Entrevista a Ricardo Espinosa | Profesor e investigador de la UAM-Iztapalapa

Nora Rodríguez y Emma Islas

Luego de la grave derrota obtenida por el PRI en los pasados comicios del 5 de junio, su dirigente Manlio Fabio Beltrones presentó su renuncia “para que la nueva dirección —dijo— encabece las transformaciones que requiere y que le urgen”.

Para analistas políticos como Ricardo Espinosa, Manlio Fabio Beltrones no pudo más con las presiones externas —sobre todo de la Presidencia de la República— que no le dieron margen de maniobra para tomar decisiones propias que, quizá, señala, pudieron cambiar el panorama electoral en siete de los 12 estados en que estuvieron en juego.

Y es que al igual que el PRD, ahora ese partido enfrenta una severa crisis que pone a los priistas en jaque. ¿Quién puede tener el perfil necesario para mantener el PRI en Los Pinos?, ¿quién puede lidiar con las cabezas del gobierno federal que impone candidatos sin perfiles ganadores?, ¿por qué no se hicieron efectivos los planteamientos originales de la Ley 3 de 3 para una verdadera rendición de cuentas de servidores públicos, legisladores y gobernantes emanados del tricolor y que hoy ponen al jefe del Ejecutivo en la disyuntiva de vetar lo ya aprobado, como le demandaron los empresarios?, ¿cómo enfrentar y sacar airosas las elecciones el próximo año del Estado de México, antesala premium de los comicios presidenciales?

Los priistas analizaron en privado la situación que priva en ese instituto político, se habló de traiciones, de culpas y señalamientos a quienes contribuyeron a las derrotas. Lo cierto es que Beltrones, quien fue electo para encabezar su partido hasta 2019, también tuvo que enfrentar no sólo el fuego amigo, sino el hartazgo ciudadano frente a los errores del gobierno federal y de mandatarios estatales, reconocidos por su corrupción.

A su llegada a la dirigencia del tricolor, Beltrones citó a Luis Donaldo Colosio: “el PRI debe estar abierto a la autocrítica”. Diez meses después lo alude para señalar que “el partido debe cambiar y debe haber una transformación de fondo”.

[gdlr_text_align class=”right” ][gdlr_heading tag=”h3″ size=”26px” font_weight=”bold” color=”#ffffff” background=”#000000″ icon=” icon-quote-left” ]

¿Quién puede tener el perfil necesario para mantener el PRI en Los Pinos?

[/gdlr_heading][/gdlr_text_align]

Perdió su autonomía

Ricardo Espinosa Toledo, profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapala afirma a Siempre! que con el presidente Enrique Peña Nieto el partido perdió su autonomía. “Se reubicó como líder máximo del PRI con una capacidad de decisión interna, reconocida por propios y extraños y que ha convertido el tricolor en un órgano político dependiente”.

Asevera que el líder real del partido “es el presidente de la república, lo que se traduce en una suerte no sólo de debilitamiento sino también de desactivación de las propias fuerzas internas del Revolucionario Institucional”.

El doctor en estado en ciencia política por el Centre d´Analise Comparative des Systémes Politiques, Ècole Doctorale des Sciences Politiques, Universidad de París I-Sorbona, destaca que quien sea el que llegue a encabezar la dirigencia nacional del tricolor lo hará con compromisos definidos.

“La acción del PRI —dice— seguirá siendo subordinada, definida desde fuera y eso afectará, como ahora se vio, en la definición de los candidatos”. Asegura que los candidatos responderán más a intereses externos “ya que aunque el presidente es un priísta, es jefe de Estado, y responderá más a intereses de un grupo que a los intereses del partido”.

Otro gran problema que tiene el PRI es que abandonó o desdibujó su proyecto de nación, por lo que se “encuentra inmerso en un escenario desfavorable ante el desarrollo de un partido nuevo como Morena o bien por el reposicionamiento del PAN, luego de las elecciones del 5 de junio”.

Por ello, dice, “lo que necesita es trabajar en un proyecto de nación para el nuevo siglo, lo cual requiere además de una reforma que lo reubique en el concierto político y en su relación con sus gobiernos y el gobierno federal, una reforma interna que a su vez lo conduzca a una relación constructiva que le permita ser competitivo nuevamente”.

 PRI-nacional

¿Transformación o más de lo mismo?

Para el especialista en partidos políticos y relaciones Ejecutivo-Legislativo, en el corto plazo es muy difícil una transformación del PRI, “cuando los gobiernos se debilitan como el actual, en vez de modificar las estrategias, se atrincheran en las viejas prácticas. Una manera de ese atrincheramiento que conduce también al aislamiento es buscar reforzar sus mecanismos de control, de lo que puedan controlar, y esto se observará en ese partido; sin embargo, eso acaba debilitando más y aislando más”.

“Lo que deja —advierte— la puerta abierta no sólo para el PAN sino para López Obrador y Morena, que ascienden de manera sorprendente. No sólo se ve en los resultados electorales, lo ha escrito también la prensa internacional que analiza el ascenso de López Obrador y afirma que éste se debe más a las acciones y omisiones del gobierno federal”.

“Si los priistas —agrega— quieren estar en condiciones de recuperar la confianza de la ciudadanía que han ido perdiendo, tienen que asumir banderas como la de la lucha contra la corrupción, la lucha contra el conflicto de interés, la lucha contra la impunidad”.

“Aun cuando la rendición de cuentas —dice— les causa mucho problema a la mayoría de los gobernantes —sean del color que sean— por distintas razones no aceptan actuar con transparencia, lo que se asocia con la impunidad, porque no hay castigos, por lo que “esa tarea tendría que ser una bandera central de un partido como el PRI para decir: estos gobernantes surgieron de nuestras filas, pero no los pusimos ahí para corromperse ni aceptamos la corrupción como práctica política”.

Beltrones y el poder compartido

El investigador de la UAM destaca que Beltrones siempre ha sido uno de los promotores de lo que llama “el poder compartido”, que surge del reconocimiento de que México es un país políticamente plural, “para asegurar la gobernabilidad democrática hacen falta coaliciones no sólo electorales sino de gobierno. Alianzas que desembocarían en gobiernos integrados por funcionarios de primer nivel y en programas de gobierno sostenidos por la coalición, lo que sería un paso relevante en aras de construir un nuevo modelo político, un nuevo sistema político”.

“Es insostenible pretender el gobierno de un solo hombre ya no es eficaz como ocurre actualmente. La personalización del poder va dejando solo al presidente, lo va separando de los intereses colectivos, de los intereses sociales. Lo encierra en una burbuja en la que sólo escucha a los que le pueden hablar al oído, y está probado que, cuando eso ocurre, se produce una distorsión de la realidad”, asevera.

Al hablar sobre la posición en la que se encuentra el hoy exlíder del tricolor, Ricardo Espinosa considera que su carrera política sigue vigente y que sus posibilidades rumbo al 2018 no están eliminadas, ya que es un “animal político”.