DE MICROSCOPIO
España necesita un líder
La ultraderecha no es un problema en España.
Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior
Regino Díaz Redondo
Madrid.- Un líder, un líder, necesitamos un líder… o un jefe… alguien con personalidad que asuma responsabilidades y ajuste políticas sociales, delinee estrategias, haga planes, elabore programas de trabajo… no nos atrevemos a pedir un estadista, no queremos utopías, pero sí un jefe de gobierno que con su firmeza aliente y convenza de que no nos hundimos, de que dejaremos de caer… Alguien… un salvavidas de ésos del mediterráneo o carpetovetónico.
Pero queremos verle a menudo, que nos diga lo que va bien o lo que no, de lo que piensa hacer y de lo que ha hecho. No deseamos un señor que nos comunique poco y lo mismo, no importa cómo esté el tiempo.
La televisión es muy importante pero no suficiente. Me atrevo a decir que buscamos a quien sepa rebatir las verdades que dicen las cadenas de TV españolas. Dígales, si puede, que están equivocadas, que Bruselas no nos ordena, ni da golpes ni insulta. Que la UE se preocupa por España, que somos un país respetable.
Por favor, que venga el líder que buscamos; como tarde mucho nos habremos ahogado.
Porque una vez o dos, lejos de la gente, no lo sentimos, no sirve ni satisface ni lo merecemos. Parece una burla. Este señor del PP nos es indiferente ahora y hasta nos irrita porque comunica mentiras y verdades a medias, manda respuestas de un párrafo de vitales asuntos pendiente y se olvida de que gobierna para 45 millones de personas.
Un grito de auxilio
Auxilio, Mariano, auxilio, usted nos asfixia, deprime y desprecia. Nos presta más atención proporcionando datos y números aunque sean adornados con palabras o váyase. Aquí muchos millones no lo queremos; qué pasa con la corrupción en su partido, qué de la gente de Gurtel dentro de sus filas, por qué no nos da su opinión sobre los seres de Andalucía. Dénos información sobre los seis millones de parados, de los impuestos que no se cobran más que el 1% a las grandes compañías para que sean competitivas en el exterior.
¿Por qué se olvida de los asalariados que tienen mini-jobs y trabajan en negro? El Poder Judicial debe ser respetado para que los españoles tengan la seguridad de que no se irá impune don Iñaki Urdangarin y su esposa, no deje solos a los jueces. Usted es el jefe del Ejecutivo y es a quien votamos, no a ellos. Meta orden, no se desguance, sea presidente del gobierno para lo que le votó la mayoría. ¿Qué del ministro Wert y del golpe a Erasmus y por qué Ana Botella mantuvo esta ciudad llena de basura durante doce días y la convirtió en un estercolero?
Ahora usted perdería en las urnas, no se vanaglorie de lo obtenido hace dos años, sino de la herencia que está dejando y de la que dejará al final de su mandato.
Sea consciente, háblenos de los españoles preparados que se van y de los obreros que tanto emigran, como en todo los tiempos.
Díganos qué vamos a hacer para que el país recobre su dignidad, para que afuera no nos insulten y nos crean poco menos que retrasados mentales; explíquenos, don Mariano, por qué obedecemos sin rechistar las órdenes de la UE en menoscabo de los trabajadores nacionales, y si es justo que tengamos millones de ellos en el umbral de la hambruna y se alimentan de los desechos de los grandes restaurantes de lujo en los que usted come.
Aclárenos, estimado compatriota, por qué se oculta en los momentos más difíciles, por qué da la espalda a los que le piden justicia y un mendrugo. Usted no sabe que manejar un país no es otra cosa que llevar a buen fin el devenir de una gran familia y que además debe rodearse de personas creíbles, inteligentes, con conocimientos de los problemas que nos hieren para que no se mienta en la forma que se hace; para que Cristóbal Montoro recapacite en su inigualable errata mental; para que Dolores de Cospedal deje de pertenecer a la catacumba de damas políticas poco adictas a darle la mano al obrero que pone el ladrillo.
No me diga que cada quien tiene que asumir su responsabilidad. Sí, pero el jefe de todos es usted y si no tira de las orejas o reparte algunos tortazos nadie entrará al orden ni se arrepentirá de sus equivocaciones y latrocinios cometidos a sus espaldas o permitidos por su irresponsable ausencia.
A diario nos amanecemos con noticias contrarias al porvenir de España, así llevamos unos seis años. Ahora, en el último consejo de ministros, han llegado ustedes a tomar una decisión que no engaña. Por todas partes, políticos, empresarios y banqueros pregonan la salida de la crisis. No sé de cuál salida hablan ni a quién beneficia, porque yo veo en los comedores públicos el mismo número de personas que suplican por comer y también que las oficinas de empleo están abarrotadas de gente.
Haga usted como lo hizo en un tiempo aquél rey que usted conoce. Disfrazado, salió por las calles para hablar con su gente y se dio cuenta de la terrible situación en que se encontraban sus súbditos.
Ya no hay cuerpos que recortar
No incline usted la cerviz frente a la exigencia de que estamos cumpliendo bien pero que debemos seguir con los recortes. Seguir con los recortes ya es imposible, porque no existen, señor Rajoy, los cuerpos para recortarlos. Nos estamos convirtiendo en estatuas vivientes sin carne y con huesos débiles.
Somos una nación que no merece el momento en que vivimos por culpa de usted, de su gente y de sus antecesores Zapatero y Aznar que fueron cómplices, queriéndolo o no, por su pasividad, subordinación y lacerantes medidas que tomaron. A ver si despierta usted, señor Rajoy, porque si no, lo van a echar a la calle y pisotear.
Pero aquí también tiene responsabilidad otro partido:
¿Qué querrá decir, don Alfredo, con que “el PSOE ha vuelto y por eso no se irá…”?
Analice, señor Pérez, su frase que le ha servido de máximo eslogan en la última reunión del partido en que se luchó por la unidad que no se ha logrado y se buscaron las primarias y aún no llegan.
Con los brazos abiertos, ha gritado usted la frase anterior. Analícela, señor Rubalcaba: ¿el que ha vuelto no se va? Caray, que gran congruencia. El que ha vuelto, si es que ha vuelto alguien, que no lo creo, puede o no irse. y por lo que se ve, ni ha vuelto; y si lo hizo, se va de inmediato al ver las consecuencias en que nos encontramos.
Lanzó usted la expresión como si después lo fueran a crucificar, en demostración de un triunfo que no vemos por ningún lado.
Lo que es posible es que de no meter el orden, puesto que usted se empeña en ser el salvador, el socialismo de Pablo Iglesias, y no vaya más lejos, el de Indalecio Prieto, caerá por los suelos.
Busque el liderazgo
Tiene usted muchos frentes abiertos: Carme Chacón, Susana Díaz, Tomás Gómez, Oscar López, José Antonio Griñán y no veo que los pueda cerrar de ninguna manera. Sea coherente, don Alfredo, es el momento de dejar las cosas lo mejor posible, de atar —y conste que no es Franco— y dejar el paso a las nuevas generaciones que no por nuevas pueden ser buenas pero en este caso todo indica que sí lo son.
Don Alfredo, con su actitud frente a un gobierno desorientado, falto de inteligencia y enemigo de la mayoría, no ha podido elevar su índice de aceptación entre los españoles. Como dijo Felipe González: “Rubalcaba es quizás la mejor cabeza política de España pero tiene problemas de liderazgo”.
Entonces, si no tiene liderazgo, búsquelo, inténtelo, esfuércese en ser más activo y sobre todo, cosa casi imposible, más carismático. Recuerde que el carisma no es más que una expresión que se refleja en el rostro de los hombres que toman decisiones y dan la cara frente a los asuntos importantes en su vida o la de los demás si representan a un conglomerado social.
Exhibe usted un desorden neuronal pese a que sus discursos tienen una gran coherencia. Digo neuronal porque sus neuronas trabajan muy bien pero por sí solas y en beneficio personal. Haga que ellas se junten y, unidas, elaboren un plan de trabajo que permita a los desencantados de su democracia volver a ella.
No se resista usted a los llamados de la gente socialista que pide cambios; presente usted ya, en este momento, un programa de trabajo para después elegir al candidato.
Esta fórmula, primero el programa y luego el candidato, dio siempre muy buenos resultados en un país que es república y que se llama México.
La persona elegida para llevar a cabo todo lo que encuentre en los documentos elaborados tendrá así más facilidad para enfrentarse al enemigo político con buenas cartas y sin mancha.
De otra forma, vamos de pronto a olvidarnos del neoliberalismo brutal —casi fascismo— y de la democracia social convertida en una pusilánime pordiosera que se encuentra llorando en un rincón de la Puerta del Sol.


