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Por Emma Islas
Turistas y deportistas que acudirán a los Juegos Olímpicos Río 2016, no sólo se encontrarán con una serie de disciplinas deportivas sino también una extensa industria de prostitución que se espera deje miles de reales a una población brasileña sumida en la crisis económica.
La prostitución no es un delito en Brasil y está reconocida por el Ministerio de Trabajo desde 2012; ocupa el segundo lugar en el ranking internacional en turismo sexual, tan solo por detrás de Tailandia. Se estima que 3 mil prostitutas trabajan en unos 70 establecimientos.
Existen 500 mil menores de edad en la industria del sexo, por lo que el gobierno ha lanzado campañas para luchar contra la explotación sexual infantil, como ya ocurrió durante el Mundial de Futbol Brasil 2014.
A partir del 5 de agosto, el sexo será un ingrediente que estará muy presente. En Vila Mimosa —núcleo de la prostitución— se pueden encontrar carteles en inglés con ofertas promocionales: 30 minutos de sexo por 30 reales, antes 75. En la Villa Olímpica a fin de que los atletas tengan sexo seguro se han distribuido 450 mil preservativos, el triple de los que hubo en los Juegos Olímpicos Londres 2012.

“Odio lo que hago. Pero es el único camino rápido que tengo de hacer dinero, busqué tanto pero tanto empleo y no lo conseguí…”, son palabras de una de tantas mujeres, de diferentes regiones del país, que a través del llamado oficio más antiguo del mundo intentarán hacerse de unos reales, para comenzar de nuevo.
Entre estas mujeres, atraídas para trabajar en locales que fueron abiertos recientemente y aprovechar el boom deportivo y turístico, hay estudiantes, azafatas, masajistas, ingenieras, madres y amas de casa que a sus espaldas traen una historia que contar.
La oferta de trabajo incluye el viaje a Río, alimentación, transporte y alojamiento. En contraparte, ellas deberán trabajar ocho horas al día, de lunes a viernes, seducir a clientes para que consuman bebidas y prostituirse el mayor número posible de veces cada noche. Los costos: 100 reales la entrada —alrededor de 27 dólares—; 300 reales, relación sexual y 100 reales más por el cuarto.
En la ceremonia de inauguración también se habrá izado la bandera de la inclusión. La transexual Lea T será la encargada de ser la portavoz de la diversidad de género, racial y la orientación sexual.
Junto a Elza Soares, Gilberto Gil, Caetano Veloso, Anitta y Helô Pinheiro, reconocida por inspirar uno de los temas más célebres de la música brasileña, “La garota de Ipanema” (“La chica de Ipanema”), hoy con 71 años de edad.
Lea T estará entre las 600 personas que llevó la llama olímpica desde el miércoles hasta el viernes en su recorrido a lo largo de unos 90 kilómetros por Río, recorrido que —se espera— sea seguido por más de 3 mil millones de personas por televisión en todo el mundo.
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