“España va a crecer más que Alemania”

Mariano Rajoy

Regino Díaz Redondo

Madrid.-Con cierto rubor, el cansancio de la mayoría, tres rebeldes socialistas y el rotundo no de la izquierda plural, se aprobó el pasado 11 de junio la Ley de Abdicación que lleva implícito la proclamación del príncipe de Asturias como Felipe VI, rey. No hubo debate sino exposición de tendencias ideológicas, tampoco repuestas; fue un monólogo de cada orador.

Sólo en Twitter ganaron los republicanos. Las redes sociales pro-república apabullaron a los monárquicos. El acto se llevó a cabo en un ambiente frío, desganado y la seguridad desinhibida, a veces soberbia, del PP y el PSOE que se aferraron al respeto a la Constitución de 1978, al pacto legal y al compromiso “ineludible” que dio paso a la “monarquía democrática” con Juan Carlos I como Jefe de Estado.

En un momento, pareció como que si el espíritu de Franco envolviese la sesión asentada en un clima de estrechez institucional y terminó con la abdicación de los socialistas a favor de la monarquía parlamentaria.

Dentro del hemiciclo del Congreso nadie buscó enfrentamientos a sabiendas de que sería inútil hacerlo aunque los inconformes mandaron una señal inequívoca “dentro de un año y medio, en las elecciones generales del 2015, las cosas cambiarán sin lugar a dudas”.

El fantasma de Podemos invadió la atmósfera y nadie buscó la exaltación ni el griterío. Estuvo todo sujeto a lo previsto y sólo ocho pancartas pidiendo referéndum aparecieron entre los parlamentarios.

La votación fue oral. Arrojó 299 votos a favor de una ley de urgencia elaborada aprisa y ante el descontento de los ciudadanos de afuera. En contra se contabilizaron 19 votos y 23 abstenciones. Entre los socialistas Odón Elorza, que estuvo presente, y Guillermo García Gasulla y Paloma Rodríguez Vázquez, ausentes. Los tres fueron castigados con el pago de 400 euros cada uno para un refrigerio de la élite del partido.

Alfredo Pérez Rubalcaba, líder saliente del PSOE, pasó una de las peores mañanas de su vida. Subió a la tribuna triste y ojeroso y su intervención rubricó el apoyo incondicional a la Constitución “porque, aún con raíces republicanas, pensamos que la monarquía puede compaginar con la república”.

Afuera, un pequeño grupo de personas ondeó la bandera tricolor, muchos de ellos jóvenes y mayores de 65 años. El enorme despliegue policíaco asombró porque era evidente que el gobierno aprobó un dispositivo de vigilancia para prevenir cualquier protesta. Se escucharon frases contra el bipartidismo “del que estamos hartos” y gritos y quejas de quienes fueron empujados, literalmente empujados, y no se les permitió acercarse a más de 250 metros del Palacio de los Leones.

     Posteriormente, siguieron manifestaciones en varias partes de la ciudad y algunas poblaciones del país pero fueron insignificantes en el tamaño y en la vehemencia. Quedó claro que el pleno de los diputados iba a respaldar la abdicación y que se dejaría para más adelante el debate entre monarquía y república.

Es fácil deducir que la democracia real (los Indignados de la Puerta del Sol) y otros políticos de nuevo cuño, fortalecerán su presencia en un futuro mediato mientras emplean su tiempo en elaborar programas adecuados a las exigencias de los españoles que ya casi no creen en nadie.

Una cosa quedó muy clara: este es el principio de un cambio político y económico de España. A partir del 11 de este mes, las fuerzas que se dicen progresistas, y que deben serlo y demostrarlo con hechos, tienen el campo abierto para obtener una gran cantidad de votos en las urnas durante los comicios que se avecinan.

El escenario nacional ha dado un giro de 180 grados y lo saben todos los presentes en la reunión. Sus caras reflejan amargura y un poco de miedo. Miedo a que participe el pueblo directamente. A que sea éste el que elija directamente al jefe del Estado. Es un llamado a Felipe VI para que tome en cuenta a los españoles que no soportan más los recortes y las ideologías caducas y convenencieras.

El neoliberalismo está dando pasos hacia su abolición. Las urnas mostraron que el Parlamento Europeo será plural y desempeñará un papel más importante en el fortalecimiento de la comunidad continental.

Votaron a favor PP, PSOE, UPyD, Foro de Asturias y Unión de Partidos Moderados (UPM) . Se abstuvieron Convergencia y Unió y Partido Nacionalista Vasco y en contra Izquierda Unida, parte del grupo mixto, Ezquerra Republicana per Cataluña y Amauir.

Las clases medias han tomado la reivindicación en sus manos. No quieren más intermediarios fallidos. Claramente exigirán a los dirigentes que salgan en las elecciones generales del año próximo, que se acabe con prevaricadores políticos corruptos y terminen los recortes ordenados por la troika.

Mariano Rajoy habló de que “esta es una sucesión normal, como nunca había ocurrido en España”. Y agregó: “no somos una democracia en construcción, sino consolidada”.

Para mí fue un discurso viejo, para los oídos viejos de los que añoran la dictadura. Además, el presidente del gobierno se atrevió a decir, sin pudor, que “nuestro sistema político es un ejemplo para el mundo”. Frase imaginaria en boca de un hombre que no entiende o no quiere entender la democracia y que defiende lo suyo sin miramientos.

Para el PP, todo “hace historia”; unas palabras, un movimiento, unos conceptos verbales, son “históricos”. Una historia podrida por su culpa, según el balance de los últimos años. Pero también, el hoy despierta ilusiones y futuras realidades.

   Tan grande fue el júbilo de don Mariano que afirmó “las discrepancias carecen de importancia”. ¡Qué bien, las discrepancias son antidemocráticas!, ¿verdad Prometeo?

El grupo tradicional socialista que encabezan el propio Rubalcaba y los ex presidentes del gobierno Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, vuelve a perder el rumbo y está totalmente dislocado. Fue, y es, una posición retardataria que la historia, ahora sí la historia, se los demandará.

Don Alfredo tiró de una afirmación escalofriante: “votar en contra de esta ley sería obligar al rey Juan Carlos a seguir en el poder” cuando él ha decidido renunciar.

Esculpamos la oración anterior y pongámosla con letras de oro en alguna parte dentro del Congreso. Pero no es todo, añadió que “con Juan Carlos hemos logrado la paz, la libertad y el progreso”. Con tales declaraciones, y muchas otras hechas con anterioridad, ¿para qué queremos una gran coalición?, simplemente formemos un organismo nuevo: Partido Popular Socialista Obrero Empresarial (PPSOE).

No podía faltar la voz del portavoz del PP, Alfonso Alonso, quien echó mano, como siempre, de recursos irrisorios. Preguntó en el pleno que si preferían un república como la de Corea del Norte y Cuba o una monarquía parlamentaria.

¡Bendito seas Alonso! . Este gobierno es legal porque la gente lo eligió en las urnas pero carece de legitimidad.

El diputado Antoni Duran i Lleida (CIU), manifestó “España nos ignora, el Estado es cuestionado por la sociedad” y se quejó de que el gobierno no permita la consulta catalana.

Cayo Lara, coordinador de Izquierda Unida y tercera fuerza política del país, habló con claridad aunque sin salirse del esquema trazado para el desarrollo de la sesión. A continuación, menciono algunos conceptos importantes de su intervención:

…“Franco nos dejó de herencia a Juan Carlos… ahora, Felipe VI se nos vende como una propiedad privada de la realeza…. Vivimos una dinastía decrépita, cómplice de empresarios españoles y corruptos…. Se abre ya un abismo entre la gente y la mayoría que representa el estatu quo….. Se ha roto, lo han roto ustedes, el pacto constitucional de 1978…… Entonces, había que cerrar una transición para terminar con la dictadura y la izquierda hizo concesiones… ustedes, muchos de ustedes, se sintieron felices en la vagancia, en el fraude y se hicieron millonarios a costa del resto de los españoles… violan las leyes cuando quieren y se inventan otras…. No cumplen con el pueblo… hay un gran deterioro entre los partidos dinásticos…. La estabilidad es la república, no la monarquía…. el 79% de la población actual no votó en el 78 porque no había nacido o era menor de 21 años….. en 2009 le pedí al rey que hiciera un plebiscito para legitimar su reino pero no me hizo caso….. no cierren una herida infectada….. si lo hacen serán los culpables de la muerte del paciente… los defectos de la democracia, se curan con más democracia”…

       Rosa Díez, presidenta de Unión Progreso y Democracia (UPyD) votó en pro de la ley, aunque “en mi ideario político soy republicana pero en estos momentos se trata de ajustarse a las leyes que nos rigen”.

Afrontará Felipe VI (o Felipe Juan VI) junto a Prometeo el combate a la corrupción entre empresarios y políticos, la pederastia y el lucro de la Iglesia y los engaños y latrocinios de miembros de la familia real. También, el independentismo que goza de magnífica salud en Cataluña y el País Vasco.

Y, al mismo tiempo, el nuevo monarca debe pensar en que su reinado puede ser más corto en vista de los aires republicanos que soplan sobre su imperio.

El 19, será la coronación de Felipe en una ceremonia sobria, en la que posiblemente no vaya vestido de militar, aunque lo dudo, y en la cual no habrá símbolos religiosos ni presencia exagerada de militares. Tampoco vendrán reyes ni jefes de Estado de otras naciones.

Después del trago amargo de esta reunión en la Cámara de Diputados, hago esta pregunta: ¿Cuándo van a hacerle una auditoría independiente a la Casa Real?, porque a las demás majestades de Europa se les supervisa escrupulosamente.