Espiral mexicana de la barbarie


Guillermo García Oropeza

Hace muchos años ya, en los tiempos felices, uno de los honestos placeres que iban haciendo mi día a día era la lectura de Le Monde. Yo vivía en Rotterdam y al medio día en el almuerzo calvinista de estudiante gozaba de una buena cerveza holandesa Heineken y el diario siempre serio, erudito, creíble que veía el mundo con ese incomparable cosmopolitismo de los franceses.

Por eso, quizá me dolió tanto el otro día toparme con el ya famoso editorial de Le Monde titulado “Mexique, la spirale de la barbarie” que con una sola estocada en la vieja tradición de D´Artagnan acaba con toda la mentirosa y arrogante retórica de Felipe Calderón, a quien el diario parisino cita cuando en el principio de su mandato se ufanaba declarando: “Vamos a vencer al crimen”, y añadiendo para responder a quienes ya percibían “la progresión vertiginosa de la inseguridad en su país” como calificaba  Le Monde : “Si ven polvo es que estamos limpiando la casa”.

Pero ahora al finalizar su mandato y tras la derrota escandalosa de su partido, Calderón deja a México sumido en “el conflicto más mortífero del planeta”, cuyas cifras son espeluznantes para esos observadores tan expertos como son los periodistas de este gran diario europeo, que reportan de fuentes oficiales mexicanas los más de 95 mil asesinatos entre 2007 y 2011 que hacen creíble la estimación de 120 mil muertos por la violencia durante el calderonato.

Mortandad que es sólo el aspecto más espectacular y conocido de esa “gangrena” que forman las industrias del secuestro, de la prostitución, de la extorsión, del tráfico de personas y de órganos. Gangrena que toca todos los rumbos de un país del cual se ha perdido el control.

La espiral de la barbarie mexicana es, dice Le Monde, “el fracaso terrible de la estrategia militar comprometida después de seis años por el señor Calderón con el apoyo constante, notablemente en lo financiero, de Estados Unidos, que constituyen el principal mercado del narcotráfico”.

Y  nadie, afirma el periódico de París, parece poder proponer una política alternativa ya “que el mal es profundo, el miedo tan arraigado, la miseria endémica”, lo que nos hace dudar de que el futuro pueda cambiar gran cosa la situación.

Y lo que para nosotros en México parece ser más inquietante es que para el observador francés no se trata de un mal lejano que se pueda soslayar, ya que “no es un desafío exótico sino planetario, que no nos sabría dejar indiferentes”.

Bien por Le Monde, y luego me encuentro en El País madrileño que al hablar del reciente conflicto minero en Sudáfrica que deja muchos muertos se dice que “Sudáfrica se mexicaniza…”

Bravo, Calderón, ya nos hiciste famosos en el mundo con tu limpieza de la casa, que casi la tumba, que dañó el nombre y atractivo de México, que vino a poner al ejército en una batalla que quizá no se pueda ganar, que deja el país en un pesimismo lamentablemente apoyado por los hechos.

Ojalá que el señor presidente Calderón se quede con el control del PAN para que así termine de hundirlo.