Leche gringa, conchas mexicanas
Por muchos, muchos años la frontera estuvo abierta: a Estados Unidos se iba de compras. A trabajar, a la escuela, a probar fortuna.
Por muchos, muchos años la frontera estuvo abierta: a Estados Unidos se iba de compras. A trabajar, a la escuela, a probar fortuna.
A Trump se le olvidó en su personal división del planeta la parte quizá más importante: Asia.
Europa se niega a ser ninguneada por el pedante multimillonario cuyos millones no le quitan lo vulgar.
Se mete a la grilla en donde es, para decirlo suavemente, un conflictivo, afiliado a un partido de lo más rojillo. Se llama Pablo Benito Juárez García.
Todas tienen un inicio explosivo, un desarrollo complejo y un final donde se llega a un nuevo orden.
Más allá de ideologías…
Franco, enemigo de vascos y catalanes o de todo liberalismo y libertad, asesino de comunión diaria.
Nada se hará hasta que una inconcebible aglomeración de 30 o 40 millones se convierta en una trampa mortal.
Lo peor siempre es posible, con Trump o sin él ,hasta con el yerno o el que sea.
Representa a millones y millones de norteamericanos que lo ven como un verdadero patriota.
Si los indios mexicanos son la grandes víctimas históricas, son las mujeres indígenas el sector más discriminado.
Qué importa que haya otra crisis mundial si florecen los billetes verdes.
Ese hombre quizá pudiera detener a Trump al ver que su ataque a México tendría un costo tal que deja de ser buen negocio.
Estados Unidos dista mucho de ser tan fácilmente militarizado como lo hizo Hitler para apoderarse de media Europa.
Racista, nacionalista, belicoso, arrogante, dueño de una elocuencia de mala leche pero que funciona muy bien en los medios.
En 1945 se inicia un primer tiempo de una época americana y que para México es relativamente feliz.
El 20 de enero de 2017 está cercano y no parece que nadie en el gobierno tenga un plan B.
Si Trump presidente quiere ser el hombre no del año sino de la década, debe cumplir lo que gritó Trump candidato.
Esta elección prueba que Estados Unidos está dividido en dos mitades iguales y opuestas y, pienso, irreconciliables.
En California, el racismo y la xenofobia de Trump crearía una verdadera revolución.