“El humor es una manera de respirar”, declaró el escritor y periodista Juan Villoro (DF, 1956). “Es consustancial a la persona que mira el mundo, y no hay nada más pesado que alguien que quiere hacerse el chistoso. En la cultura mexicana no ha tenido un espacio privilegiado. Han existido escritores con sentido del humor, como Juan José Arreola, Salvador Novo, Carlos Monsiváis. Sin ser una constante, rara vez la literatura le ha apostado a la ligereza o al humor. Basta ver los títulos de obras clásicas: El luto humano, Los días enmascarados, El laberinto de la soledad, Muerte sin fin, Nostalgia de la muerte, El Llano en llamas. Aluden situaciones tensas, desgarradas, límites. Yo me formé de modo irregular, leyendo más cómics que libros. Disfrutaba de La Familia Burrón, Los Supersabios, Los Supermachos, La Pequeña Lulú”.