Ante la consulta para definir el destino del aeropuerto, los mercados han lanzado advertencias. Desde el martes el peso mexicano comenzó a moverse en un terreno pantanoso y regresó a niveles no vistos desde julio pasado, lo que ha generado nerviosismo pues para muchos analistas el camino que han tomado puede complicarse ante una posible crisis de confianza por la falta de contrapesos con la administración entrante. Un tema que hoy se pone en la balanza en diversos sectores del país.

Empresarios mexicanos cerraron filas para alertar los riesgos de no continuar con la obra en Texcoco, mientras que a través de un reporte que Citibanamex titula “Nuevo aeropuerto en CDMX: ¿en vísperas del error de octubre?”, habla de los posibles riesgos macroeconómicos que puede ocasionar la cancelación de Texcoco.

Los analistas de Citibanamex además cuestionan que a través de una consulta López Obrador busque fundamentar una decisión técnica tan relevante, como la continuidad del NAIM, señalando que el temor es que se convierta en un precedente de la manera en que se tomarán decisiones en otros proyectos de inversión claves para el país.

BBVA Bancomer publicó a su vez otro documento en el que habla sobre el daño a la reputación de México que se generaría con la cancelación del proyecto, el cual podría presionar sobre la calificación crediticia de México y tasas más altas de financiamiento.

De acuerdo con Guillermo Barba, economista y editor del boletín financiero Top Money Report, el mayor riesgo en que nos encontramos en estos momentos es que el próximo gobierno se convierta en un gobierno autocrático, sin contrapesos legales, sin contrapesos económicos, al que no le importen las consecuencias de sus decisiones económicas o políticas.

Considera que en específico los mercados no servirán de mucho contrapeso al gobierno, pues un contrapeso es una especie de freno en la toma de decisiones; sin embargo, dice “por la forma de ser de López Obrador, por el discurso que maneja, por sus ideas que más que en hechos concretos o reales se basan en creencias, no los tomará en cuenta. Hay que recordar que cuando algo o alguien se opone a sus ideas inmediatamente es menospreciado”.

Barba señala que el ejemplo más reciente fue hace unos días cuando la calificadora Fitch Ratings bajó a negativa la perspectiva crediticia de Pemex y, en respuesta, López Obrador aseguró que solo era una opinión que no representaba riesgo y a fin de descalificarla aseveró que Fitch debería asumir su responsabilidad al haber respaldado la reforma energética, la cual ha resultado un fracaso, pues no se ha extraído un solo barril de petróleo en cuatro años.

“Lo que olvida Obrador es que las tres grandes calificadoras que son: Fitch, Standard & Poor’s (S&P) y Moody’s tienen un impacto directo sobre la opinión de otras calificadoras, pero sobre todo en las decisiones de las instituciones bancarias que prestan dinero. Por lo que a menor calificación, aumenta el costo de los créditos y la deuda que tendrá que contraer tanto el gobierno como Pemex para sus grandes proyectos como el tren maya, o la refinería”.

Recuerda que una caída bursátil o un alza al tipo de cambio, las tasas de interés, son señales de que los inversionistas están perdiendo confianza en la próxima administración, y su respuesta es empezar a liquidar, a vender sus activos, sus acciones bursátiles, bonos, a cambiar pesos mexicanos por dólares, “se genera una especie de bola de nieve de sentimientos negativos en el mercado que puede ocasionar una salida de capitales, para castigar”.

Mercados, termómetro de la consulta

Al término de la consulta —considera— será necesario seguir de cerca el tipo de cambio, pues más allá de lograr ser un contrapeso, se convertirá en un termómetro en tiempo real de las expectativas de los inversionistas, “pese a que se ha dicho que no se van a dar resultados parciales y hay que esperar el resultado final, siempre hay filtraciones y es justamente el tipo de cambio el que nos dirá por dónde van las cosas”.

“Si vemos que el tipo de cambio sigue hacia arriba, es muy probable que los inversionistas tengan información o simplemente esperen que se cancele Texcoco; si por el contrario vemos que el tipo de cambio empieza a perder presión o esta relativamente estable, puede ser indicativo de que tienen informaciones de que la consulta va por la no cancelación. Una vez que se anuncie el resultado, entonces sí vamos a tener reacciones cambiarias en vivo”. 

Al hablar sobre si nos encontramos ante la antesala del “error de octubre”, como lo señala el grupo financiero Citibanamex en su análisis, Guillermo Barba afirma que aunque la cancelación no va a ser equiparable al error de diciembre, seria el primer gran error garrafal de la administración de López Obrador, el cual se reflejará en el tipo de cambio, tasas de interés y Bolsa Mexicana de Valores, “pese a que no será el inicio de una gran crisis, sí podría convertirse en el inicio de una serie de errores que nos puede conducir a una crisis”.

El economista señala que entre los errores que se podrán cometer estaría que haya un descontrol del gasto, que no se cumpla con la promesa de un déficit cero, o con la promesa de no aumentar la deuda, echar a andar proyectos como el del Tren Maya, la refinería, que pueden ahuyentar la inversión en el país, “por ejemplo, si se cancela el aeropuerto, hará caso omiso de los costos que se van a generar que superarán donde el mínimo serían 100 mil millones de pesos de manera inicial, eso no le importa”.

“Los inversionistas no van a querer invertir ante la incertidumbre que se ha ido generando; es decir, por las ocurrencias de López Obrador. No es porque no se sepa lo que va hacer, sino porque saben de lo que es capaz. Eso podría generar reticencia de los inversionistas para invertir en el país”.

Los órganos de control

Para Guillermo Barba el único contrapeso que puede tener no solo el gobierno de López Obrador, sino cualquier otro, son los órganos autónomos que existen en el país, como la Comisión Reguladora de Energía o el Banco de México que tienen una autonomía a nivel constitucional y no nada más a capricho de un gobierno, aunque advierte que la Constitución puede modificarse, “el problema en este momento, es que con su mayoría en ambas cámaras, Morena lo puede hacer”.

Lo preocupante —afirma— va a ser cuando estos órganos empiecen a ejercer como contrapesos en contra de las decisiones de la siguiente administración y entonces tanto el presidente y la mayoría de morenistas puedan caer en la tentación de empezar a meter mano en estos órganos.

Reitera que un respaldo constitucional es un respaldo legal susceptible de modificación en un escenario donde Morena y el presidente electo tendrán la mayoría absoluta, pues sin importar que sean contrapesos, al convertirse en obstáculos intentarán deshacerse de ellos pues tienen el poder para hacerlo.

El riesgo —dice— es que México se convierta en un país en donde el poder se encuentre concentrado, a tal grado que el gobierno sea totalmente autocrático, sin contrapesos, “los únicos contrapesos terminarían siendo la libertad de expresión, los analistas, básicamente, pero no hay que olvidar que finalmente son opiniones”.

Se encienden las alertas

El analista y experto en finanzas advierte que el problema en este momento es que se han podido ver algunas señales que encienden las alertas, pues a través de algunas iniciativas presentadas por Morena en la Cámara de Diputados se busca quitar la autonomía a estos órganos.

Además de que existen otras que hablan de echar mano a las reservas internacionales, lo cual sería gravísimo pues las reservas internacionales no son del gobierno pues pertenecen al Banco de México; es decir, no constituyen un ahorro del gobierno, sino de alguna manera respaldan parte del dinero que está en circulación en la economía.

Al hacer uso de esas reservas —subraya— simplemente nos llevarían a una crisis de mayores dimensiones que las que hemos tenido, sobre todo porque ahora tenemos una economía mucho más grande, más sofisticada a escala global, donde los capitales se mueven de una manera rápida e instantánea gracias a la tecnología, al internet.

Precisa que sería una crisis mucho más grave que la del 94 y que todas las que han pasado, “las reservas internacionales son activos que dan garantías de liquidez a los mercados y a los inversores. Dan confianza de que México tiene con qué hacer frente a sus compromisos entre los que se encuentran los pagos de la deuda, si no tenemos esos activos, entonces como decía Obrador, estaríamos en bancarrota y ese sería el peor de los escenarios”.

La economía no se controla

Indica que otro peligro para México es caer en un gobierno tan centralizado en una persona que quiera controlar lo que no puede, como la economía, “sobre todo cuando la economía no puede crecer por decreto, no lo hará por lo que diga el gobierno, “el presidente electo cree que todo depende de él, como cuando dice que todos van a tener trabajo”.

El especialista recuerda que la economía no depende de la buena voluntad ni va a crecer más allá de 2 por ciento bajo ninguno de los pronósticos que ha planteado la próxima administración. “Esto va mas allá de lo que pueda creer López Obrador y ese es justamente el mayor de todos los riesgos que tenemos enfrente: que caigamos en el extremos de querer planificar la economía, pues eso nos llevaría al matadero económico”.

Comenta que hay que tomar en cuenta que Morena y Obrador son una sola persona y pueden concentrar el poder a tal grado que quieran que todas las decisiones se tomen de manera centralizada, “no hay nada mas perjudicial para la economía que se quieran tomar decisiones centralizadas porque la economía es extremadamente compleja, por eso han fallado todos los experimentos socialistas del mundo, porque la economía es muy compleja, tanto que no se puede planificar de manera centralizada”.

Cancelación de NAIM, puerta a panorama sombrío: Gabriela Siller

Al hablar sobre la posibilidad de que los mercados puedan convertirse en un contrapeso para el próximo gobierno, sobre todo ante la incertidumbre que han generado los diversos anuncios del próximo gobierno, la directora de Análisis Económico-Financiero de Banco BASE, Gabriela Siller, señala que de una u otra manera esto podría suceder.

Explica que sobre todo cuando es a través de los mercados que se refleja la opinión que existe en el ámbito internacional sobre las decisiones que se toman, “por ejemplo en lo concerniente al nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, en dónde se puede observar que ante el miedo que genera la consulta, baja el rendimiento del bono emitido y por lo mismo baja su precio, lo que genera minusvalías”.

Gabriela Siller considera que al darse una cancelación de la construcción en Texcoco lo que sucederá es que al subir la tasa de rendimiento del bono emitido, bajará su precio, lo que generará pérdidas, que al producir una especie de efecto castigo se podrán ir también a la Bolsa Mexicana de Valores, las cuales, aunadas al panorama internacional que existe, pues se le abrirá la puerta a un panorama que puede volverse muy sombrío.

Falta de credibilidad

Destaca que otro de los problemas de una cancelación de esta naturaleza radica en que se está en riesgo de que se produzca una falta de credibilidad alrededor de la siguiente administración, lo que nos llevaría a tener una baja en la inversión.

“Pese a que aún no se vislumbra que lleguemos al grado de que haya una recesión, ni una crisis, se puede generar un panorama más sombrío que haga que las calificadoras tengan los ojos puestos sobre México. Aunque no llegaríamos al descontrol, pues eso sería hablar de una crisis. Esta desconfianza se puede traducir en un mayor tipo de cambio, mayores tasas de interés”.

Respecto a la posibilidad de que la próxima administración vaya a recurrir a la eliminación de órganos autónomos, afirma que es un escenario que ni siquiera se debe pensar ya que sería hablar de un panorama caótico para el país.