciones del país pasa, sin duda, por poner punto final a la altísima concentración de la televisión abierta que existe en el país.
La elección de Jorge Mario Bergoglio, como sucesor de Joseph Ratzinger en el Vaticano, tiene un sinfín de lecturas y responde, sin duda, a los tiempos de un mundo inédito.
No se trata de repetir la tontería que se atrevió a decir un comentarista improvisado de la televisión: “Qué bueno que se murió Chávez, porque así va a regresar el capitalismo a Venezuela”.
También se equivocó Joaquín Hernández Galicia cuando creyó ser dueño de Pemex. Y se equivocó Elba Esther Gordillo al creer que el gobierno y el Estado mexicanos estaban a su servicio.
Parecería un contrasentido, pero no lo es. El diputado Manlio Fabio Beltrones y el gobernador Ángel Aguirre tienen razón. ¿Los dos? Sí, los dos. No, obviamente, en la guerra verbal y muy personal en la que se enfrascaron recientemente, sino en las declaraciones que hicieron con respecto a la llamada policía comunitaria.
La renuncia de Benedicto XVI a la cátedra de San Pedro es también una protesta y una denuncia. Es la mejor vía que encontró Joseph Ratzinger para hacer pública la descomposición de la Iglesia y la vida interna del Vaticano.
Una institución que se había convertido en icono de la democracia vanguardista y en símbolo de los espacios que ha venido ganando la ciudadanía para defender sus derechos ante los excesos y la arbitrariedad del poder, quedó transformada, de pronto, en lodazal.
La historia nos dice que cuando un presidente de la república evita, por diversas razones, marcar distancia con respecto de las administraciones pasadas, los costos de los errores cometidos en el pasado termina por pagarlos el mandatario en turno.
La decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de liberar a Florence Cassez fue repudiada por gran parte de la sociedad, entre otras razones, por no existir una estrategia que blindara penal, política y mediáticamente el escenario.
La ley de Herodes es una película convertida en un clásico del cine mexicano, estrenada en 1999, un año antes de la salida del PRI del poder y donde los habitantes de San Pedro de los Saguaros decapitan a su alcalde por robarse el dinero de la comunidad.
Legisladores y funcionarios se quejan de que Enrique Peña Nieto no los deja ni dormir. La velocidad e intensidad que ha dado a la conducción del gobierno tiene sorprendidos y desubicados a quienes estaban acostumbrados a tener presidentes lights.
Quienes aseguran que Enrique Peña Nieto se parece a Felipe Calderón porque, al igual que su antecesor, también pretende convertirse en el presidente del empleo, se equivocan.
No sería extraño que el senador del PAN Juan Carlos Romero Hicks aparezca en los archivos secretos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) como “persona indeseable”.
Efectivamente, desde que Enrique Peña Nieto era candidato a la Presidencia de la República se hizo costumbre entregar los celulares, i-Pads, laptops a una edecán que estaba a la entrada del salón donde se iba a llevar a cabo la reunión.
El expresidente de Francia Nicolás Sarkozy publicó el 4 de septiembre de 2007 una carta dirigida a los maestros y padres de familia con motivo del comienzo de clases. La tituló Carta a los educadores. La llamó así porque, para el autor, las escuelas no son las únicas obligadas a educar.
Desde Palacio Nacional, Enrique Peña Nieto marcó los ejes fundamentales de su gobierno. La línea vertebral de su mensaje consistió en decir cómo, durante su sexenio, serán recuperadas las facultades y responsabilidades fundamentales del Estado mexicano, olvidadas y abandonadas, cuando menos, desde hace dieciocho años.
El 1 de diciembre de 2012 aparecerá en los libros de historia como el día en que el PRI regresó al poder.