De 1959 data la primera grabación del acervo fonográfico de la UNAM que ostenta el registro de Memoria del Mundo de la unesco. Su propósito es conservar y difundir las voces más relevantes del pensamiento y la literatura de México y Latinoamérica. De este fondo nació la colección Voz Viva, cuyas grabaciones han llegado a los usuarios en vinilos, casetes, discos compactos y, a partir de 2021, de manera digital con acceso abierto, universal y gratuito. Así, se puede escuchar a los autores leyendo sus propias obras en la plataforma web de descargacultura.unam. Los nuevos libros de Voz Viva incluyen un código QR para entrar directamente a los audios.

En la reciente Feria del Libro y la Rosa, durante una mesa de diálogo moderada por Myrna Ortega, directora de descargacultura.unam, Hernán Lara Zavala, Myriam Moscona y Andrea Cataño presentaron los nuevos materiales de la colección (números 145, 146 y 147):

El Rayo Macoy, cuento de Rafael Ramírez Heredia que mereció el Premio Internacional Juan Rulfo convocado por Radio Francia. La presentación es de Hernán Lara Zavala.

Notas para un árbol genealógico, selección de poemas de Margarita Michelena, con presentación de Silvia Molina.

Y Casa rodante, con una selección de poemas de Myriam Moscona, presentados por Evodio Escalante.

Transcribo un fragmento de “El velo centelleante”, incluido en el libro de Margarita Michelena (21 de julio de 1917-27 de marzo de 1998).

I

Yo no canto

por dejar testimonio de mi paso,

ni para que me escuchen los que, conmigo, mueren,

ni por sobrevivirme en las palabras.

Canto para salir de mi rostro en tinieblas

a recordar los muros de mi casa,

porque entrando en mis ojos quedé ciega

y a ciegas reconozco, cuando canto,

el infinito umbral de mi morada.

II

Cuando me separaste de ti, cuando me diste

el país de mi cuerpo, y me alejaste

del jardín de tus manos,

yo tuve, en prenda tuya, las palabras,

temblorosos espejos donde, a veces,

sorprendo tus señales.

Sólo tengo palabras. Sólo tengo

mi voz infiel para buscarte.

Reino oscuro de enigmas me entregaste.

Y un ángel que me hiere cuando te olvido y callo.

Y una lengua doliente y una copa sellada.

Esto es la poesía. No un don de fácil música

ni una gracia riente.

Apenas una forma de recordar. Apenas

–entre el hombre y su orilla–

una señal, un puente.

 

Novedades en la mesa

Ahora en los puestos de periódicos, la novela victoriana Norte y sur de Elizabeth Gaskell, traducida por Ángela Pérez.