Política y sexo, coctel explosivo
La reciente renuncia de David Petraeus como director de la Agencia Central de Inteligencia de la Unión Americana (CIA), en momentos en que el Congreso investiga el atentado del 11 de septiembre pasado en Bengasi, Libia —en el que murieron el embajador estadounidense en esa nación, Chris Stevens, y otros tres de sus compatriotas—, demuestra una vez más que la política y el sexo son, de manera ineludible, un coctel explosivo.


