Joaquín Pérez Sánchez
Tras la “destitución” de Fernando Lugo en Paraguay, el reacomodo geopolítico en la región empieza a definirse y una de las primeras reacciones ha sido la suspensión de ese país sudamericano en el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la entrada de Venezuela a ese bloque económico. Ahora Venezuela entra de lleno a ese mercado regional, hecho que había sido retrasado por el Congreso paraguayo.
El 22 de junio pasado, el Congreso paraguayo realizó un “juicio político” exprés y destituyó a Lugo, imponiendo a Federico Franco del Partido Colorado como nuevo mandatario, hecho que fue considerado un “golpe” de Estado. Sin embargo, la debilidad política de Lugo y la represión de las fuerzas de seguridad han acallado, hasta el momento, las protestas populares contra la imposición.
Sin embargo, en el terreno internacional, pero sobre todo regional, las repercusiones políticas y económicas contra los golpistas no se han hecho esperar.
Una de ellas fue el desconocimiento de Paraguay en el Mercosur, ente del que fue miembro fundador, junto con Argentina, Brasil y Uruguay. Durante los últimos años, el Congreso paraguayo, dominado por la clase política que defenestró a Lugo, se había opuesto sistemáticamente a aprobar el ingreso de Venezuela al Mercosur.
Ahora que Paraguay fue suspendido, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, anunció el ingreso oficial de Venezuela al Mercosur, hecho que será oficializado el próximo 31 de julio en Río de Janeiro, Brasil.
El ingreso de Venezuela al Mercosur, refuerza política y económicamente la integración sudamericana, en su vertiente más independiente de la clásica hegemonía estadounidense.
Ahora el Mercosur cuenta con el país que tiene las mayores reservas probadas de petróleo en el mundo, además de ser un mercado de consumo muy apetecible ya que, según expertos en materia económica, Venezuela importa casi el 70 por ciento de lo que consume. De esta manera, el nuevo miembro y sus socios podrán incrementar su intercambio comercial, pero con una estrategia conjunta.
De hecho, ahora se definen con mayor precisión, los dos bloques económicos que se desarrollan en la región, por un lado el Mercosur con mayor peso económico y por otro el bloque Asia Pacífico, con México, Chile, Colombia y Perú, que cuenta con el apoyo de Estados Unidos.
La diferencia fundamental radica en que el Mercosur cuenta con mayor integración económica y política, mientras que el bloque Asia Pacífico se acaba de formar y no existe una cohesión política.
La entrada de Venezuela al Mercosur tendrá repercusiones económicas, pero también políticas, debido a que este país no sólo cuenta con las reservas de petróleo más grandes del orbe, sino también por el liderazgo controvertido de su presidente Hugo Chávez que, además acaba de iniciar la campaña electoral para reelegirse, pese a que padece cáncer.
En este contexto, la decisión de los países del Mercosur de admitir a Venezuela, es una clara señal de que este bloque no está dispuesto a aceptar el debilitamiento regional, impulsado por golpes de Estado como el de Paraguay.