Argentina
Joaquín Pérez Sánchez
Cuando aumenta la percepción de que es inminente una recesión económica mundial, e incluso se habla de la posibilidad de una “depresión”, Argentina cumplió con el trámite oficial que aprueba la conformación del Banco del Sur, entidad de crédito que impulsará el desarrollo económico y la infraestructura de la región.
A finales de agosto pasado, en Estados Unidos, la Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, advirtió que los riesgos para que la economía mundial entre en una nueva recesión, están creciendo y que, a diferencia de las condiciones de hace dos años, ahora el contexto ha empeorado y los márgenes de maniobra son limitados.
Sin embargo, la funcionaria del organismo mundial consideró que “debemos actuar ahora mismo, enérgicamente y juntos”, aunque los países latinoamericanos saben muy bien qué tipo de recetas le gusta implementar a esta institución.
Es más, la funcionaria del FMI se permitió descalificar las opciones alternativas que están surgiendo en varios lugares del planeta. De hecho consideró que el “desacoplamiento económico” es un “mito” ya que “si los países avanzados caen en una recesión, los mercados emergentes también sufrirán las consecuencias”.
Por su parte, el economista estadunidense, Nouriel Roubini, vaticinó que la “ralentización” del crecimiento de la economía internacional traerá consecuencias “devastadoras” en el corto y mediano plazo. Roubini a quien la prensa estadunidense apoda Dr. Doom, en referencia al inteligente, pero malvado personaje de los comics Marvel.
De hecho, Roubini, quien tiene un doctorado en economía por la Universidad de Harvard, acertó en sus análisis y pronósticos sobre la crisis inmobiliaria y la recesión del 2008. En esta ocasión, el economista considera que hay un “peligro inminente” de recesión a partir de la conjunción de tres elementos muy negativos: “la debilidad de la economía estadunidense, los problemas de la eurozona y los contratiempos de la Gran Bretaña”.
En este contexto, cobra relevancia la creación del Banco del Sur, aunque el proceso para que oficialmente empiece a funcionar todavía está lejano y podría ser demasiado tarde.
Hasta el momento, Argentina, Venezuela, Ecuador y Bolivia han cumplido con sus propios requisitos constitucionales para aprobar el Banco del Sur, pero todavía falta Brasil y Uruguay, para completar el grupo participante.
Los países que aportarán más a este proyecto serán Argentina, Brasil y Venezuela, quienes aportarán dos mil millones de dólares cada uno, para un total de seis mil millones. Ecuador y Uruguay aportarán 400 millones de dólares cada uno y Bolivia y Paraguay 10 millones respectivamente. Entre los proyectos que se plantea impulsar el Banco del Sur, está el lograr la “soberanía alimentaria, energética” y en materia de salud.
Argentina dio un paso importante en medio de los espesos nubarrones que se avecinan, ojalá los países que faltan de aprobar la creación del Banco del Sur, lo hagan pronto ya que, como dijo el llamado Dr. Doom, una gran depresión aguarda al mundo.