El mundo al revés
Regino Díaz Redondo
Madrid.- La madre patria, Europa, es muy exigente. No admite replicas ni retrasos. Exige y amenaza con castigos a sus países miembros si no “cumplen” con lo requerido por Bruselas. Los zarpazos se suceden cíclicamente. Ustedes deben acordarse —o quizá no porque son muchas— las veces en que el hambre de dinero de la capital continental, ha originado quiebras, desajustes, miseria, protestas y enriquecimiento ilegal.
España saldrá de su apabullante y depauperada situación económica entre los años 2019-2020. Lo dice el gobierno de Mariano Rajoy, ni los gobiernos, ni los empresarios. Mucho menos los obreros. En una conferencia de prensa, lo anunció, solemnemente, el presidente con palabras tan eufemísticas como “reestructuraciones” para ajustar las finanzas.
Contritos, él, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y los ministros Montoro y de Guindos, se dieron por vencidos. Admitieron que no pueden hacer nada para remediar la situación en que nos encontramos, y no sólo eso, sino que hay que seguir sacando efectivo de las arcas del Banco de España, dinero que proviene de los recortes que sufrimos continuamente por despidos y reducción de servicios básicos para la gente.
Con cara de rey de bastos, sin inmutarse, los tres coincidieron, con la mirada perdida, borreguil, en que no hay otra ruta que la señalada por la Unión Europea. ¡No, no la hay!, contestaban los ínclitos funcionarios a las preguntas de los periodistas
¿Pero es esto cierto? Pues no, no lo es. Ellos lo saben y cada vez más ciudadanos también.
Saben que si no se incentiva el crecimiento mediante la creación de empleo y el consumo y en tanto no se otorguen créditos a los pequeños y medianos empresarios, seguiremos dándonos de frente contra el muro de Brandenburgo.
Seguirán los ajustes
Hace unos días, el jefe del Gobierno español señaló, en una carta dirigida a la Unión Europea, que seguirá con los “ajustes” y esta vez enviará, lo antes posible, tres mil millones de euros más que saldrán de los machetazos a la educación y a la dependencia.
Esta vez no adornaron la terminología. Sanidad y dependencia fueron mencionadas así de claro. Por ahí llegará el contante y sonante. ¿Y cómo? Mediante la reducción en los servicios públicos de salud que claramente tienden a privatizarse en detrimento de la población que no puede darse el lujo de pagar o de copagar.
Los subterfugios utilizados por el partido que nos gobierna ya no se esconden tanto porque no puede hacerse; al recorte hay que decirle recorte y a la disminución de las ayudas a las personas dependientes o de bajos niveles de ingresos no puede negárseles lo evidente: cada vez estarán más solos y tendrán que pagar lo que no tienen.
El Partido Popular está siendo el discípulo más aplicado de la escuela neoliberal de Europa. Dice sí a todo lo que propone la troika y lo justifica echándole la culpa al pasado. Pide con soberbia que se le reconozca, que dice la verdad y que eso es un mérito que no debe olvidarse.
Pero exprime, retuerce lo que puede a quien quiere pese a no haber cumplido con uno solo de los puntos del programa electoral que prometió cambiar.
Un realismo que tiene cara millonaria y sudor en el cuerpo, camisas rotas y pantalones ajados.
Más bien, no se miden ni les interesa hacerlo. Han llegado a expresar que es más costosa la salud pública que la privada. Como lo oye, así lo justifican. Señalan que se desperdicia gran cantidad de dinero en duplicidades y mal manejo administrativo quirúrgico y medicinal de los sanatorios que atienden a los más necesitados.
Presentan números, elaborados por ellos y sacados quién sabe de dónde, en que se gasta casi el doble en atender a un paciente en los hospitales gratuitos que en los de paga.
El mundo al revés.
Sin embargo, las escenas que aparecen diariamente en la televisión y lo que se manifiesta en radio y periódicos apuntan todo lo contrario. Se ven caras macilentas, matrimonios deprimidos y gente llorando. En los hogares donde hay algún discapacitado la sombra de la depresión no los abandona.
La gente dice que le han retirado la ayuda y que la que la mantiene recibe una tercera parte menos de la habitual.
Se cobrará el servicio de ambulancias
Es bochornoso. ¿Cree usted que el gobierno ha decidido suspender el traslado gratuito de los pacientes impedidos de caminar y que de hacerlo cobrarán por el servicio de las ambulancias? Pues así va a ocurrir. Y no es teoría. Ya entró en práctica ante la mirada sorprendida y los datos inverosímiles que esgrimen aquéllos que han recibido dinero negro de su propio partido e incentivos dudosos.
De vez en cuando surge alguna esperanza que es destruida inmediatamente. Ahora, por ejemplo, ocho empresarios, dirigentes de compañías muy importantes, tienen que declarar ante las autoridades porque entregaron a esa institución política entre 150 mil y un millón de euros, según el caso, de forma ilícita.
El funcionario que no tiene una segunda casa en la costa, la posee cerca de los centros de consumo y de juego.
Eurovegas ya empieza a dar dolores de cabeza. La gente pudiente especula con el precio de las parcelas y las que rodean el lugar en que se instalará ese centro han subido de precio en forma inusitada.
Transnacionales del juego y agencias y organizaciones interrelacionadas y lúdicas ya apartan sus lugares ex profeso, para ensuciar el lugar poco a poco, más y más, hasta que llegue al apogeo del importamadrismo.
¡Cómo estarán las cosas que son los trabajadores (obreros y empleados medios) los que se lanzan a la calle para pedir un pacto de Estado a las instituciones políticas y demás instituciones que rozan lo legal y que no han sido sancionadas pese a conocerse públicamente sus devaneos y malas andanzas!
Anote usted
Para que abunde su conocimiento sobre los últimos miles de millones de euros que entregaremos a la Unión Europea, apunte lo siguiente:
—La partida estatal dedicada a la dependencia se suprime y la financiación del programa se carga a las autonomías.
—No se haga usted viejo ni se enferme. Mucho menos, dependa de algún servicio público por su incapacidad física o mental porque está perdido.
A estos señores que han entregado su vida —la mayoría rebasa los 65 años, aunque los hay jóvenes y hasta niños— se les considera inútiles y, puesto que “no trabajan ni producen, no tienen derecho en estos tiempos a la ayuda oficial”.
De todas formas, este año, Bruselas recibirá de nosotros los generosos españoles, mil 108 millones de euros para que no se enfaden los grandes capitales.
Como medida paliativa nos desayunamos un día con que Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, anuncia, en descomunales altavoces, que bajarán los impuestos y ¿sabe en cuánto? en un 0.5%… que no servirá para nada.
Mientras, los prevaricadores de siempre siguen comiendo en Zalacaín y los asuntos de cohecho, implicación en actividades ilícitas y latrocinios, están siendo olvidados o, al menos, retrasados para ver si disminuye la indignación pública.
El escándalo sigue ocupado por dos individuos que merecen estar entre rejas: Luis Bárcenas, extesorero del Partido Popular, e Iñaki Urdangarin, duque de Palma y consorte de la infanta Cristina.
Eso sin olvidarnos que hay otras estructuras construidas a un costo mayor a los 200 millones de euros que nunca han funcionado y que existen fábricas infinitamente grandes en poblaciones con menos de mil habitantes que fueron construidas para justificar ingresos mal habidos.
Vivimos en la tierra de lo inverosímil y será difícil escapar.
Es tal la desaparición de la decencia en nuestro país que pronto los ¡alacranes empezarán a volar!