Ignacio Trejo Fuentes

En ocasiones anteriores he reseñado libros de cuento de Alberto Vargas Iturbe, con la advertencia de que su literatura no es apta para las buenas conciencias, porque me parece el pornócrata mayor de México: junto a él, autores como Gonzalo Martré parecen peritas en dulce. Las narraciones de Vargas son escatológicas, violentas, y lo curioso es que provocan carcajadas.

Acabo de leer su nuevo libro, La Prepa Popular, que tiene como escenario las escuelas fundadas en 1968 en el Distrito Federal para dar cabida a quienes, por una u otra razón, no podían inscribirse en las preparatorias convencionales, sobre todo las de la unam: fueron un fenómeno impresionante. Sus directivos eran adláteres de intransigentes políticos, de luchadores sociales que pugnaban por imponer el modelo socialista en nuestro país. A los estudiantes se les consideraba subversivos peligrosos, vagos, malvivientes. En esa esfera se mueven los relatos de Alberto.

Y por supuesto no podían faltar sus encendidas descripciones eróticas, o de plano pornográficas. El autor no se anda por las ramas, no tiene pelos en la lengua y llama a las cosas como son. Puedo asegurar que cualquier persona en sus cabales, hombre o mujer, por lo menos se sonrojará al leer alguno de los textos: abundan las escenas sexuales más absurdas, descarnadas, irritantes; las palabrotas.

El lector podrá preguntarse, con razón, por qué me ocupo de este autor, de sus libros; y espero que mi respuesta sea, por lo menos, honesta: porque en medio de ese torbellino alucinante de sexo y escatología, Vargas Iturbe desliza punzantes críticas de orden social, económico, político, religioso. Esta vez sus flechas apuntan a los “enemigos” del régimen mexicano en los años sesenta y setenta, esos inverosímiles convencidos de que podían cambiar al país, al mundo, mediante la revolución: de la Preparatoria Popular muchos se fueron a la Universidad, otros a la guerrilla y un buen número a engrosar la nómina de partidos e instituciones federales que antes combatían.

La Prepa Popular (cuentos novelados) puede leerse como una novela, porque si bien los textos que lo integran parecen autónomos, en realidad forman parte de un mismo río: el escenario es el mismo, los personajes aparecen y desaparecen y luego volvemos a encontrarlos…

Insisto en la audacia verbal de este sui generis autor, y destaco su ironía y su capacidad para hacernos morir de risa. Ah, debo decir que Alberto escribe, produce y distribuye sus libros, y que es un auténtico best seller: sus principales lectores son los jóvenes, sobre todo de Ciudad Nezahualcóyotl, donde habita este seguro huésped del infierno.

Por cierto, quien fundó las Preparatorias Populares fue Fausto Trejo Fuentes (nada que ver conmigo), quien fue un incasable luchador social, contestatario; actuó en el Movimiento Estudiantil de 1968 y muchas veces fue a dar a la cárcel. Falleció el año pasado.

Alberto Vargas Iturbe, La Prepa Popular (cuentos novelados). Espacios Literarios, México, 2011; 83 pp.