Se nos fue
Guillermo García Oropeza
En este final de año, y atisbo del próximo, entre tantos temas políticos duros y polémicos quisiera desviarme a un tema que arranca de una noticia que a muchos mexicanos sacudió: la muerte de Pedro, el Mago Septién.
Y digo que sacudió por que yo, me imagino junto con muchos, lo juzgábamos eterno. Y es que al Mago lo conocí, radiofónicamente, cuando yo era un niño y no conocía la o por lo redondo, pero junto al radio de la casa, un Telefunken, creo, me asomaba a un campo mágico de beisbol que me iba describiendo el Mago Septién.
Con este Mago, que tenía el don de hacer visuales las palabras y hacer innecesaria la televisión, que aún no se inventaba o no habíamos comprado, veíamos el juego. El don de descripción iba aunado siempre a una erudición aplastante de las cosas del beisbol. Del nuestro y del americano. Septién simplemente lo sabía todo.
Se dice, no lo sé, que alguna vez fue describiendo un partido imaginario cuando alguna falla técnica le cortó comunicación con el que estaba pasando en la realidad. Cosa que importa muy poco por que lo que valía era la ilusión emocionante que nos trasmitía.
Septién era un hombre de radio cuando el radio era tan importante. Hay toda una historia de ese México radiofónico, con sus personajes, música y sus múltiples invenciones. Un mundo de voces y palabras que escuchábamos sin ese estorbo que es frecuentemente la imagen hoy omnipresente.
Yo siento nostalgia por esos radio days que celebró en una linda película Woody Allen, los días del radio que cubren, mínimo unas cuatro décadas de historia mexicana, donde es el medio principal que inunda el país antes de esa televisión que oscila tantas veces entre lo idiota y lo perverso.
Pero volviendo al Mago surge un tema humano muy atractivo que es el amor por lo trivial, por esa “trivia” a la que tantos somos afectos, esos conocimientos inútiles y minúsculos, pero que son el alma de las grandes aficiones. No importa que la trivia sea beisbolera o literaria, cinematográfica o política, lo importante para sus adictos es saber y recordar más y más detalles de una querencia, recordar con el Mago quién y cuándo se voló la barda un héroe del pasado para ganar la Serie Mundial.
El Mago nos dejó un consejo: si tienes un hueco en tu vida llénalo con un deporte y con su trivia, y serás como él eternamente joven.
