Ignacio Trejo Fuentes

Gonzalo Valdés Medellín (Distrito Federal, 1963) es dramaturgo, director teatral y actor; pero también hace crítica y escribe novela y cuento. “En la casa de las semejanzas” mereció el Premio de Cuento Juan Rulfo de Radio Francia Internacional, en 1995: al leerlo tanto tiempo después encuentro que sigue siendo tan vigente y apasionante.

La historia que Gonzalo cuenta tiene que ver con un trío amoroso, compuesto por una chica y dos jóvenes; dos son pareja, y quien narra rompe el equilibrio al meterse con ella, aunque en realidad su apasionamiento es por el muchacho. La inquietud, más bien obsesión, que esa situación le provoca termina en un auténtico torbellino con la muerte de la mujer, y la evocación que de esa temporada hace el narrador es en verdad perturbadora. Para exponerla, el autor, a través de su personaje, recurre a una prosa con altos momentos poéticos. Es, qué duda cabe, una pieza de antología.

El volumen homónimo contiene otros cuentos, como “Milagros de la vida” y “Amor y futbol”, cuya temática es el amor en circunstancias peculiares; y como el que da título a la obra, impactan por el tratamiento que Valdés Medellín sabe imprimirles, en el cual la buena prosa es sostén indiscutible.

La mayor parte de los materiales de En la casa de las semejanzas son crónicas que fueron publicadas originalmente en periódicos y revistas, y ya se sabe que esta especie cabalga sobre el periodismo y la narrativa de ficción, de modo que de no tener noticia de la procedencia de tales crónicas supondríamos que se trata de cuentos. Los escenarios de las historias referidas por Gonzalo son capitalinos, en especial la colonia San Rafael, sitio que Gonzalo lleva en el corazón. Con frecuencia son hechos ocurridos en tiempos de su escritura, mas muchos van hacia atrás para recuperar episodios de la infancia del autor-narrador, como ése en el que cuenta de los juguetes que solía tener en sus años de estudiante de primaria, y que al encontrarse, en plena adultez, con el vendedor de los mismos juguetes, le provocan una nostalgia auténtica.

Como todo buen cronista, Valdés Medellín sabe observar y oír con atención, para saber dónde saltará la liebre de las buenas anécdotas. Y algo que cuida mucho es reservarse juicios de valor sobre lo contado: sólo lo pone ante los ojos y oídos del lector, y deja que éste se encargue de las valoraciones.

Como dije a propósito de “En casa de las semejanzas”, el cuento, al releer textos después de tantos años de su publicación original, me parecen vigentes, y esa es una de las principales virtudes de esa maravillosa especie periodística y literaria. Qué bueno que el autor determinó reunirlas.

Gonzalo Valdés Medellín, En la casa de las
semejanzas. Amarillo Editores, (Presentación de Hugo Argüelles), México, 2011; 146 pp.