Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace.

Jean Paul Sartre

 

 

 

Regino Díaz Redondo

Madrid.- Al líder socialista Pedro Sánchez le llueven los mandobles por todas partes. Los merece, quiso o quiere demostrar su fortaleza política y lo que consigue es alterar a los miembros del PSOE y a la sociedad en la que el PP está feliz, se frota las manos y saca partido de todos los titubeos.

Sánchez es el hermano gemelo de la incongruencia política. Los barones socialistas titubean y piensan dos veces antes de apoyarlo, aunque la mayoría lo hace, con sus reservas. Tomas Gómez, el candidato sustituido a la presidencia a la comunidad de Madrid, armó el escándalo bien merecido.

Desde luego Gómez no es la mejor carta para los socialistas pero es la única que tenían y no se puede hablar de democracia cuando se propina un golpe de mano sin pensar en las consecuencias que acarrea.

A cien días de las elecciones, el PSOE pierde presencia y el revuelo interno será casi definitivo para que nuevamente la derecha gobierne esta región. El candidato posible es Ángel Gabilondo Soler, ex ministro de Educación y un personaje digno, sólido y respetable.

Pero se enfrentará, si es que al fin fue nombrado, a la pérdida de imagen que ha sufrido ese organismo político en los últimos años. La medida, aún si fuera positiva, influirá también en los comicios de fin de año donde ya los socialistas ocupan un tercer lugar y van a la baja.

Como era de esperarse, a estas alturas la conmoción social en el país es mayúscula. Y lo que falta. Estamos en un momento muy difícil del que podrían sacar provecho quienes hasta ahora han dominado el panorama financiero de la nación.

No es la forma de consolidar el mando y Pedro Sánchez lo sabe o lo supo tarde. Su debilidad política en los últimos meses lo ha llevado a cambiar de opinión en asuntos tan importantes como la economía y la seguridad de España. La gente confía cada vez menos en un líder que estrecha la mano a Rajoy, se une hoy a él y, mañana, lo combate.

Es un disparate y casi una vergüenza ver a Sánchez sentarse en el despacho de Mariano y darle de palmaditas en el brazo con una tímida sonrisa. Nunca antes ocurrió tal cosa y ningún líder socialista que aspira a gobernar fue tan titubeante como el actual.

Hasta el momento, Sánchez ha tomado decisiones arriesgadas e ilógicas. Para destituir a Gómez y su directiva de Madrid dijo que lo hacía por “el desorden orgánico que hay” y Tomás le contestó que ha cometido un gravísimo error y que está dispuesto a acudir a los tribunales si es necesario para defender su honor.

Hablar de honor no viene al caso pero don Tomás tiene razón en cuanto que hasta el momento no ha sido imputado por nada aunque existen sospechas del malo y excesivo financiamiento del tranvía de Parla de cuyo municipio fue alcalde.

     “Llegaré hasta las últimas consecuencias. Sánchez se ha subido al caballo de la derecha”, afirmó Gómez mientras un grupo de sus partidarios gritaba a las puertas de Ferraz pidiendo que el PSOE rectificara la decisión porque iba contra las normas democráticas.

En el supuesto de que Sánchez tuviese razón no fueron esas las maneras en que debió de destituir a Tomás Gómez. En la alta política es primordial llegar a acuerdos en petit comité y luego anunciarlos. No al revés.

Por si fuera poco, Rajoy juega a su manera con Pedro Sánchez. En una de las últimas reuniones del Congreso de los diputados le dijo “mucho me temo que usted no vaya a gobernar este país” y sonriente se sentó en su curul.

Sánchez encajó el golpe y ni pío dijo. Los diputados populares se cansaron de aplaudir y de reír a carcajadas. Sánchez fue humillado y la sempiterna sonrisa desapareció de su rostro.

Hay muchas conjeturas sobre los motivos que tuvo el joven político para tomar una decisión tan drástica. Tomás Gómez dio a entender que atrás de todo estaba Alfredo Pérez Rubalcaba. Al preguntársele sobre esta posibilidad el madrileño manifestó: “hay un tufo de ello…”

Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía y la líder mejor valorada dentro de su partido, eludió manifestarse directamente a favor de Sánchez. Al ser interrogada dijo que no estaba enterada y que era ilógico poder opinar de algo que desconocía.

Hasta el momento de escribir estas líneas, Díaz, que aspira a renovar su gobierno en Andalucía, permanece semioculta y quizás en espera de que los acontecimientos posteriores le hagan tomar una decisión más importante. Quizá busque llegar a la Moncloa.

A finales de marzo es la votación en esa parte del sur de España y ella será, seguramente, elegida nuevamente para el cargo que hoy ostenta. No es seguro que tenga mayoría absoluta por lo que su permanencia como presidenta de esta comunidad está en veremos. Tendrá que hacer otra vez pactos con Izquierda Unida o vaya usted a saber con quién.

La eterna sonrisa de don Pedro palidece. Ya no es tan campechano como acostumbraba a serlo en sus primeros días como líder; ahora, en Bruselas, se mostró categórico pero muy serio cuando dijo que la medida adoptada fue como respuesta a la mala imagen que tenía Gómez entre los votantes madrileños.

Lo cierto es que el Partido Popular gana adeptos con su nueva estrategia elaborada por Pedro Arriola S.A. para defenestrar a una izquierda que históricamente nunca se une.

Dicen las malas lenguas (o las enteradas) que el PP elaboró un programa avasallante que permitirá mantener su posición antisocial. Busca Prometeo mantener la política de austeridad de la troika y ha recibido consejos de cómo hacerlo en el futuro, inclusive para conseguir gobernar los próximos cuatro años.

El plan neoliberal se basa en el combate al “populismo” de Podemos y a la inestabilidad de Izquierda Unida de cuyo seno se divorció Tania Sánchez, candidata a la gobernatura de la comunidad madrileña.

Entre los “adalides” de esta política sibilina están Rafael Hernando, portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, y gente parecida. Para éste descalificar al adversario político es compararlo con charcos malolientes, como es su costumbre. Se presta a estas cosas porque lo considera un deber como patriota español. ¡Vaya, qué bien Rafael, rafaelillo. Quítate, por favor, que te pillo!.

El personaje en cuestión abandera el cinismo y se refiere a las “repúblicas bananeras” cuando se trata de equiparar a Pablo Iglesias con la política boliviana (totalitarismo marxista).

Cayo Lara, coordinador de IU, hombre inteligente, buen político, de izquierda de a de veras, lucha, dentro y fuera, por mantener su formación. Pero no lo ha conseguido. La salida de Tania Sánchez representa un duro golpe para una izquierda que muchos quisieran.

Vivimos con el España en la boca. Qué dulce. Pero, al mismo tiempo, le damos tarascadas a granel. Es el país de la paradoja de quienes se angustian por envidia y no oyen por soberbios

¡Españoles, al fin!.

Es una España del ábrete sésamo, de la demagogia y de la manipulación. Cada vez que intentamos que crezca, disminuye. Sentimos vergüenza por los políticos de antes y de ahora. No de todos.

¡Déjenla en paz, por un rato, por favor. Déjenla que se recupere y ayuden de verdad a que así sea!

Ya vendrán otros que volverán a insultarla.