Fox y Calderón aumentaron deuda y pobreza

Apenas instalado en el poder, en el año 2000, el llamado gobierno de la transición de Vicente Fox mostró que, en el aspecto económico, su administración no sólo seguiría sino acrecentaría la aplicación del modelo neoliberal, sujetando el desarrollo nacional a los vaivenes de la economía estadounidense y las desventajosas condiciones que enfrentaban los sectores industrial y agrícola a raíz del Tratado de Libre Comercio (TLC).

De la abundancia petrolera a la abundante deuda

Bastaron dos décadas para que la deuda pública del país se disparara de 900 millones de dólares, en 1960, a cerca de 82 mil millones de pesos en 1982. Del llamado desarrollo estabilizador de los años sesenta en que el país creció a un ritmo sostenido del 6 por ciento anual, se pasó en la década de los setenta al gobierno populista de Luis Echeverría y más tarde al sexenio de la desatada corrupción y derroches de José López Portillo, cuando se aseguró que los mexicanos debíamos prepararnos para “administrar la abundancia”, por el descubrimiento de ricos yacimientos petroleros, en la época en que los precios del petróleo se dispararon en los mercados mundiales.

Gestapo en ciernes

El retrato hablado de lo que se prometió sería una reforma a favor de la sociedad y sus libertades democráticas, acotando el desmedido poder adquirido en décadas por los monopolios de las telecomunicaciones en el país, se transfiguró en la fase de parto de las leyes secundarias en una amenazante mutación con injertos nazistas,tendiente a conculcar no sólo el derecho a la libre expresión y la privacidad de millones de mexicanos, a través de la regulación y censura de los contenidos de Internet, dotando al gobierno, por añadidura, de facultades para la cancelación de cualquier medio que emita informaciones que a su juicio no deban ser difundidas.

Los impuestos guillotinan a los trabajadores

Al cumplirse los plazos anuncia para que millones de mexicanos causen alta en el nuevo sistema de recaudación contemplado en la reforma fiscal, la guillotina del Sistema de Adminstración Tributaria pende amenazante sobre sus cuellos, a causa de que la depredadora e intimidatoria medida no contempló el mínimo sentido social hacia sectores que como los campesinos, ahora en forma por demás increíble, deberán emitir “facturas electrónicas” para vender sus magras cosechas.