Corrupción en la cúspide
Regino Díaz Redondo
Madrid.- Estalla el drenaje profundo de políticos, empresarios, banqueros y “organizaciones benéficas españolas” que inunda una gran parte del territorio nacional.
El escándalo es cada vez mayor. No hay más que mencionar los hechos que están ocurriendo para darnos cuenta de la magnitud del problema que atenaza el país y está a punto de causar una de las más graves consecuencias de su historia.
Los medios de comunicación nos surtimos diariamente de informaciones sacadas de documentos, más o menos actualizados, sobre la corrupción que impera en los dos principales partidos de España.
En el Partido Popular, un numeroso grupo de empleados recibía sobres con billetes. Eran (o lo siguen siendo) secretarios del área y trabajadores de Génova, sede de la organización, quiénes obtuvieron gratificaciones eventuales como premio a sus “servicios”.
Después de las concentraciones habituales que se realizan con periodicidad, muchos miembros fieles al partido conservador cobraban su mesada y el tesorero lo anotaba todo.
Bárcenas tiene una contabilidad B y está dispuesto a darla a hacerla pública si el gobierno no lo ayuda a evitar la cárcel por los 22 millones de euros que depositó en Suiza.
Por su parte, el Banco de España denunció al Banco de Valencia por malas gestiones ante la Fiscalía General del Estado.
Dice que “se cometieron irregularidades”.
No para ahí esta tragicomedia que estremece a los ciudadanos sino que en el Partido Socialista Obrero Español también hacen de las suyas. De su caja salieron seiscientos mil euros para allegados y familiares de sus líderes. Un amigo del gerente Xoan Cornide facturó otros 400 mil para trabajos de consultoría.
Una empresa de la hermana de Elena Valenciano, vicesecretaria general del partido, facturó 150 mil euros por traducciones y una compañía de la mujer del director Carlos Mulas cobró 50 mil euros por informes elaborados.
Asombra ver cómo aparecen chantajes, compensaciones indebidas, reparto de dinero a los amigos, sin que, hasta el momento, haya una investigación por parte de las autoridades judiciales.
Es degradante escuchar a Mariano Rajoy decir que “no me temblará la mano si descubro alguna irregularidad”. ¿Qué más quiere el presidente del gobierno?
¿Y qué más la vicepresidenta del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, que se refirió al asunto con una frase lapidaria: “que cada uno aguante su vela”?
Protestas por los abusos
La gente sigue aturdida y todavía indecisa aunque ya se sabe que durante un año se efectuaron en Madrid más de 3 mil 300 manifestaciones, plantones e invasión de organizaciones privadas y públicas para protestar por este abuso que no tiene parangón desde que comenzó la mal llamada democracia en nuestra nación.
Antes de continuar con la retahíla de ilícitos hagamos un breve descanso para encajar otra de las decimonónicas palabras que acostumbra lanzar el socialista Felipe González: “Comparado con las corruptelas durante mi gobierno, las mías ni chiste tienen”.
La cultura política del estadista y expresidente del gobierno parece que se acrecienta con los años y los roces con las multinacionales a las que asesora, convence y de las que obtiene una justa renumeración.
Se ha montado un teatro de lo absurdo en el que sus protagonistas participan sin rubor y quieren ser los menos afortunados en el reparto del contante mal habido.
La risa puede ser un buen antídoto o por lo menos una cataplasma para mitigar, temporalmente, los apuros insólitos por los que pasamos en estas tierras ibéricas.
Al parecer, en el área del Mediterráneo (Cataluña, Valencia y Baleares) es donde con mayor descaro se realizan estos delitos quizás porque el aire fenicio nos trajo no sólo el intento de independencia sino también el de conquista a cualquier precio.
Seguimos con Bárcenas, durante 20 años tesorero del Partido Popular, quien hasta hace poco paseaba sin reparo por los pasillos de la sede de su partido y tenía acceso a toda la documentación que deseara y que estuviese relacionada con el asunto de la evasión de capital.
Se atreve a decir que es “un senador sin capacidad de decisión” y que los 14.8 millones depositados en el Dresdner Bank de Ginebra no dependían de él ni revela que fue gerente del Partido Popular desde 1991.
Este señor, como otros cientos más, debería estar en la cárcel desde hace tiempo y sus cuasi defensores ser más directos y reconocer los errores cometidos por sus subordinados en épocas pasadas y quizás en las actuales.
Ahora resulta que la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se ha convertido en una crítica visible e incisiva de la institución que preside en la región. Dice que ¿nadie irá a la cárcel… entonces todos a la política?
Es la segunda vez que esta distinguida dama arremete de esa forma contra sus correligionarios a los que, con un gesto de desprecio y soberbia, acusa de ser los responsables de la grave situación en que están las cosas.
Como de costumbre, el ya casi invisible y reiterativo Rajoy mantiene el silencio ya conocido. A veces, compungido, trata de evitar preguntas y cuando no tiene más remedio que contestarlas se muestra inconmovible y se convierte en el eco de sus propias palabras, las palabras de siempre.
Si acaso, y ya en diferentes polos de España, don Mariano y De Cospedal manifestaron que se “revisará la gestión pasada”, sin más.
Es un estira y afloja de venialidades e incongruencias que insultan a la opinión pública y nos mantienen en la mira como un país poco fiable en el continente. Como un país al garete, como un país sin tradiciones, como un país sin voluntad y sin líderes.
Qué bella historia estamos construyendo para esta España inmortal.
La familia Pujol y sus manejos
Veamos ahora las actuaciones de la familia Pujol en el caso de la economía nacional.
Resulta que en la isla Guernsey, en el Canal de la Mancha, frente a las costas de Normandía, Oleguer Pujol tiene una casita de ladrillo blanco que es la sede de Nostrum Capital Managers.
Allí, hace manejos de dinero que ascienden a cifras astronómicas como de 75 mil millones de euros para beneficiar a Cataluña.
Naturalmente que no se han comprobado irregularidades en tal negocio pero resulta extraño que se oculten esos movimientos en un lugar tan alejado y ajeno a las operaciones bursátiles y mercantiles del mundo internacional.
Es obvio que ahora todo nos parece anormal pero lo apuntado arriba no es muy normal que digamos.
A la puerta de la casita de juguete que tiene Oleguer abre la puerta la mujer que la cuida y dice que sí, que allí está esa organización pero que “no puedo hablar”.
Dicen que por esos rumbos Víctor Hugo escribió Los Miserables y a lo mejor aciertan. Lo que es un hecho es que la compra de conciencias para conseguir propósitos, a veces ilegítimos, se remonta a la época en que lo hizo Abraham Lincoln para una causa justa y universal como fue la abolición de la esclavitud.
Mientras, las empresas internacionales siguen saliendo hacia lugares más seguros y rentables. La desconfianza se apodera de empresarios emprendedores y de muchas internacionales.
Vente para Alemania…
Y el español lanza aquella frase que se hizo famosa en la mitad del siglo pasado: “Vente para Alemania, Pepe”…
Para Alemania o para cualquier otro país que hasta hace poco nos enviaba personal para cubrir los servicios domésticos y del campo a que nos negábamos los aristócratas españoles.
Brasil y la India se han convertido en un paraíso soñado por mucha de nuestra gente preparada, culta y responsable, no digamos Estados Unidos o Asia, hacia donde vamos ya multitudinariamente.
Hay que mencionar otro fracaso de nuestra política económica: el señor Jeroen Dijsselbloem, ministro de Finanzas de Holanda y próximamente director del Eurogrupo, lanzó su primer órdago: “que los gobiernos avalen con el Tesoro Nacional parte del rescate que pudiesen solicitar a la Unión Europea”.
Una bofetada más en la cara de Luis de Guindos, ministro de Economía, quien aspiraba a ese puesto pero que fue desechado por Merkel cuando ésta dijo que ningún financiero de los países en apuros podía ocupar dicho puesto.
El desbarajuste seguirá aumentando si no ocurre algo inusitado y las autoridades competentes trabajan, y bien, para detener tantos desaguisados.
Han salido a relucir —para ser investigados quizás— Francisco Álvarez Cascos y Francisco Correa, que también tuvieron puestos similares a los de Bárcenas.
Para dejar inconclusa esta retahíla de arbitrariedades, vayamos a la Puerta del Sol.
Allí, Montserrat, catalana, y Antonia de las Virtudes, de Cebreros, Ávila, acaban de sentarse en un rincón del paso para peatones con la calle de Arenal, cansadas ya de recorrer España en una apuesta por contribuir a que se modifiquen las prácticas deleznables.
Lo expresan claramente entre las dos. “Hay tantos casos de corrupción como esquelas. Ningún político va a la cárcel, ni de derecha ni de izquierda. Pero nosotras seguiremos sin descansar”.