Entrevista con Ricardo de la Peña/Presidente ejecutivo de ISA

Por Emma Islas

 

La confianza en todas las instituciones del país va cuesta abajo. Al interior del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto las dificultades parecen seguir. La evaluación hacia su administración se encuentra en su mínimo nivel de aprobación desde que comenzó su gestión, pero la crítica no sólo es hacia el mandatario y su partido, también va contra un poder legislativo que registra un 58% de desaprobación. Cada vez está más presente un creciente ánimo de falta de credibilidad y descontento de la ciudadanía con la manera que marcha el país.

Lo anterior lo revelan los resultados del estudio de GEA-ISA: México: política, sociedad y cambio. Escenarios, correspondiente a la Tercera Encuesta Nacional de Opinión Ciudadana 2016, el cual está centrado en la evaluación del gobierno del presidente Peña Nieto y su impacto en la gobernabilidad.

El estudio deja ver que el 57 por ciento de los entrevistados se encuentran insatisfechos con la forma en que funciona la democracia en México. El 67 por ciento opina que sería mejor que gobernara otro partido, mientras que el 26% se inclina por que el PRI siga. Lo que es un hecho es que la gente no se inclina por las coaliciones entre los partidos en la próxima elecciones presidencial.

La consulta que se realizó entre el 3 y el 5 de septiembre, con un nivel de confianza del 95 por ciento y un error del más/menos 3.1 por ciento, se realizó a mil 502 personas de las cuales, 52 por ciento eran mujeres.

En entrevista con Siempre!, Ricardo de la Peña, presidente ejecutivo de ISA, señala que en la actualidad la ciudadanía se encuentra inquieta por diferentes factores, “le preocupan la carencia de elementos que le permitan pensar en una mejoría económica a corto plazo. No hay recesión pero sí un crecimiento menos acelerado del que se esperaba, lo que genera que la población sienta que hay carencias que no puede atender por lo que enfrenta una difícil situación económica”.

“Una segunda vertiente es una imagen de seguridad que no se ha logrado abatir ni en niveles de criminalidad organizada ni en la vida cotidiana del ciudadano. Otro aspecto es la corrupción que se percibe en la gestión de los asuntos públicos que todos conocemos y que han sido materia de debate público en muchos de los casos. Un cuarto factor, es la preocupación por lo que puede pasar en el ámbito nacional en una eventual caso de una victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos”.

 

Registra Peña aprobación más baja de un presidente

De la Peña asevera que la aprobación hacia el presidente de la república es la más baja que se ha observado, no solo a lo largo de su gobierno, sino desde 1998, con apenas un 26% de aprobación. Lo que —dice— repercute en el plano político electoral en una disminución del respaldo hacia el PRI que actualmente se ubica en segundo lugar en preferencias respecto al PAN.

“Estamos hablando de un proceso de declive que se ha venido dando en los últimos 2 años. Se han sumado diversos factores. Aunque la falta de un crecimiento suficiente en la economía podría ser un alimentador de esta actitud crítica, la disminución de los niveles de aprobación y de acreditación del gobierno en distintos ámbitos se ha dado paulatinamente, tanto que ahora los niveles de preferencias hacia el PRI se ubican en 21% para la elección presidencial contra un 24% que estaría apoyando al PAN. Apenas una cuarta parte de los ciudadanos están pensando que el PRI debe continuar gobernando, mientras que la mayoría se inclina porque haya un relevo del partido en el gobierno”.

En torno a la vista de Donald Trump, asevera que existe un abierto rechazo a la invitación que se le hizo, sobre todo a la actuación del Presidente frente a ella, “hay una preocupación por el impacto que puede tener, en las posibles acciones que pudiera tomar un presidente Trump en caso de que fuera elegido en noviembre próximo, pero esto desde luego está sujeto a la incertidumbre propia del proceso democrático en el país vecino”.

ISA

Partidos fragmentados

Sobre la situación que guardan los partidos políticos ante los ciudadanos —particularmente de la izquierda y el PAN—. De la Peña considera que el gran problema de la izquierda mexicana es que se encuentra fragmentada “los respaldos potenciales aún no se han ubicado en torno a un solo partido político, sino a una serie de partidos, primordialmente el PRD y Morena que están peleando la representación de este segmento”.

Sin embargo, explica que todo puede modificarse para la elección de 2018, “Morena cuenta actualmente con un candidato potencial que tiene altos niveles de consumismo y altos niveles de respaldo que son superiores  a los que pudieran tener el PRD; es decir, con nombre y apellido podemos hablar de que López Obrador actualmente tiene niveles de reconocimiento y de respaldo más altos que no alcanza el aspirante más destacado del PRD que es Miguel Ángel Mancera”.

En cuanto al PAN, precisa que pese a que en las elecciones de junio pasado “pudimos observar que el gran capitalizador del descenso del PRI, estaba siendo el PAN, no deja de ser producto de procesos peculiares en situaciones concretas que se vivieron en ese momento, lo cual no augura necesariamente que el gran capitalizador para el 2018 pueda ser necesariamente el blanquiazul, esto tendría que confrontarse con una realidad que aún está por escribirse”.

 

Escenarios

Ante la dificultad de resolver los problemas que se enfrentan en el país, De la Peña destaca que lo esperado es que en los próximos meses y años por venir se mantenga el nivel de cuestionamiento a autoridades  y de no apego al partido en el gobierno.

“En el plano económico no se vislumbra que factores puedan ser los que permitan superar esta atonía. En la seguridad se percibe la carencia de un mecanismo adecuado de atención a los problemas que enfrentamos. En el combate de la corrupción tampoco se percibe que pueda haber o que vayan a surgir acciones que efectivamente creen una modificación sensible en el estado de la opinión pública”.

“El clima de atonismo va a permanecer. No se vislumbra que elementos son aquéllos que puedan modificar de manera sensible el sentido de la opinión pública  y este rechazo manifiesto hacia autoridades, hacia instituciones que los cobijan a quienes los representan de forma tal que si vemos un escenario poco optimista en torno al futuro próximo para el país”.