AL, una de las regiones con mayor desigualdad

Joaquín Pérez Sánchez

América Latina y el Caribe siguen siendo la región del mundo con mayores desigualdades en la distribución del ingreso y la población infantil es uno de los sectores más afectados ya que más de 80 millones de menores en el área viven en la pobreza, en una situación dramática.

De acuerdo con un estudio conjunto realizado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), por lo menos 81 millones de menores de 18 años en América Latina y el Caribe, viven “en situación de pobreza”, lo cual proyecta un escenario desolador ya que esta población no podrá “ejercer sus ciudadanía plena” debido a la falta de oportunidades.

El estudio fue realizado entre 2008 y 2009 y se enfocó en la medición de variables relacionadas con el cumplimiento de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, los cuales fueron signados por la mayoría de los países en 1989.

Entre los factores medidos se encuentra la nutrición, accesos a servicios sanitarios, de salud, educación, comunicación e información, así como vivienda e ingresos familiares, entre los más importantes.

Aunque existen grandes diferencias entre los  países de la región, el estudio revela que la situación sigue siendo “grave” ya que la concentración de la riqueza, la desigualdad y la brecha entre ricos y pobres, sigue siendo una constante.

América Central y en particular Haití, siguen siendo las zonas más afectadas por la pobreza y en donde “menos progreso” se ha llevado a cabo para cambiar los altos índices de miseria. No hay que olvidar que en el caso haitiano, además de la endémica situación de pobreza, su población se ha visto afectada por fenómenos naturales como un terremoto y un brote del cólera.

Chile, Costa Rica y Uruguay son los países con mejores progresos, con un promedio de uno de cada cuatro infantes en situación de pobreza. El estudio enfatiza que si se quiere romper la dinámica de la pobreza infantil, los estados deben invertir más en ese sector.

Además recomiendan “integrar” las políticas macroeconómicas con las políticas sociales y el empleo. Si se quiere “romper” la reproducción intergeneracional de la pobreza, los Estados deben invertir en la infancia, “reducir las desigualdades socioeconómicas, territoriales, étnicas y de género, presentes en todos los países de la región” precisa el estudio.

En este contexto y tomando en cuenta que la crisis global no ha terminado, el escenario no es halagador, sobre todo cuando el desempleo ha crecido en muchos países, incluso en la potencia mundial que es Estados Unidos, cuya economía ejerce una gran influencia en el continente.

No obstante, este estudio señala claramente que la mejor forma de acabar con el círculo vicioso es invertir en la niñez, que es el futuro. Ahora que varios países de la región buscan alternativas al modelo imperante y han logrado avances en la lucha contra la pobreza, no se debe retroceder.