Apasionada de la obra de Manuel Payno, Blanca Estela Treviño (1950-24 de julio de 2021) dedicó buena parte de su obra ensayística al escritor. De los multiples textos que escribió sobre el autor de Los bandidos de Río Frío, tomo la introducción a la novela corta Trinidad de Juárez. Leyenda del año 1648, que escribió para la edición de la UNAM en la colección Relato Licenciado Vidriera, y transcribo las primeras líneas.

“Manuel Payno consiguió su calidad de gran narrador a fuerza de perseverancia y trabajo. Sus hallazgos y desfallecimientos pueden constatarse al revisar su vasta obra prosística. Empezó a forjar su vocación de fabulador de ficciones al cruzar los veinte años, al cobijo de El Año Nuevo, revista de la Academia de Letrán, donde “Manuelito” hizo sus primeras incursiones literarias en el terreno de la llamada novela corta. En nuestro país el género se inició hacia1835 y fue cultivado profusamente por los escritores y recibido con simpatía por el público a través de la prensa periódica. Su aceptación se explica, tal vez, por los contenidos de esos relatos en los que predominaban los asuntos de carácter histórico, de costumbres, y de énfasis sentimental al estilo romántico que tanto gustaba de leer el “bello sexo”.

”Para dar rienda suelta a su talento literario, Payno fue un asiduo cultivador del género. Aunque sus cuentos y narraciones breves se editaron en 1871 bajo el título de Tardes nubladas (y póstumamente, en 1901 como Novelas cortas), en su momento sirvieron de enlace entre la primera generación romántica de San Juan de Letrán, José María Lacunza, Guillermo Prieto y José Joaquín Pesado, y la generación del Liceo Hidalgo, representada por Florencio María del Castillo, Manuel Orozco y Berra y Juan Díaz Covarrubias.

”Esos cuentos y novelas cortas, vistos a la distancia de un siglo, resultan preponderantemente de tono romántico, y aunque de estilo desigual, pues en algunos de ellos se observa cierto descuido formal y falta de pericia en el desarrollo de los acontecimientos y el trazo psicológico de los personajes, testimonian la avidez por contar de su autor […]

”Acompañada por el subtítulo Leyenda del año de 1648, Trinidad de Juárez cierra con dignidad literaria el ciclo de novelas cortas escritas por Manuel Payno durante los años de juventud. En ella el célebre autor de Los bandidos de Río Frío, ofrece de manera ostensible algunas de sus más caras aficiones: su inquebrantable vocación de narrador, la pasión por la historia y el gusto por crear personajes femeninos de gran estirpe.

Trinidad de Juárez es la historia de un amor amenazado. Viuda, virgen y nuevamente desposada, Trinidad, la protagonista, enfrenta con valentía y decisión los ardides y las amenazas de los que se vale don Hernando de Juárez para seducirla y apartarla de Arturo. Los inauditos sucesos de esta historia de amor y venganza tienen como escenario la ciudad de México en el siglo XVII y los puertos de Acapulco y Manila, que formaban parte de la legendaria nao de China.

”Al situar las acciones de este relato en la época virreinal, Payno aprovechó la oportunidad que le proporcionaban los acontecimientos para asomarse al pasado y revelarnos el proceder de la institución más poderosa de la colonia española: la Inquisición.”

 

Novedades en la mesa

Los encuentros en un café de un escritor con un pianista retirado componen la historia de la novela del alemán Wolf Wondratschek, Autorretrato con piano ruso, editado por Anagrama.