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Los habitantes hicieron justicia por su propia mano y asesinaron a tiros y por linchamiento a su alcalde Domingo López González.
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Entrevista a Zoé Robledo | Senador perredista
Chantal Adriana y Emma Islas
San Juan Chamula es un pequeño poblado situado en el estado de Chiapas, a diez kilómetros del pueblo mágico de San Cristóbal de las Casas. Es una localidad repleta de misticismo y una ceremoniosa serenidad. Esta población es habitada por indígenas tzotziles. San Juan es la cabecera municipal de Chamula y se ubica en una de las zonas más altas del estado. Su población consta de 77 mil habitantes que hablan tzotzil y español como producto del sincretismo cultural que se dio en la época de la Colonia, cuando se mezclaron creencias prehispánicas y la religión católica.
La entidad tiene un sistema político religioso rígido y extremista, vigilado por un edil seleccionado por el pueblo mediante comicios, pero tener responsabilidades como alcalde y policía representa un gran honor, éste se concede cuando la persona en realidad tiene méritos que le permitirán conducir al pueblo por el camino del bien. Los pobladores aún se rigen tanto por sus creencias tzotziles como por el calendario maya. A cualquier visitante se le prohíbe tomar fotografías e, incluso, en caso de que alguien lo haga, los indígenas o la policía se ve obligada a pedir que eliminen cualquier material fotográfico. Además, es necesario vestir de manera adecuada y comportarse con respeto en cualquier área de la entidad.
En México hay 55 millones de personas que viven en condiciones de pobreza, 3.9 millones viven en Chiapas, uno de los estados más rezagados en educación, salud e industria. La mayoría son indígenas, quienes penden del hilo de la justicia social, la cual nunca llega. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, 94.8% de la población Chamula es pobre, y de este porcentaje, 69.7% vive en pobreza extrema; es decir, carece de los servicios básicos para vivir y alimentarse.
El sábado pasado, San Juan Chamula fue escenario de uno de los actos más violentos de los últimos meses. Después de una negociación, los habitantes hicieron justicia por su propia mano y asesinaron a tiros y por linchamiento a su alcalde Domingo López González, militante del Partido Verde Ecologista de México. A través de testimonios recabados en redes sociales, se dijo que esto ocurrió debido a que cuando el gobierno chiapaneco liberó 50 millones de pesos para utilizarlos a favor de la población, el zetjol (como llamaban al edil) omitió ese dinero y dijo a los tzotziles que no les había llegado el recurso.
De acuerdo con informes de la Procuraduría General de Justicia de Chiapas, en total cinco personas fueron asesinadas a manos de los furiosos tzotziles, quienes tienen un largo historial de intolerancia religiosa, machismo y justicia por su propia mano. El gobernador Manuel Velasco acudió al poblado para intentar resolver tanto los homicidios como las demandas de los pobladores.
De inmediato, militantes del PRD urgieron resolver los asesinatos e instalar grupos conciliadores, tal es el caso del senador chiapaneco Zoé Robledo quien pertenece a la primera minoría en la LXIII legislatura, y que, desde el primer momento en que se dieron a conocer los hechos violentos, propuso establecer una mesa de conciliación.
Mezcla explosiva
En entrevista para Siempre!, el senador por Chiapas Zoé Robledo nos explica los alcances de esta problemática violenta, así como el contexto del conflicto en los últimos años.
¿Cuál es el contexto social para tratar de entender los hechos violentos en San Juan Chamula?
San Juan Chamula ha sido, desde hace muchos años, escenario de diversos conflictos, ya sean religiosos, territoriales, agrarios, y ahora de orden político partidista. Parte del conflicto se fue generando durante los últimos años y tiene que ver con temas del orden presupuestal. La dinámica del ejercicio del presupuesto público se ha ido llevando a cabo a partir de asignaciones poco transparentes en obra pública y programas sociales. A las autoridades, por otra parte, les ha sido difícil cumplir con las exigencias y expectativas de su población. También está el elemento indígena; la realidad de San Juan Chamula tiene que ver con la presencia hegemónica de un partido político. San Juan Chamula tiene una realidad plural, compleja, una sociedad polarizada, donde el ejercicio de lo público se ha ido fragmentando. Ahí es donde creo que se debe tener no solamente la innegable indignación y la exigencia de justicia, sino también una dosis alta de reflexión, de cómo ofrecer soluciones duraderas a estos problemas.
¿Qué fue lo que ocurrió el pasado 23 de julio, porque la Fiscalía maneja tres líneas de investigación?
Más allá de mi preocupación y la búsqueda de que haya verdad en San Juan Chamula, me parece aventurado tratar de explicar qué pasó. Creo que es una mezcla explosiva de varios elementos, pero me esperaría a las investigaciones que ojalá que tengan varios elementos: verdad absoluta para ir rehabilitando el tejido social y alcanzar una reconciliación; hay que buscar justicia para las víctimas y los familiares. Es difícil de repente, en casos tan trágicos, hablar de reparación del daño, pero es muy necesario para buscar la reconciliación, y algo que me parece muy importante que es la garantía de no repetición. Hay que buscar esas garantías de no repetición, eso no debe parecer algo normal en nuestro país, la violencia ha aparecido porque ha fallado la política, pero no es una condición de los pueblos indígenas, no es una condición cultural, es una condición política.
¿La pobreza y la marginación son “caldo de cultivo” para que ocurran estos hechos violentos?
Desde luego que sí, la desigualdad tan profunda, una pobreza que en San Juan Chamula alcanza niveles de hasta 94% de su población. Claro que ahí hay un elemento adicional, existe un ejercicio poco eficiente de recursos públicos y de gasto social que no está dando resultados. Hay que ir al fondo de las cosas, tan peligroso es quedarse callado como peligroso es ser superficiales a la hora de querer entender un conflicto como éste.
En este sentido, ¿qué tan efectivas han sido las políticas públicas del gobierno de Manuel Velasco para combatir la pobreza? Porque cada año Chiapas ocupa los primeros lugares en la materia.
Creo que todavía hay grandes desafíos, nadie puede estar satisfecho en la forma en como se aborda el tema de la pobreza en Chiapas, y tiene que ver con recursos públicos, presupuestos mal ejercidos, con elementos estructurales. Nadie puede estar satisfecho con los niveles de pobreza que hay en Chiapas.
Chiapas no recibe lo que aporta
¿Cómo explicar tanta desigualdad en un estado a pesar de ser una entidad muy rica en recursos naturales?
Sin duda hay una inequitativa e injusta vinculación y relación con la federación. Chiapas no recibe lo que aporta, no hay un entendimiento ni un reconocimiento de las grandes aportaciones que hace Chiapas en materia de energía, gas natural, petróleo, minerales; pero más allá de eso, a pesar de que se ha incrementado el gasto social en Chiapas, hay otros elementos que tienen que ver con lo local. Los programas sociales no siempre están bien diseñados y no siempre llegan a los más necesitados. Muchos programas están vinculados con el corporativismo y clientelismo de orden electoral. Y eso le ha hecho mucho daño a la posibilidad de combatir real y efectivamente la pobreza en Chiapas. Por otro lado, están los signos graves de poca transparencia y corrupción en los recursos públicos. En este sentido, también se debería revisar el ejercicio público municipal, donde hay ausencia de instituciones firmes y autónomas. Hoy tenemos una población joven, en edad productiva, que debería significar un bono demográfico y, sin embargo, lo que hoy vemos es mucho desempleo, jóvenes que están intentando estudiar para encontrar movilidad social y no la encuentran.
¿El gobernador Manuel Velasco sólo se fue a “tomar la foto” a San Juan Chamula? ¿Cuál es el objetivo real de la comisión instalada?
Espero que sea un espacio verdaderamente de búsqueda de soluciones y no haya sido solamente un acto de orden mediático. El mandatario está atendiendo, de alguna manera, lo que le dicta su responsabilidad política de estar cerca de las víctimas, que siempre es un acto que no hay que menospreciar. Creo que el tema de fondo es que esa comisión tenga la fuerza y el poder para encontrar soluciones verdaderas.
¿Por qué existe este vacío de autoridad en estos pueblos?, ¿porque pueden aplicar la ley por su propia mano?… ¿Los usos y costumbres dificultan la aplicación de la ley en San Juan Chamula?
Lo que existe es una falla de la política para conciliar conflictos y encontrar acuerdos. Los usos y costumbres son una forma de entender la vida comunitaria, de entender las decisiones, pero los usos y costumbres no son un sinónimo de violencia ni de resolución violenta de los conflictos, para nada. El asunto es incorporar los usos y costumbres, emparejarlos al sistema político y respetarlos.
En San Juan Chamula, contradicciones sociales e intolerancia religiosa: Carlos Flores
En los últimos seis años se ha registrado un incremento de los homicidios dolosos en el país, elevándose en el primer semestre de 2016 —enero a junio de 2016 se registraron casi 9 mil 500 averiguaciones por homicidio doloso con un saldo de más de 10 mil personas asesinadas, cifra que no se había registrado desde el sexenio de Felipe Calderón.
Según el balance del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, se confirma un incremento superior al 15% de este delito. De enero a junio de 2016, hubo un saldo 10 mil 301 víctimas y se registraron mil 257 averiguaciones por homicidio doloso más que en el primer semestre de 2015.
En las últimas semanas se han registrado varios atentados en contra de ediles en Guerrero, Chiapas y Michoacán. El 15 de junio, en la región de Tierra Caliente, Refugio Villanueva Mora, hermano de Francisco Villanueva Mora, edil de Gabriel Zamora, fue ejecutado. El 23 de julio se registró el asesinato de Domingo López González, alcalde de San Juan Chamula, Chiapas, y del síndico Narciso Lunes Hernández. En la madrugada del domingo 24, un grupo armado asesinó al alcalde de Pungabarato, Guerrero, Ambrosio Soto Duarte.
En entrevista con Siempre!, Carlos Flores, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, afirma que el problema de la escalada de violencia se debe a que a la delincuencia organizada se le ha tratado de combatir únicamente a partir del ataque hacia sus estructuras operativas.
“Se han combatido los grupos operativos y se queda trabajando todo el entramado de protección institucional y de recursos de procedencia ilícita. Al mantenerse esta cadena, se convierte en el elemento fundamental para que se puedan regenerar los grupos operativos. Basta con que los grupos que se van quedando hagan nuevas alianzas, para que nuevamente vuelvan a crecer, pues sus activos más importantes siguen funcionando”.
En el caso en específico de San Juan Chamula, el investigador destaca que ahí existen otro tipo de variables que se conjugan con la violencia que existe en la zona, “tenemos distintos tipos de confrontación que se van desarrollando tanto por las contradicciones sociales tan profundas que hay en esa población como con problemas también de intolerancia religiosa”.