¡Tan-tan! ¿quién llama?; di
—¿Se ahorca a un inocente en esta casa?
—Aquí se ahorca, simplemente.
Antonio Machado
Silencia y recorta Rajoy emisiones de los medios públicos
Regino Díaz Redondo
Madrid.- El gobierno anuncia que “hay despilfarros en RTVE” y el Partido Popular considera que en la televisión pública impera la “subjetividad, es parcial, hay sectarismo, manipulación e indecencia en los informativos”.
Caerán cabezas, cambiarán periodistas profesionales por adictos al régimen y se reducirá la nómina de presentadores y tertulianos. Buscan los conservadores a individuos “imparciales” para los comentarios políticos. Borrarán programas de alto rating y el canal 24 Horas tendrá una emisión más corta, por inoperante y excesivo.
Además, Joseph Manuel Silva, presidente en turno de este ente, propuesto por Convergencia i Unió, comunica que el presupuesto se recorta en un 17% y afecta a programas vitales y de gran audiencia como Saber y Ganar, Cuéntame cómo pasó (que tiene el récord de audiencia) pero toca “asuntos escabrosos y embustes sobre la guerra civil y los años posteriores” y saldrán de pantalla Teledeporte y los documentales de la Cadena 2.
Series como Aguila Roja, de las más vistas, y los derechos para transmitir la Champions League y otros eventos, están en peligro porque “el dinero no alcanza”.
Es el segundo paso de Mariano Rajoy para quitarse de encima los rescoldos “socialistas” que permanecen y “distorsionan” la imagen de España.
La decisión está tomada pero todavía existe la posibilidad de privatizar la empresa por “la precaria situación económica en que nos dejó Zapatero”.
También lo habíamos anunciado aquí hace menos de dos meses —ya desapareció Público— junto a otros futuros garrotazos que propinarán los populares dispuestos a demostrar que “hay gobierno” y que es el que manda.
Se olvidan que una cosa es mandar y otra utilizar la democracia —que no respetan pero en la que se apoyan— para quitarse de encima a quienes molestan e irritan.
Todo un maravilloso ejemplo de la línea dura, inapropiada y totalitaria que se esperaba desde que la derecha ganó, por abrumadora mayoría, el pasado 20 de noviembre.
No sorprende, claro; es el principio de otras medidas similares para restringir la libertad de expresión y monopolizar los medios de comunicación en su beneficio.
Impera la vieja fórmula: achicarnos, ser invisibles en Europa, para conservar la paz… de los sepulcros.
A este paso, ¿para qué quieren añorar el pasado caudillesco si ya está aquí, fastuoso, rejuvenecido y contundente?
La intransigencia de Rajoy y sus ministros está a la vista. No se oculta para nada. Impedirá, como sea, cualquier descontento excesivo. Tumbas sociales para quien no se pliegue; apoyo incondicional a los copartícipes de su impresentable política absolutista. No habrá perdón para el adversario político. Los dictados de la troika europea serán cumplidos a rajatabla aunque el espinazo sufra por los azotes de los dirigentes del Eurogrupo.
El palo y la zanahoria que nos daban han sido sustituidos por el trancazo porque no alcanza para más. La austeridad implacable de estos defensores del bien público es la madre de todos los vicios. El crecimiento económico, el bienestar de la gente, la salud y la educación, no son prioritarios. Lo esencial es “salvar” a España de la bancarrota, aunque, pese a estas patrióticas medidas, hayamos caído desde el 1º de este mes en recesión, con un déficit del 8.5% del PIB, “herencia de los desmanes del gobierno pasado, derrochador e inconsciente”.
Mas, ¿por qué nos alarmamos tanto? Esperen a que el Partido Popular gane las elecciones en Andalucía y se fortalezca en Asturias el 25 de este mes y verán cómo se ponen las cosas.
Allí, nuevamente, las urnas darán el triunfo a los conservadores y sus colegas con el voto de un pueblo decepcionado por la ineficacia de los políticos de todos los signos.
España vuelve a ser una nación con dos historias y algunos brotes verdes arrancados por el radicalismo innato de la derecha de siempre.
Todo se aceptará hasta que los afectados por su descendente nivel de vida se encuentren, unan esfuerzos y se den cuenta que, por este camino, vamos al abismo. Un precipicio que nos espera alentado por la globo-economía que también llegará, más temprano que tarde, al callejón de los mamporros.
Pero mientras tanto, ¿cómo vamos a evitar el nocaut? Parece que las cachetadas recibidas son sólo el preludio del golpe que nos dejará en la lona, vencidos por nuestros amigos alemanes, franceses y británicos. Ellos, los sabios, pulcros y respetuosos, nos organizan un funeral de lujo. Vestidos de negro, por dentro y por fuera, bendecirán nuestras tumbas. Pero no todas, no se equivoque, aquí hay y habrá siempre sobrevivientes que enarbolan, aunque sea a ratos, la bandera de la inteligencia, la sensatez y el buen juicio.
Aunque ahora vea, desde lejos, con angustia, sin poder evitarlo, la ceremonia en el cementerio donde son enterradas las víctimas de los insaciables verdugos, espejo de un presente oscuro y de un futuro aún sin color ni previsible.
Comienza la gente a darse cuenta que los caminos están cerrados, las autovías muy caras, el combustible inalcanzable, los alimentos por las nubes, las viviendas suben de precio, la seguridad precaria y las oportunidades escasas.
Casinos para paliar el desempleo
Las personas que viajan en autobús y en metro tienen que pagar más cada vez que se le ocurre a doña Esperanza Aguirre que no descarta en convertir la Comunidad que preside en un gran casino —Euro-Vegas— aunque tenga que fundar una isla con excepción de impuestos, territorio ocupado, asiento de mafias y de narcotráfico y butacón de lujo para delincuentes venidos del extranjero.
Le daré más detalles sobre este gran complejo urbanístico que será ejemplo de lo que no debe hacerse en el continente.
Madrid y Barcelona se disputan el honor de ser la sede de una insólita pero apetecible propuesta del multimillonario Sheldon Adelson, dueño de paraísos similares en varias partes del mundo, entre ellas, Macao, de cuyas garras quiere huir para contrarrestar las presiones que ejerce China sobre él.
El proyecto fue presentado hace ya algunos meses. La noticia no transcendió de inmediato. Pero, al poco tiempo, ocupó la atención de la gente. El estadunidense, que respalda con 11 millones de dólares la campaña de Newt Gringwich, ofrece invertir entre 15 mil y 18 mil millones de euros de aquí al 2020. De esta manera, dice, se crearían 164 mil puestos directos y 67 mil indirectos (la mitad del número de parados de la Comunidad). En 10 años, estarían construidos 12 resortes, (para 36 mil habitantes), 6 casinos, mil 65 mesas de juegos, 18 mil máquinas tragaperras, 9 teatros, 3 campos de golf y un auditorio con 15 mil butacas.
Todo ello sujeto —pedir no cuesta nada— a lograr dos años de excepción en el pago de las cuotas del seguro social y nulos impuestos nacionales, regionales y municipales.
Igualmente, pide al gobierno español que sea garante de un préstamo por 25 millones de euros que solicitaría al Banco Central de Inversiones.
Además, que las autoridades se comprometan a construir nuevas estructuras para el metro, más trenes de cercanías, carreteras modernas y conexiones con el Ave.
El ayuntamiento debe ceder todo el suelo público que posee en la zona, edificar viviendas y expropiar los terrenos que están en manos privadas.
También reclama exclusividad y ventajas fiscales durante 10 años y que se permita fumar en el interior de los salones de juego y esparcimiento.
Inclusive, debe cambiarse la ley contra el blanqueo de dinero y, a los que acudan a jugar, sólo se les pediría identificarse al entrar y cuando pidan fichas por más de dos mil euros. Necesita la seguridad de eliminar la presencia de intermediarios que, en Macao, cayó en manos de la mafia.
El proceso está en marcha. Hay grandes posibilidades de que se apruebe porque la necesidad de trabajo para parte de los 6 millones de parados que seremos a finales de año, es bien visto por algunos sectores. Los sindicatos no se han manifestado; sus líderes ni siquiera se han referido, hasta el momento, sobre el asunto. Las asociaciones civiles se reservan su opinión para más adelante pero siguen el desarrollo de los acontecimientos con minuciosidad.
El inversor acaba de estar en Barcelona donde se entrevistó con las autoridades competentes. Cree que Madrid es la mejor opción pero no descarta hacerlo en Cataluña si recibe mejor respaldo.
La respuesta a la creación de este centro de diversión y de juego se decanta en dos direcciones: los que la apoyan para aliviar la carga de desocupados y elevar su nivel de vida y, sobre todo, la de los capitalistas ya interesados en ello; por otro lado, los representantes sociales quieren impedirlo y han dicho que llegarían, inclusive, a invadir los terrenos asignados en forma permanente para evitar este desarrollo urbanístico-lúdico, y “peligroso”, según ellos.
Sólo queda esperar de qué lado se inclinen las cosas.