Gravar a los ricos y revisar canonjías a particulares e instituciones

Regino Díaz Redondo

Madrid.- Cumplir con el impuesto sobre bienes inmuebles, revisar los acuerdos con la Santa Sede —que ahora obtiene millones de euros al año—, gravar las aportaciones financieras internacionales, recuperar el dinero de los evasores del fisco al 100%, revisar las cuentas de las multinacionales que eluden el pago de intereses en paraísos fiscales, sin operar en ellos, eliminar canonjías a fundaciones que crecen sin cesar, evitar subsidios y prebendas a cientos de organizaciones que nada hacen sino medrar y poner en orden su régimen hacendario, serían suficientes para que España saliese del profundo agujero en que se encuentra.

La tan anunciada petición oficial que pide la Unión Europea para rescatar el país de parte de sus deudas quedaría anulada y podría evitarse de esa manera.

 

Si Hacienda husmeara…

Si Hacienda husmeara en los activos de todos —de todos— saldrían miles de millones que no han sido pagados al erario. Si las corporaciones que operan aquí y pagan allá fueran obligadas a cumplir con su deber, y si la nobleza pagara al fisco lo que le corresponde por sus grandes latifundios, se obtendrían unos cuantos miles de millones más.

De paso, el Poder Judicial encontraría a los verdaderos defraudadores de nuestra economía, algunos de los cuales deberían estar en la cárcel, como ocurre con Fernando Díaz Ferrán, expresidente de los empresarios españoles. No nos caería mal que otros potentados fuesen puestos entre rejas y cumplieran los años de prisión que merecen sin paliativos.

De ser así, la gente empezaría a creer en la política, en los jueces y en los legisladores. Pero nada de lo anterior está previsto y no tiene traza de ser tocado por el gobierno.

Castigar a los responsables de la trama Gürtel, que lleva en periodo de investigación desde antes de la crisis económica y que todavía no se resuelve y no hay vestigios de que esto pase, uniría al Ejecutivo y al Legislativo. Y, sobre todo, al pueblo con ellos.

Hay banqueros y exbanqueros que tienen que ser detenidos. No se concibe la paciencia de las autoridades con los exdirigentes de Bankia y algunos de los actuales. La “nacionalizó” durante algún tiempo, le ha suministrado miles de millones en tres partes y, aún ahora, recibe un buen bocado del dinero que llegó de Bruselas.

¿Y los responsables?

¿No hay nadie responsable de la continua bancarrota en que se encuentra todavía esa institución?

¿Por qué importantes funcionarios de ella han recibido multimillonarias indemnizaciones a lo largo de los años y al separarse de sus cargos?

¿Qué hace el Banco de España encargado de la supervisión?

¿Los responsables de la ruina de decenas de cajas bancarias dónde están? Los españoles quieren un gobierno totalmente pulcro, pero saben que no es posible de esta manera. En nuestra sociedad hay funcionarios cómplices de personajes del sector privado que defraudan, pasan por la cárcel como el ave fénix y, luego, al salir, vuelven a las andadas.

Todos conocen sus nombres. Todos saben de sus fechorías, todos queremos que los refundan en las celdas y que de ellas no salgan; todos deseamos ver un gesto de decencia importante por parte de quienes nos gobiernan.

¿Qué pasa con José María Ruiz Mateos, cuyo manejo de cuentas ajenas son escandalosas? Este señor ya está enfermo y suelta declaraciones incoherentes junto a sus hijos que ya están divididos y que esperan su muerte.

¿Por qué andan en la calle prevaricadores “absueltos” por jueces venales al servicio de los políticos que, a su vez, están a las órdenes de los dueños del dinero?

¿Se han desmentido las acusaciones de Cayo Lara, coordinador de Izquierda Unida, quien afirma que el fraude fiscal de España ascienda a 44 mil millones de euros? Este político, todavía sin la fuerza suficiente en el Congreso, es el único que se ha atrevido a hablar con claridad de este asunto y de otros que conciernen a la precaria atención educativa y sanitaria.

¿Explica el gobierno por qué el déficit oficial será del 7% cuando, con súplicas, se nos permitió que fuese del 5.8%?

Y en otros aspectos, valga preguntar: ¿sabían que el caso contra Iñaki Urdangarin comenzará hasta septiembre del 2013, mientras él, buen padre, bondadoso, que no rompe un plato, viaja en un mini coche y asiste como espectador a juegos de balonmano que es, junto con sus pillerías, para lo único que sirve?

Que alguien averigüe por qué se contradice continuamente el gobierno. Pongo un solo ejemplo: mientras don Mariano Rajoy dice que España no tiene por qué pedir el rescate, su ministro de Economía, Luis de Guindos, exclama aquí y afuera, más veces afuera, que “estoy mirando la petición de un rescate porque con una prima de riesgo de entre 400 y 450 puntos es difícil que el país se financie correctamente”.

Es obvio que necesitamos ese ajuste, rescate, ayuda o lo que sea, para detener una crisis que se agrava si es posible aún. Ni siquiera con dinero bueno, España permanecerá sometida, sujeta y controlada por la troika, durante muchos años más sin remedio.

Una cosa es estar pendiente de respirar y otra es hacerlo con naturalidad. La gente seguirá buscando oxígeno donde sea y pendiente de él porque se ahoga.

Ridiculez y oprobio

Aumenta la economía subterránea de manera importante y las personas más preparadas se van en busca de nuevos horizontes como ha ocurrido en muchas épocas de nuestra historia.

¿Cómo se puede engañar al pueblo español con el otorgamiento del Nobel de la Paz a la Unión Europea cuando ésta no funciona y trabaja mal?

Hay europeos que viven en el cuarto mundo pese a estar dentro de una organización comunitaria.

Los dirigentes europeos deben renovarse ya, y los actuales mover un poco el trasero para que caiga la polilla. Y nosotros que veamos cómo llegan a esos puestos personas que verdaderamente trabajan por la unidad continental.

¿Qué importa que Van Rompuy y Durao Barroso se disputen en petit comité el honor de recibir ese galardón?

A ver quién gana; nosotros queremos que se vayan y que no vuelvan que ya bastante mal han hecho con sus compromisos personales anteponiéndolos a los colectivos.

¿No hay personas capaces de cambiar la política financiera de este continente?

¿Estamos tan cansados, agotados, ayunos de ideas y de valor como para permitir que el proyecto europeo termine en el cesto de los papeles desechables?

¿Alguien recuerda quién fue el anfitrión de la “cumbre” del trío de las Azores?

Los protagonistas fueron Bush Junior, Tony Blair y José María Aznar y el anfitrión Durao Barroso, exprimer ministro de Portugal.

¿Qué se fraguó allí? Descubramos el hilo negro: una guerra infinita, cruenta, salvaje, contra todo derecho internacional que puso el mundo al borde de un desastre nuclear.

De esa reunión el premio mayor fue para el portugués que fue nombrado presidente de la Comisión Europea.

Por último, ¿saben a cuánto asciende nuestra deuda exterior? A 81 mil millones de euros y representa el 74% del PIB.

¿Qué les parece?

Si alguien habla de “cambio civilizatorio” —confusa palabra pero vale el término—, se da la vuelta y no escucha.

Los que propician la penuria en este país se dan golpes de pecho y se van a un spa de lujo en Portugal mientras mueren asfixiadas cinco jovencitas en el Arena Madrid.

Ya sólo falta que hagamos caso al axioma del filósofo italiano Gianni Vattimo, que expresó: “Sólo un sistema fuerte como el comunismo puede salvarnos”.

Vivimos entre la ridiculez y el oprobio.