Regino Díaz Redondo

Madrid.- El gobierno de España tiene miedo y lo contagia a la población de manera alarmante. Es cobarde porque no sabe gobernar; se agacha porque la guadaña capitalista se mueve al son de la troika. Mariano Rajoy está exultante; en su informe a la nación anunció que los que ganan menos de 12 mil euros al año no pagarán el Impuesto Sobre la Renta, como  el mayor esfuerzo de su Administración. Antes y después, se refirió a un país que la mayoría de la población desconoce. Pintó una España en la carrera por la conquista del liderazgo europeo y se vanaglorió de que la crisis no sólo ha pasado si no que estamos en un periodo de crecimiento impensable y magnífico.

Por su parte, Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general del PSOE, le respondió recordándole la precariedad en la que estamos situados y la serie de tropiezos y malas leyes aprobadas y en proyecto por su gobierno. El primero leyó todo, inclusive las respuestas; el socialista improvisó. Esa fue la diferencia en el léxico y demostró la capacidad de cada quien. El discurso del jefe del gobierno, nos acercó al paraíso ante la incredulidad de la mayoría. Don Alfredo, “quizá la mejor cabeza política de España” (González dixi), fue muy claro, pero nada más.

No presentó alternativas si no que puso sobre la mesa las carencias que padecemos. Llegó hasta allí, no se sabe si se despedía de la política o entraba en ella con un hálito de precaución.

Como siempre, los corifeos de ambos partidos aplaudieron a rabiar a sus respectivos jefes. Don Mariano no es un hombre de ideas pero sí de decisiones fijas. Nadie lo saca de su erre con erre y aguanta hasta lo indecible. No se atreve a informar sobre el aborto, ni de los recortes que se han efectuado,  ni del éxodo de los españoles por falta de trabajo. Su triunfalismo llegó a hacerse monótono y hasta molesto. Pero no lo toma en cuenta o no se entera.

Los demás partidos de oposición le reclamaron lo mismo que el PSOE y el representante de CiU estuvo a punto en su educada desesperación, de ordenarle que autorizara la consulta soberanista de Cataluña, porque si no, dijo, se armará un jaleo inmenso.

La verdad es que en esta legislatura cada ministro interpreta a su manera lo que se acuerda todos los viernes en las reuniones del Consejo. El problema es que al salir de la reunión cada uno se va por la libre y se contradicen entre sí.

Los españoles de todas las edades entendieron ya que las manifestaciones, protestas y gritos no sirven para nada. Entonces han comenzado a utilizar un nuevo sistema con mejores resultados:

Se encierran en edificios para protestar por la privatización del agua, se atan a los árboles para que no los talen, invaden los hospitales para que no se descuide al personal, exhiben las largas filas de camillas en los pasillos de los centros de salud para que vean el penoso espectáculo de los enfermos en espera. Un par de ellos han muerto ya mientras hacían cola para ser atendidos.

El fracaso de la gran mayoría de las decisiones marianistas, resultan impracticables, afectan a los más necesitados y lesionan la economía de los pocos trabajadores que aun conservan su empleo (mini-jobs) de 450 euros al mes (Esto sí, no pagarán el IRPF, ¡qué alegría¡)         ™

El ex registrador de la Propiedad, calla ante las reclamaciones de los organismos internacionales. Y a otros obedece como si sus órdenes fueran un dogma de fe.

La Unión Europea regaña al gobierno español porque hace mal sus deberes en la frontera sur pero tiene la cachaza de no enviar a nadie para contribuir a la resolución del problema. El mensaje que envía la troika a Rajoy es indigno. El presidente no contesta, al menos oficialmente, y se traga el insulto.

Lo cierto es que las muertes de los subsaharianos en Ceuta y Melilla y los disturbios ocurridos allí, son problemas eminentemente europeos, no solamente españoles. Más le valdría al consorcio unitario acordarse de nuestro país que forma parte, más o menos importante, de la Unión.

Los dos principales diarios aquí, han cambiado, al menos temporalmente, sus ideologías. El de mayor circulación, se arrima al ascua gubernamental y de la realidad no quiere saber. Además se coloca con mayor firmeza la corona monárquica que siempre llevó puesta desde los comienzos.

 El otro, con un director destituido y uno nuevo tambaleante, sigue echando el resto y publica múltiples informaciones verídicas de lo mal que se llevan las cosas no sólo en la Administración Central si no en muchas de las comunidades autónomas.

¡Qué simpática paradoja!

La ONU emitió hace unos días un comunicado, perdido en páginas interiores de los medios de comunicación, escritos en los que exhorta al gobierno neoliberal a que tome medidas para ayudar a localizar los restos de los republicanos asesinados por Franco y enterrados en fosas comunes.

Rajoy, ni caso hace. Seguramente, enviará un texto en el que explique que durante la transición se llegó a una amnistía y que el caso de la dictadura es un pequeño incidente en la historia de España.

Muchos de los cuerpos que no se encuentran, no se hallarán porque fueron arrojados al mar por aviones fascistas durante los siete años posteriores al término de la guerra civil.

Es triste ver cómo se habla de democracia y de igualdad sin practicarla. Es molesto e irritante que los descendientes (que todavía los hay) de la ideología del Eje se froten las manos con gusto y mantengan posiciones políticas que no merecen.

Las autoridades españolas tampoco contestan al Tribunal de La Haya cuando exculpa al ex juez Garzón suspendido once años en el ejercicio de su profesión y permite que circulen libremente por las calles de esta capital, asesinos como El Niño, que fue un verdugo ejecutor del mayor ensañamiento ocurrido durante el falangismo. Ahora el Tribunal Constitucional desechó la petición de indulto que hizo Garzón “porque no la cree de utilidad pública”.

Hay declaraciones que no se han dado a conocer, ni se darán si triunfa la derecha a ultranza en las próximas elecciones porque no conviene que parientes de los todopoderosos ocupen puestos ejecutivos en un gobierno al que llaman democrático.

Impresiona la falta de lucidez de los encargados de elaborar leyes y proyectos. Miles fueron fusilados y pasaron por el garrote vil sin juicios previos. ¿Cómo se enteraba el caudillo? Tenía en el régimen miles de espías civiles que escuchaban conversaciones y comprobaban juntas de personas non gratas al régimen. Y entonces, de oídas, Franco mataba.

Hace tiempo que debieron dimitir, por los errores cometidos, los ministros de Hacienda, del Interior y del Empleo y el director de la Guardia Civil, porque los agentes de esta corporación no actúan de motu propio sino por órdenes de sus superiores, además, se les ordenó disparar con balas de goma contra los africanos que intentaban llegar a nuestro territorio.

Veremos qué ocurre después de las elecciones al Parlamento Europeo que se efectuarán el 25 de mayo y en donde los ánimos comienzan a calentarse entre las diversas fracciones tradicionales y nuevos grupos políticos surgidos al calor de la pobreza, la desigualdad y el fustigamiento de los grandes y todopoderosos señores del dinero.

A parte de China que surge como poder preocupante y real, los que mandan en el mundo, confabulados con políticos y empresarios de países donde conviene, son los Goldman Sachs, los Rockefeller, los Warburg, , los Morgan Stanley, los Rothschild, los Goldsmith, la Reserva Federal Americana, el Fondo Monetario Internacional, los Bancos Centrales, la Standard Oil Company a parte de las grandes constructoras, farmacéuticas, las aseguradores de inversiones, las industrias de armamento, que son quienes mueven las bolsas de valores en donde los brokers y sus dueños se apoderan de los bienes materiales y de las conciencias para crear la amoralidad que les permita seguir trabajando contra los intereses del resto de la humanidad.

¿Hasta cuándo se va a permitir que haya muchas decenas de países pobres y no más de 100 grandes capitalistas que mueven el mundo y lo ponen patas arriba?

Todo es posible.