El jefe del Gobierno español


Desde luego, esto es sólo medio en serio.

Joyce Carol Oates.

 

Regino Díaz Redondo

Madrid.- ¿Qué más pruebas y evidencias se pueden aportar para que el presidente del Gobierno dimita? El 15 de este mes, Luis Bárcenas, extesorero del Partido Popular, “tiró de la manta” y dijo ante el juez Pablo Ruz que durante décadas mantuvo una contabilidad B en ese partido y que pagó sobresueldos a la cúpula.

En los documentos manuscritos reproducidos públicamente ese día se lee que entregó 25 mil euros a Rajoy en billetes de 500 y 100 euros en 2010 y que mantuvo esa subvención hasta 2011 y desde 1996 le entrega dinero negro.

En una comparecencia que duró cinco horas, Bárcenas desmenuzó y sacó a relucir todos las operaciones fraudulentas cometidas por la tesorería del Partido Popular que él encabezó, y sostuvo que los “papeles de Bárcenas” eran verídicos y que las anotaciones que aparecen publicadas fueron hechas por su propia mano y guardadas para defenderse en caso de que las cosas cambiaran.

Cuestionado y anacrónico

La única contestación que obtuvo de Rajoy fue que “el Estado no hace caso de rumores que circulan por ahí”.

El desfasado pontevedrés confunde rumores con verdades y está tan asustado que afirma contundentemente que cumplirá su mandato otorgado por el pueblo.

Un mandato cuestionado y anacrónico porque ya no tiene la confianza de la mayoría de los que votaron por él. Los españoles nos equivocamos al ver en el Partido Popular y en sus dirigentes a los representantes ideales de nuestra política, y consideramos, en ese entonces, que era los idóneos para sacar al país de la crisis.

¡Cuán equivocados estábamos! Rajoy es un cínico, mentiroso y, según Bárcenas, defraudador del Tesoro nacional. Recibir sobres en negro, o en B, y aceptarlos repletos de dinero es inadmisible en cualquier nación que respeta la ley y la representa.

La ciudadanía está indignada con razón porque don Mariano se ha convertido en un ente que acepta euros de donde y de quien vengan.

Apuntó también que la Comunidad de Castilla la Mancha, presidida por María Dolores de Cospedal, recibió 300 mil euros del empresario Villa Mir para impulsar la campaña electoral pasada.

La vicepresidenta de los populares citó a conferencia de prensa de inmediato y negó todo. De Cospedal se limitó a expresar que “son mentiras, calumnias, no es cierto”.

Doña Dolores tiene la capacidad para enfrentarse a la Real Academia Española: en su monólogo ante la prensa se confundió. Mentiras y calumnias son sinónimos, señora De Cospedal. Pero no, no vaya usted al diccionario porque pesa mucho y no tiene tiempo que perder en tonterías.

En las cuentas oscuras que el Partido Popular mantuvo desde hace 19 años aparecen como sospechosos y receptores de dinero malo los señores Javier Arenas, Jaime Mayor Oreja, Ángel Acebes, Rodrigo Rato, Federico Trillo y algunos más que se autodefinen como salvadores de la patria.

Viola este gobierno el más elemental pudor. Sus dirigentes cometen no sólo fraudes sino que han podido lavar dinero y recibir cantidades importantes de empresarios que, conociéndolos, les regalaron grandes cantidades de efectivo y se prestaron, inclusive, a renovar su vestuario como lo hizo Rajoy, según consta en la denuncia de Bárcenas. Quiso el jefe de Estado imitar al inefable Francisco Camps que fue indultado pese a haber cometido el mismo delito.

Si usted ve en la televisión o en la prensa a un Rajoy muy acicalado es porque le compraron trajes, corbatas y camisas para que tuviera un mayor atractivo frente a los españoles.

Ya en las últimas semanas, Mariano y Bárcenas sostuvieron un intercambio de mensajes vía celular en los que se evidenciaba la confianza que se tenían mutuamente y la forma en que el primero lo alentó para que resistiera a cambio de ayudarlo si no destapaba la cloaca.

Afortunadamente, don Luis no le hizo caso y ardió Troya.

A un individuo de tales características morales no le hacen mella las acusaciones recibidas, aunque pongan en tela de juicio la seriedad de España.

Está claro que en el Partido Popular se llevaba una doble contabilidad. Yo creo que ni él mismo lo puede negar, pero su posición no responde a la tozudez gallega sino que ofende a los habitantes de esa comunidad y al resto de los peninsulares.

Habla Rajoy de “estabilidad” en los momentos en que se tambalea y nadie se explica por qué no ha caído.

Doña Rosa Díez y los sinónimos

Mientras tanto, Rosa Díez, presidenta del la Unión Progreso y Democracia, acaba de solicitar que se impute a Rajoy con una moción de censura y tal parece que Izquierda Unida y algún grupo minoritario que participa con diputados en el Congreso, la apoyarán.

Alfredo Pérez Rubalcaba no termina de consolidar lo que él pensó tener en sus manos: el cadáver político de Rajoy.

En su última intervención, el líder del Socialista Obrero Español acordó “romper las relaciones con el Partido Popular” y no cruzar una palabra con sus integrantes.

Debería el exvicepresidente explicarnos cómo lo hará durante las sesiones del Congreso a la hora de presentar iniciativas, protestar por las medidas del gobierno y refutarlas. Sólo que sea un mago venido de oriente al que todavía no conocemos.

Con el 25% del voto favorable a esta iniciativa se puede  lograr la petición justa y necesaria hecha por Díez.

Si tuviéramos una democracia efectiva y supiéramos qué significa no habría problema para conseguir sacar a Rajoy de la Moncloa.

Pero son muchos los resentimientos entre los políticos de diferente ideología. Coinciden en que Rajoy ya está muerto y que si hubiese elecciones adelantadas no se presentaría a ellas o de hacerlo las perdería.

Quizás, y pido perdón si lo pienso, estas instituciones políticas tan cacareadas esperen a llegar a un acuerdo con el partido mayoritario de la oposición con el fin de lograr un sin número de canonjías si es un socialista el que se presenta como candidato.

Del hilo de las conciencias de nuestros parlamentarios pende el rescate moral y económico de España. Las comunidades autónomas ya cumplieron su papel y la Constitución debe ser modificada para entrar en un régimen federal.

La olla que lleva hirviendo cuatro años ya no aguanta la presión.

Únicamente hay que esperar a ver si revienta antes o después de las vacaciones.

Adelantar elecciones

La catarsis llegará. Pocos son los que piensan que la situación puede seguir así. Los argumentos que esgrimen los posfranquistas son teóricos y falsos.

Si acaso, quien ve factible retrasar las elecciones generales responde a una ideología totalitaria y defiende los intereses creados de gente que se hizo millonaria con la especulación y las transas.

Ni siquiera los personajes más conservadores del país están dispuestos a poner la mano en el fuego por Rajoy. Sí, necesitan este lapso para arreglar sus cuentas y sus agujeros negros, y lo están haciendo.

En los corrillos empresariales, en las oficinas de algunas de las grandes empresas, se habla con fluidez de cómo afrontar lo que viene porque llegará.

Aunque todavía existe una posibilidad remota pero no utópica: que intervenga la Unión Europea, con Ángela Merkel a la cabeza, para defender la coalición de latrocinios que existen en el continente.

Sólo así, sólo así…