Los palos de ciego de Rajoy
Regino Díaz Redondo
Madrid.- El camino de la incertidumbre se estrecha. En una de tan insólitas y aberrantes medidas que acaba de tomar el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, fue nombrada Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, como parte de la estrategia de seguridad nacional.
Independientemente de que la joven y trabajadora Sáenz de Santamaría sepa o no de finanzas (que no sabe nada), la designación de la actual vicepresidenta de Gobierno pone de relieve el desconcierto que impera dentro de las esferas oficiales y la desesperación que impulsa a tomar acuerdos descabellados que sólo exhiben la incapacidad para resolver los problemas que nos afectan.
En la enésima ocasión en que Rajoy da marcha atrás a sus promesas de elección, y como ya incumplió todas las que prometió, su puesto lo delegó en Sáenz de Santamaría, y él se dedicará supuestamente a la supervisión ecológica de los verdes prados de Andalucía donde tiene un primo que le aconsejó no hacer caso a los problemas ecológicos que nos agobian.
Somos el hazmerreír
Este primo-tío, o como usted quiera llamarlo, es otro ente fantasmagórico en la poca lúcida mente del presidente del Partido Popular.
Son tales las incongruencias, las equivocaciones, el deterioro de la acción gubernamental, que son aprovechados por otros Estados para hacer burla hasta de cómo camina nuestro máximo dirigente.
Se han suscitado tantos acontecimientos que van desde el escalofrío de los países miembros de la Unión Europea hasta la sonrisa cínica de sus dueños que deberían, por pudor, dejar el puesto a personas más capacitadas, si es que las hay.
Para otorgarle el puesto a la vicepresidenta se engloba todo en el Real Decreto sobre Estrategia de Seguridad Nacional. ¡Vaya, por fin se dan cuenta que las perniciosas determinaciones de Rajoy atentan contra el equilibrio de España!
Ríanse un poco: economía-seguridad nacional. Preludio de lo que fue siempre el inicio de enfrentamientos bélicos y no entre las naciones de los cinco continentes. Ríanse, sí, porque si no empapará usted las sábanas de su cama por el dolor que se experimenta en todos los medios sociales.
No se pueden igualar los tiempos ni las circunstancias que dieron pábulo a otros importantes conflictos. Pero revisen y verán que hay alguna que otra similitud entre ellos: corrió como consecuencia de la pésima situación económica de los países afectados.
Mas, la gravedad de la situación actual aumenta si tomamos en cuenta que poseemos (poseen…) armas de destrucción masiva en las naciones avariciosas casadas con el dinero que dominan indecentemente a miles de personas (7 mil millones suman los habitantes de todo el mundo).
¿Conciben ustedes que haya mil individuos que dominen al resto de manera impropia, injusta, indebida, avariciosa, cínica y apabullante? Pues los hay.
Díganme si no tengo razón. Lea usted la revista Forbes, encargada oficiosamente de dar a conocer las fortunas de nuestros distinguidos multimillonarios y súmelas a las de otras entidades privadas que no aparecen en la lista hegemónica y honesta de tal publicación.
¿Qué les parece si revisamos las propiedades de las monarquías europeas? Qué tal si nos enteramos que casi la mitad de las propiedades españolas están en manos de la Iglesia católica. Echemos mano de dirigentes de otras organizaciones religiosas —que no todo lo malo proviene de la Santa Sede— para darnos cuenta que nuestro porvenir no existe, y el poco que queda o los pocos que quedan para disfrutarlo terminarán en la casa de la risa (manicomio).
¡Los banqueros piden retirar los depósitos!
Con gran desfachatez e inusitada prontitud, hay medios de comunicación que se dicen independientes y que sólo son ricos, que no es lo mismo; que se atreven a lanzar calumnias en sus primeras planas pidiendo a los banqueros del mundo que retiren su dinero de los bancos de España porque esto terminará en aquelarre.
¡Hace falta ser más canalla y amoral para que sean los propios banqueros los que inciten a la revolución económica multimillonaria! Entre los distinguidos y respetabilísimos medios de comunicación que respaldan y publican tales informaciones está The Daily Telegraph.
Ante tales desmanes, pocos son ya los jefes de Estado y de gobierno que protestan. François Hollande opta por una presencia baja y se dedica a combatir los tantos problemas que le han surgido en su país. Así es que el enemigo que llegaría montado en un águila con las alas de fuego queda reducido —ahora— a un participante más del conglomerado obediente de Ángela Merkel, Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y multinacionales.
No vayamos más lejos. La Comisión Europea y toda la avalancha de inquisidores financieros tienen permanentemente alquilado un despacho donde auscultas, buscan y encuentran los errores del “ineficiente gobierno español”.
Todos los asuntos que conciernen a investigaciones sobre defraudación fiscal, por parte de españoles, se alargan con el propósito que todos conocemos. Dicen los afectados que “no seamos caimitas” y los auditores “no echemos más leña al fuego”.
Y así, esos asuntos continúan pendientes, caminan a paso de tortuga y desde luego los culpables podrán pasar, cuando menos, unas vacaciones más en Marbella.
Agárrense ustedes
En la última reunión en la cumbre celebrada en Bruselas —y dale con la cumbre— Durao Barroso y el invisible Van Rompuy ceden todo el protagonismo a la canciller Merkel y a su ministro de Finanzas.
Sin duda, tienen mucho trabajo y poco personal. Aumentemos el número de burócratas para que los asuntos primordiales no se queden en los cajones de los escritorios. Paguemos más “cumbres”, viajes al extranjero, consultas a expertos en economía y política de aquí y de allá. Todo ello rociado con champaña Don Perignon.
¿Cuánto cree el buen patrón que aguantará el pueblo?
¡Menos mal que ahora estamos más civilizados y nuestras nuevas generaciones poseen una cultura superior a las anteriores!
Vaya por Dios, es cierto que en España se han puesto ya muchos trapitos al sol, cuyos dueños, sin embargo, siguen libres.
¿Qué me cuentan de Francisco Camps, de Rita Barberá, de Miguel Blesa, de Iñaki Urdangarin, la Infanta Cristina, síndicos de todo el país y concejales de urbanismo que son acusados (hay que utilizar la palabra) de presuntos graves delitos?
¿Cuánto tiempo habrá que esperar para que individuos sin cultura ni neuronas intervengan y resuelvan importantes asuntos de la política y la economía? ¿Le pongo un caso?: Esteban González Pons.
En esta época en la que el honor se concibe como moneda de cambio para realizar más fechorías, muchos justos, sin duda, estarán pagando por los verdaderos pecadores.
Y agárrense ustedes: les hago llegar una de las últimas frases bellas, centradas, inteligentes de Mariano Rajoy: “vencimos la histeria del Apocalipsis”
¿Usted lo entiende? Yo no. Que lo aclare el presidente de Gobierno, él que es un orador excelso. ¿O le dejamos la tarea a José María Aznar?


