Homenaje a Cataluña/Última parte

 

Guillermo García Oropeza

 

Decíamos que el intento de los catalanes de independizarse de España, de la España de Rajoy, nos puede parecer a la mayoría de los mexicanos como una noticia curiosa. El hecho es que ignoramos la historia de una Cataluña que desde siempre ha sido una nación y una cultura con absoluta personalidad propia aunque haya estado sojuzgada por la España borbónica desde los principios del siglo XVIII. Una situación que, revisando en la complicadísima historia de Europa , tan distinta a la de nuestro continente americano, nos damos cuenta de que lo de Cataluña-España es de lo más típico y corriente, ya que en muchos casos los estados europeos se han hecho con base en el predominio logrado por una región que sojuzga a sus vecinas para imponer un poder central. Tal sería el caso de Francia, donde la llama Isla de Francia con París como viejísima capital fue apoderándose, que sé yo, de la Provenza, de la Borgoña, de la Bretaña, de Córcega; o de la sureña Inglaterra que se fue anexando Gales, Escocia y una Irlanda tratada como explotada colonia. Mientras que lo que llamamos Alemania es la obra de la voluntad de poder de Bismarck que impone la unidad de múltiples estados y regiones bajo el poder de Prusia, y eso relativamente hace poco, en 1870, casi al tiempo que el rey del Piamonte con la ayuda de Garibaldi unifica Italia dividida desde la caída del Imperio romano. Historias semejantes encontraríamos en la Rusia zarista a una gran escala, o en la formación de países pequeños como lo que fue el fallido matrimonio de checos y eslovacos, para no hablar del laberinto de los Balcanes y su fallida unión conocida, por mi generación, como Yugoslavia. Y esa situación histórica genera y explica los separatismos, las luchas por la independencia como la heroica lucha de los irlandeses católicos (al menos los del sur) contra el núcleo del imperialismo británico que hoy contempla su fin si Escocia se separa de Londres. Así como los separatismos de los bretones o los corsos en Francia, la muy posible ruptura de ese estado artificial que es Bélgica, el tronido de la URSS tras del debilitamiento del sistema, el movimiento que quiere separar a la desarrollada Padania cuya arteria es el río Po con su rica capital lombarda que se quiere librar de la tutela de Roma, y de subvencionar al ineficiente Mezzogiorno que incluye a una Sicilia que soñó, al final de la Segunda Guerra Mundial convertirse en parte… de Estados Unidos. Y también la rica y católica Baviera, la Bayern de Munich que no está muy contenta con el Berlín prusiano y quizá se hermane más con esa Austria que al perder su imperio Habsburgo quedó como una equivocación de la historia y fue víctima de una forzada y trágica unión con la Alemania hitleriana en aquel famoso Anschluss de 1938. O sea que lo de Cataluña tiene una lógica perfecta, ya que sería lo normal en una Europa que quizá se convierta en un continente de regiones como lo fue por tanto tiempo, y además siguiendo un derecho por el cual se derramó tanta sangre en la Gran Guerra de 1914-1918, el de la autodeterminación de los pueblos. Así que nos solidarizamos con Catalunya, nosotros que también nos independizamos del yugo español…