Brexit, como un juego de poker
En el lado inglés, la cosa está que arde. Los conservadores están divididos, entre los que apoyan el Brexit blando (May-Chequers) y los que quieren la salida dura.
En el lado inglés, la cosa está que arde. Los conservadores están divididos, entre los que apoyan el Brexit blando (May-Chequers) y los que quieren la salida dura.
Es en síntesis una monarquía parlamentaria, donde los componentes tradicionales de la lucha de clases (capital y trabajo) lograron ponerse de acuerdo para funcionar, más o menos “solidariamente”, durante muchos años.
Así tenemos gobiernos como el italiano que funciona entre una alianza entre extrema derecha e izquierda supuestamente radical.
En el planeta, el ser humano está llevando a cabo un proceso de conexión que en mucho imita el funcionamiento del cerebro. De acuerdo con el sitio especializado, TeleGeography, en 2017 se alcanzaron los 295 Tbps (terabyts por segundo) en Internet.
De acuerdo con la información, Bannon quiere “unir a todos los euroescépticos europeos”, aprovechando la “debilidad que vive Europa”, la falta de una política común para abordar el “problema migratorio” y las “discrepancias” en políticas de seguridad.
El gran ganador, sin duda, fue el mandatario ruso. Putin se acaba de reelegir aplastantemente, su país organizó con “éxito” el mundial de fútbol que, según los analistas, fue uno de los “mejores” de la historia.
El escenario inglés es complicado y entre más pasan las horas, más se complica.
En términos generales y de acuerdo con las cifras del ACNUR, hay más de 68 millones de personas “desplazadas a la fuerza” y más de 25 millones que cruzan las fronteras y se convierten en refugiados.
En España, por su parte, los constantes escándalos de corrupción en la clase política, pero sobre todo en el gobernante Partido Popular, permitieron que, a través de una “moción de censura” (procedimiento constitucional) se forzara la dimisión del presidente de gobierno, Mariano Rajoy.
Mattarella justificó el rechazo ante “la incertidumbre de nuestra posición en el euro”, la alarma que se ha generado en “los inversores italianos y extranjeros” el aumento de la “prima de riesgo”, etcétera, etcétera.
A la parálisis política se suma un nuevo componente desestabilizante, y es la rehabilitación política de Berlusconi, quien recibió el fallo a su favor el pasado 11 de mayo.
El gobierno central presume estabilidad económica, con números macro aceptables para “el mercado” y para la Unión Europea, pero el costo interno pasa factura.
El caso es que el ataque misilístico ha servido para que cada actor “principal” de este macabro escenario, lleve agua a su molino político.
Éstas megaciudades (28) y otras con menos número de habitantes, están reguladas por el marco general del Estado al que pertenecen, pero es innegable que cada día adquieren mayor poder y autonomía.
May recibió el apoyo de Francia, Alemania y Estados Unidos, quienes emitieron una declaración condenando el ataque y avalando el dicho de Gran Bretaña.
Con este panorama claramente fragmentado se puede especular cuáles serían las posibles alianzas políticas que pudieran facilitar un gobierno.
En la actualidad, los Estados de la Unión Europea están obligados a asegurar la protección efectiva de los menores frente a la violencia, en todos los entornos y por lo tanto deben de procurar un marco legal adecuado para su protección.
Para algunos analistas, la debilidad de May puede ser sólo simulación, ya que el Reino Unido gusta de practicar la política de divide y vencerás.
Las elecciones del 24 de septiembre pasado, que le dieron a Merkel su cuarta victoria electoral, ofrecieron también un reflejo de sus horas más bajas, sólo el 33 por ciento de los votos, el porcentaje más bajo en su carrera política.
Los números también mostraron una cosa, en dieciocho años, el independentismo catalán, no ha podido superar el 48% de los votos en casi dos décadas.