Joaquín Pérez Sánchez

América Latina mantiene un escenario positivo en materia económica, y es una de las regiones con mejores posibilidades de seguir afrontando la crisis internacional que, según los expertos, empezaba a declinar cuando ocurrió la catástrofe japonesa que proyecta un oscuro escenario inmediato, aunque a largo plazo, genere expectativas de crecimiento.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), indicó en uno de sus últimos documentos de análisis, que la “región salió relativamente ilesa” de la crisis financiera global del 2009, por lo que el nuevo desafió sería “evitar un ciclo de auge y caída”.
De acuerdo con el artículo “Finanzas y Desarrollo”, elaborado por el encargado para el Hemisferio Occidental del organismo mundial, Nicolás Eyzaguirre, “La región, dotada con una riqueza de commodities y ahora enfrentando condiciones externas favorables, tiene grandes oportunidades económicas y el potencial de convertirse en un jugador global cada vez más importante”.
Otro análisis, éste elaborado por Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), que también fue publicado por el FMI, considera que se ha roto el patrón de mayor pobreza tras las crisis económicas. Es decir, por primera vez en muchos años, la pobreza extrema se ha reducido alcanzando el nivel más bajo en 30 años.
Una de las razones principales, considera la especialista, es que “muchas economías de la región han realizado esfuerzos significativos por incrementar los recursos dedicados a la ejecución de las políticas sociales”.
No obstante el avance, éste no es suficiente  para cambiar las condiciones estructurales que mantienen una gran brecha entre ricos y pobres. De hecho el documento de la ejecutiva de la CEPAL establece que “el ingreso per cápita de los hogares” más ricos (10 por ciento del total de la población), es 17 veces mayor que el 40 por ciento de la población más pobre, a pesar de que este dato presenta una mejora de tres puntos respecto al promedio que existía en 2002.
El documento de la CEPAL considera tres políticas importantes para revertir las deficiencias estructurales: una política industrial enfocada a los sectores más innovadores; una política tecnológica que sirva para promover y difundir el conocimiento y una política de respaldo a las pequeñas y medianas empresas.
América Latina no es homogénea y desde luego que las economías que encabezan las pequeñas mejoras en materia de distribución de la riqueza, son aquellas que se han alejado de las políticas neoliberales y que se han decidido por reducir la pobreza. Es bueno que FMI y la CEPAL ahora lo reconozcan.