Una mirada a… George R. R. Martin

Por Patricia Zama

“Dicen que en los detalles está el demonio. Un libro tan largo como éste tiene muchísimos demonios, y hay que estar alerta para no caer en sus garras. Por suerte, yo conozco a muchísimos ángeles”, dice George R. R. Martin al inicio de la saga Juego de tronos, serie de novelas de fantasía medieval que al ser adaptadas a la televisión han obtenido un éxito sin precedentes. Hace unos días la serie obtuvo 12 premios Emmy. Aquí la primera página de esa historia cautivadora.

 —Deberíamos volver ya —instó Gared mientras los bosques se tornaban más y más oscuros a su alrededor—. Los salvajes están muertos.

—¿Te dan miedo los muertos? —preguntó Ser Waymar Royce, insinuando apenas una sonrisa.

—Los muertos están muertos —contestó Gared. No había mordido el anzuelo. Era un anciano de más de cincuenta años, y había visto ir y venir a muchos jóvenes señores—. No tenemos nada que tratar con ellos.

—¿Y de veras están muertos? —preguntó Royce delicadamente—. ¿Qué prueba tenemos?

—Will los vio —respondió Gared—. Si él dice que están muertos, no necesito más pruebas.

—Mi madre me dijo que los muertos no cantan canciones —intervino Will. Sabía que lo iban a meter en la disputa tarde o temprano. Le habría gustado que fuera más tarde que temprano.

—Mi ama de cría me dijo lo mismo, Will —replicó Royce—. Nunca creas nada de lo que te diga una mujer cuando estás junto a su teta. Hasta de los muertos se pueden aprender cosas. —Su voz resonó demasiado alta en el anochecer del bosque.

—Tenemos un largo camino por delante —señaló Gared—. Ocho días, hasta puede que nueve. Y se está haciendo de noche.

—Como todos los días alrededor de esta hora —dijo Ser Waymar Royce después de echar una mirada indiferente al cielo—. ¿La oscuridad te atemoriza, Gared?

Will percibió la tensión en torno a la boca de Gared y la ira apenas contenida en los ojos, bajo la gruesa capucha negra de la capa. Gared llevaba cuarenta años en la Guardia de la Noche, buena parte de su infancia y toda su vida de adulto, y no estaba acostumbrado a que se burlaran de él. Pero eso no era todo. Will presentía algo más en el anciano aparte del orgullo herido. Casi se palpaba en él una tensión demasiado parecida al miedo. Will compartía aquella intranquilidad. Llevaba cuatro años en el Muro. La primera vez que lo habían enviado al otro lado, recordó todas las viejas historias y se le revolvieron las tripas. Después se había reído de aquello. Ahora era ya veterano de cien expediciones, y la interminable extensión de selva oscura que los sureños llamaban el bosque Encantado no le resultaba aterradora.

Concurso Internacional de Novela Breve Marco Aurelio Carballo

Ornan Gómez es el ganador del Primer Concurso Internacional de Novela Breve “Marco Aurelio Carballo”, con la obra “Anoche mataron a mi nagual”. El premio, convocado en Tapachula, Chiapas, fue entregado el pasado 20 de septiembre en el parque central Miguel Hidalgo de esa ciudad. La novela, ubicada en la comunidad Suluphuits, municipio de Chilón, tiene 60 páginas, está escrita en primera y muestra el contraste cultural entre tzeltales y mestizos.