Por Emma Islas
En ciudades fronterizas como Tijuana y Mexicali el paisaje urbano se ha transformado. Desde abril comenzó a registrarse un flujo inusual y creciente de migrantes haitianos y africanos que mantiene una alerta humanitaria, social y sanitaria que ha sobrepasado a las autoridades y a la sociedad civil. Pese a que los albergues han multiplicado su asistencia, no se dan abasto ante hombres, mujeres y familias completas que intentan lograr una amnistía y convertirse en refugiados en Estados Unidos.
Pero la problemática de la migración en estos momentos es complicada. No sólo en México que durante muchos años la ha enfrentado —al ser un país de paso— sino también internacionalmente. Por ello, Rodolfo Casillas, profesor e investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), señala que “en estos momentos estamos obligados a revisar los modelos de desarrollo económico que se están aplicando”.
“Los flujos migratorios tienen su origen en situaciones de una economía que no está funcionando. La falta de empleos, buenos salarios y la ausencia de otro tipo de satisfactores alientan la migración, sobre todo cuando estos problemas tienden a volcarse o a convertirse en inseguridad pública. La gente busca ejercer su derecho a pretender un mejor nivel de vida”.
Al hablar en específico del flujo migratorio de haitianos y africanos en la frontera norte, el investigador dice a Siempre! que este fenómeno “nos habla de una situación internacional crítica en el tema migratorio que demanda una reacción urgente por parte de varios estados y no solo de uno. Lo que se está aplicando son medidas unilaterales, quizás algún tipo de acción multinacional pero muy incipiente. Se requiere una atención expedita y humanitaria”.
El especialista en temas migratorios asevera que ante este escenario existen varios riesgos. “La población extranjera indocumentada concentrada ahí tiene una serie de carencias, desde las más básicas como puede ser la alimentación, dónde vivir, dónde curarse físicamente de los males que los aquejan, niñas y niños que merecen atención particular y no la tienen. Está latente la posibilidad de que sigan llegando más migrantes en las mismas circunstancias. Además se favorece la presencia de delincuentes que traten de aprovecharse de la población migrante. Podemos hablar de distintos eslabones que van desde situaciones urgentes hasta la participación de la delincuencia”.
Situación de crisis
Rodolfo Casillas destaca que pese a que el representante en México de la Organización Mundial para las Migraciones (OIM) afirmó que no vivimos una crisis en Tijuana, sino que los recursos y espacios con que se cuenta en Baja California necesitan ser optimizados para hacer frente a la problemática, él discrepa de su opinión: “el hecho de que tengamos más de 4000 personas varadas, en las peores condiciones, nos habla de una situación de crisis”.
Indica que este panorama agrava la problemática que se venía padeciendo en el país desde hace mucho tiempo, con una política migratoria anacrónica, frente a los flujos migratorios de paso que transitan por México para llegar a Estados Unidos, al que ahora hay que agregar este nuevo flujo que se encuentra en ciudades de Baja California.
Ante la vulnerabilidad en la que se encuentran estos migrantes existen muchos peligros que los acechan, “datos oficiales de la policía federal revelan que en México son secuestrados poco más de 10 mil migrantes al año, lo cual es un hecho muy grave que no empezó ayer sino que viene ocurriendo desde 2007. Pese a que la policía federal informa que 98 por ciento de esas personas son rescatadas, también es cierto que esa información no es muy conocida”.
Haití, un país olvidado
El especialista afirma que el caso de Haití es una situación dramática en América Latina, para no decir en el mundo, pues pese a que el ser humano tiene un derecho inalienable tanto a quedarse en su país como a migrar, pues la migración es algo congénito del ser humano, esto cambia cuando las personas se ven obligadas a migrar por cuestiones económicas o políticas.
A lo largo del tiempo —dice— “ha sido un país olvidado y devastado por malos gobiernos, hay que recordar la dinastía de “Papa Doc” y su familia que no solo se fue apropiando de las riquezas, sino también permitiendo que el país prácticamente se convirtiera en un páramo. La comunidad internacional —no sólo Francia— hizo muy poco para evitar que la situación se prolongara”.
“La migración haitiana en un primer momento se fue dirigiendo hacia República Dominicana, con quien tiene frontera; sin embargo, la Suprema Corte de Justicia del país dominicano determinó de una manera antihumanitaria desconocer a descendientes de haitianos que hubieran nacido en Dominicana, lo que dejó sin nación a miles y miles de dominicanos-haitianos. Ante este tipo de atropellos, la comunidad internacional tampoco ha hecho un gran esfuerzo para revertirlas”.
Casillas Ramírez destaca que el hecho de que ahora lleguen a México simplemente es una oleada posterior a todas las anteriores de negación a la ciudadanía, al empleo, salarios, seguridad; “además, con los desastres naturales que en los últimos años los han afectado, simplemente convierten el país en una situación de crisis humanitaria”.
“El hecho de que hayan migrado, en su momento, a Brasil y después hayan tenido que transitar por 10 países —desde Brasil hasta México— nos habla de una búsqueda desesperada de vida, pero ahí hay una gran responsabilidad internacional”.
EU se deslindará del problema
El autor de diversos libros sobre el tema migratorio asegura que Estados Unidos no cerrará su frontera y seguirá aplicando una política selectiva, “seguirá recibiendo un numero determinado de solicitudes al día, de esa manera se deslindará de los migrantes que se han acumulado del lado mexicano, le dirá a México: los dejaste entrar en tu frontera sur, cruzar por todo tu país y permitiste que se juntaran en Tijuana; Mexicali, Tecate, Ensenada…, ese es problema tuyo, yo ya estoy actuando conforme a mis lineamientos”.
“Se convirtió en un problema de México, por lo que ahora tienen que actuar en varios frentes de manera simultánea: en un frente internacional y en un frente local. Por un lado dando atención humanitaria, pero no hasta que lleguen a Tijuana, sino que tendrá que empezar a poner en práctica una serie de operativos de recepción, de atención, de canalización, en los lugares del sur por donde están ingresando los migrantes al país. Es mejor que la concentración sea del lado de Tapachula que de Tijuana”.
El Estado mexicano en ese sentido —señala— “tendrá rápidamente que aplicar un plan de emergencia que no nada mas se restrinja a la protección y atención de la migración en la frontera sur, sino a otras dimensiones, pues puede beneficiarse el trafico de migrantes a costos y riesgos extraordinarios que originaría la incursión del crimen organizado, con lo que se multiplicarían los problemas que ya tiene el país”.
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