¡Viva España!


En poco tiempo, España volverá a asombrar al mundo.

Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda

 

 

Regino Díaz Redondo

Madrid-.Oiga… oiga, señor Rajoy, ¿es cierto que se vende España?

—¿Cómo, qué? No entiendo…

—Sí, señor presidente del gobierno, oye bien, pregunto que si ¿es cierto que se vende España?

—Otra tontería más de ustedes, los periodistas…

—Bueno, se lo pregunto por si usted sabe el precio. Entienda, su gente maneja los dineros, el Banco de España, vaya, al menos conteste. ¿Sí o no?

Don Mariano lanza una mirada al infinito, intenta sonreír y entra rápidamente a La Moncloa.

No contesta, está a punto de hacer un corte de manga, pero algo lo detiene. Se pone pensativo, sus ojos se hacen más pequeños, resuella, parece que piensa, mira en su alrededor en busca de ayuda, sólo ve los rostros impasibles, rostros de mudos guardaespaldas que están asustados y alertas, como dispuestos a dar su vida por él, pero no se mueven, sólo ponen sus manos en la cintura.

Don Mariano se pierde dentro del edificio.

La mañana de un día nublado

Son las diez de la mañana de un día nublado. El reportero echa mano de sus apuntes, los relee, nombres de sociedades, de centros culturales, y al lado, muchos números…

Tal parece que sí, que España está en venta, pero desde hace ya mucho tiempo, aunque las vacaciones de verano han dado un respiro a los compradores. Ahora han vuelto, estamos en otoño, y, de pronto, salen ofertas de rusos, árabes, de empresas multinacionales cuyos dueños no tienen nacionalidad ni patria.

Alrededor de la sede del gobierno hay poca gente. Suele ser así. Pero los curiosos se acercan y se miran, hacen muecas.

De pronto, una nube rebelde descarga su agua y todos corremos a refugiarnos bajo el toldo de un establecimiento cercano.

Silencio, magia y terror se unen durante tres minutos en un matrimonio sospechoso.

A ver, sinteticemos lo que pasa en el panorama nacional:

Queremos compradores, suplican los lobistas; los están buscando. El calor los acerca a nuestras playas, pero los aleja de los despachos, aparta de los negocios, se broncean y alguna que otra francachuela. No vayan a gastar mucho, trátenlos bien, sobre todo a aquél, el de los lentes, con esa barriga roja y un sombrerito tirolés… ése, ése, sí, el presidente de…

El clamor se extiende por nuestra costa mediterránea, a pie del mar; unos pasos y ya… ¿los reblandece? no, estos alemanes no paran, siempre los negocios,  aunque los veas ajenos, ya hacen cuenta,  se oye a un socorrista comentar con un amigo camarero; míralos, míralos, quieren comprar lo que sea.

Este año ha sido el mejor para el turismo de lo poco que nos queda. Pocos españoles, muy pocos; los extranjeros se han gastado miles de millones. La economía tiende a resucitar. Los brotes verdes de que habla Luis de Guindos, ministro serio, poco carismático, los atrae… don Luis dice una cosa y Rajoy otra, Soraya explica, desmenuza, pero todos ofrecen.

No se equivoque, aquí todos formamos una piña, todas las facilidades al capital; tiene la palabra oficial, ¿reestructuración del gabinete?, ni soñarlo, todos están pringados, coludidos; saben y callen.

La realidad es que sí, que compran y han comprado desde agosto mucho más que antes.

En enero comenzó el auge, se construyen infinidad de parcelas.

La Costa Brava es hermosa, llena de chalets y edificios bellísimos, ya están vendidos, la mayoría, a personas y empresas de fuera.

Hay que aprovecharse de la barata, del saldo, las puertas de España están abiertas igual que los ciudadanos, tan simpáticos, tan amigos, obedecen al instante, son trabajadores, no hay que presionarlos, porque, más les vale, tienen que comer con nuestro dinero.

Estos cabrones españoles, dicen a mi lado unos catalanes, están haciendo su agosto, separatistas o no, están tirados tomando el sol en La Concha.

Se adquieren inclusive pisos de interés social, grandes mansiones, hoteles, comercios en las ciudades con playa y sin ella; en la costa del Sol la vida es más hermosa.

El Centro de Paracaidismo en Empuriabrava se vende,  lo compran desde Dubai; el Túnel del Viento, también está en la lista, sólo por 12 millones de euros. Todo comienza a estar en manos de la gente del norte de Europa.

La Ciudad de la Cultura y las Artes, estandarte de la ciudad de Valencia está en subasta. Era la joya de la corona de esa comunidad. Pero ya no.

Sólo mantenerla cuesta  ocho millones de euros al año.

En Madrid, casi se rifan edificios históricos, grandes moles vacías, elefantes blancos, los derruyen, derrumban e inclinan por levantar fábricas de todo tipo. Vienen estadunidenses dispuestos a invertir porque todo es más barato. De Arabia Saudí, también. Y de Latinoamérica.

El capital de riesgo se apodera del mercado inmobiliario. Es la liga de las naciones; aterrizan de Kuwait, de Japón, Corea del Sur, Australia, Francia, Italia.

Se ofrecen bases militares a grandes potencias, ¿para desde allí ir sobre Siria? El ministro del ramo está de acuerdo, nada, nada, es una colaboración. Cumplamos con los amigos.

Hay 48 aeropuertos en España y sólo cuatro o cinco arrojan ganancias o simplemente se mantienen. Los demás o no están terminados o son parte del museo estremecedor de un lugar vacío con la estatua de su dueño que engañó a todos y está libre Fabra. Fabra, el de los lentes oscuros.

En Galicia, centros deportivos y culturales ya están en manos de los acaparadores; no olvidemos que existen intermediarios a los que todo les importa una chingada.

Los rusos, las mafias y los vampiros terratenientes se han lanzado a la conquista del territorio español, sí, sí, territorio español, no de ultramar porque ese ya lo perdimos hace un siglo y medio. Se levantan hasta monumentos a héroes que desconocemos. Es la rapiña.

Extranjeros por doquier

Por el contrario, hay industrias de automóviles que se van a otros lugares porque aquí, aunque es barato, quieren más garantías.

Eurovegas está difícil. Hay que cambiar las leyes. Sobre todo la del tabaco… ¿por qué no fumar en el interior? Veremos, veremos, dice Ignacio González, presidente de la Comunidad madrileña, pero piden más exenciones de impuestos, predios baratos, a plazos muy largos e inversiones locales. ¿Cómo puede haberlas si estamos vendiendo?

En decenas de barrios madrileños y de las ciudades más importantes de este país, abundan los propietarios extranjeros de condominios y de casas solas; hay mucho vendido pero vayamos con cautela, no sea que alguien proteste y recurra a la defensa de la soberanía. ¿Soberanía? Nada les importa.

¡¿Qué es eso?!

Ya se oye hablar en otros idiomas. El aeropuerto del Prat en Barcelona estuvo a punto de venderse y la operación todavía sigue en pie. Abundan las ofertas para instalarse con productos que fabricábamos en España.

En tanto, el gobierno no acepta “rescates”, que son ajustes impuestos por la troika.

Ahora, más que nunca doña Ángela Merkel, que acaba de reelegirse con un porcentaje nunca antes habido en Alemania, empieza a dictar órdenes, ya pasó el nerviosismo electoral. Ahora se dedicará a inspeccionar a los países que no cumplen, a los que tenemos que rebajarnos los sueldos.

De esta nación salen los jóvenes preparados con dos o tres carreras profesionales, emprendedores y no encuentran trabajo aquí, si acaso de peones, de barrenderos, de dependientes, puestos menores que insultan.

El ministerio de la Defensa sí compra. Compra aviones, armas convencionales. ¿Hay que conservar la soberanía?, pues sí, pero también hay que ser amigos, dejemos que los grandes países tengan bases o plataformas de despegue de aviones en Rota y Morón.

(Ayer leí una nota en la que España vende armamento a otros países.)

No se asusten, ocurre desde hace muchísimos años, desde siempre, con los militares mucho cuidado, si no pregúntenle al capitán Miguel Ayuso que acaba de ser ascendido. Él le dirá que “la Constitución de 1978 tuvo un origen bastardo y espurio”. Este sujeto no reconoce al Rey, es carlista. Agrega que “la guerra civil fue una verdadera cruzada” y que “la represión franquista fue legal”.

(Ayuso es catedrático de la Universidad Pontificia de Comillas y presidente de la Unión Internacional de Juristas Católicos.)

Frente a los que buscan hegemonía, lea lo que manifiesta el papa Francisco. Admírese: acaba de expresar que “el actual sistema económico nos lleva a la tragedia, los ídolos del dinero nos están robando la intimidad”. ¡Qué le parece!

En fin, por si fuera poco, quemados por el sol del verano, gritemos al unísono ¡arriba España!