Ignacio Trejo Fuentes
Pese a lo que digan los necios, la crítica literaria es importante. En México, por fortuna, siempre ha existido una camada de grandes lectores/expositores de cuanto se hace en terrenos del arte, como las letras, la música y las demás bellas artes. La preceptiva indica que hay que leer (ver o escuchar) y luego exponerlo de la mejor manera, para que otros compartan la experiencia original.
Ernesto Herrera, de formación en psicología, hace rato que practica la crítica literaria, musical y de artes plásticas. Acaba de aparecer su primer libro, Movimiento fluido, y aunque el título parece una contradicción el autor se encarga de justificarlo. Tiene que ver con la física, pero también con la filosofía: El libro está organizado en tres partes. La primera se encarga de revisar a artistas mexicanos (o residentes en el país); la segunda nos acerca a extranjeros; y la tercera es más libre y rescata opiniones de científicos.
Me alegra que Herrera aventure opiniones en torno a Jorge Ibargüengoitia, Jorge López Páez y José de la Colina; también de José Agustín y del casi desconocido Ramón Rodríguez. La razón de mi entusiasmo es que admiro a esos escritores y por lo tanto sé de qué me está hablando el crítico: espero que otros lectores se sumen al buen juicio.
Me parece admirable el texto dedicado a Francisco Cervantes, escritor “raro” si los hay (o hubo). Conocí a Francisco (le apodábamos El Vampiro) y detrás de su apariencia de ogro feroz había una ternura de niño. Su erudición era espectacular, se sabía al derecho y al revés clásicos europeos (era especialista en literatura portuguesa y brasileña, traductor de Pessoa) y latinoamericanos, y se refocilaba con la utilización de arcaísmos. Cervantes jugaba con la lengua (era uno de sus albures favoritos), y jugaba con los lectores. Qué buena lectura, la de Herrera.
Ernesto habla de jóvenes autores, augurándoles enorme futuro, como un gurú. De seguro acertará.
En la próxima entrega diré porqué me gustan tanto Jorge López Páez, José de la Colina y otros autores analizados por Herrera. Mientras, deseo que el autor complete dos o más volúmenes en torno a la literatura mexicana que conoce bien. ¿Por qué no están Hugo Gutiérrez Vega, Ignacio Solares, Gustavo Sainz, Roberto Vallarino, Armando Ramírez, Manuel Echeverría? Cada quien sus gustos, me dirán; mas sé que Ernesto Herrera conoce a esos autores y a muchos más. Le agradeceré que me dé su opinión sobre María Elvira Bermúdez, Rosario Castellanos, María Luisa Puga, María Luisa Mendoza, Rosa Beltrán, Alessandra Luiselli y varias damas más (aparte más noticias de “los raros”). ¿Leyó el crítico a José Rafael Calva?