Afecta a todos la macrodevaluación

 

 

 

Magdalena Galindo

 

A la depreciación que ha sufrido el peso en las últimas semanas le llamamos macrodevaluación, pues se trata de una baja notable del valor de la moneda mexicana. Ciertamente, como han señalado diversos analistas, el descenso tiene como causa inmediata la apreciación del dólar en todo el mundo, debido a los más recientes datos sobre el comportamiento de la economía estadounidense que han mostrado un aumento de la producción y sobre todo del empleo, lo que hace esperar un alza de la tasa de interés en ese país y, por lo tanto, la afluencia de dólares para aprovechar ese cambio de política. Sin embargo, hay que señalar que, como viene sucediendo desde hace tiempo, para México la situación es peor, pues entre los países emergentes es el segundo que ha experimentado la mayor devaluación de su moneda, lo que se explica porque a la situación de la economía internacional se suman los factores internos que, como comentábamos en estas páginas hace dos semanas, entre los más importantes está la fuga de capitales que han protagonizado inversionistas, tanto mexicanos como extranjeros,

La devaluación, además, no puede explicarse únicamente por el crecimiento de la economía estadounidense que muestran las informaciones recientes, pues se trata de una tendencia que se inicia antes, pues en lo que va de la actual administración, es decir del 1 de diciembre de 2012 a la fecha, el peso se ha devaluado un 19.4 por ciento, pues el dólar de mayoreo pasó de 12.96 pesos a 15.48 pesos, es decir, el peor nivel registrado en la historia.

El fenómeno tiene una enorme importancia porque, aunque la mayoría de los mexicanos no realiza operaciones con dólares, y por eso pueden pensar que la devaluación no los afecta en lo personal, lo cierto es que, por la dependencia que padece nuestro país, profundamente acentuada durante el actual gobierno, el dólar y por lo tanto su precio interviene en el conjunto de la economía mexicana. En estos días, el presidente de la Comisión de Fomento Industrial de la Canacintra, Juan Manuel Chaparro Romero, señalaba que la política de eliminación de aranceles de los últimos años provocó un aumento de las importaciones de materias primas, de modo que hoy las empresas mexicanas importan en promedio el 65 por ciento de sus insumos. Eso quiere decir que el dólar, moneda con la que se pagan esas importaciones de materias primas o productos intermedios, está presente en prácticamente todos los productos fabricados en México. Naturalmente, la devaluación significa que esas compras al exterior resultan más caras y, por lo tanto, aumentan los costos de las empresas que no están dispuestas a disminuir sus ganancias y, en consecuencia, aumentarán los precios de los productos y eso afecta, como es obvio, a todos los mexicanos.

En realidad, el funcionario de Canacintra se quedó corto al referirse únicamente a la eliminación de aranceles, pues el desastre de la economía mexicana no sólo se deriva de esa política, sino de los cambios estructurales que se han establecido al reorientar la economía hacia el exterior y apostar a sólo dos ejes: las exportaciones y la inversión extranjera.

En cuanto a las exportaciones, a las que también se refirió Chaparro Moreno, al subrayar que de los 5 millones de empresas existentes en México, menos de 41 mil venden sus productos en el extranjero, hay que recordar que de esas exportadoras la mayoría, más del 80 por ciento, son empresas extranjeras establecidas aquí, y además, que junto a las exportaciones han crecido, y aún más las importaciones precisamente porque se traen del extranjero la mayor parte de los insumos para fabricar los productos que después se exportan.

En las condiciones actuales, pues, la macrodevaluación afecta fuertemente al conjunto de los mexicanos, aunque nunca hayan tenido que comprar un dólar.